Quiero Ver Tu Cara Esposo (2)

Capitulo 284

En ese momento, Davi se mordió el labio inferior. Ella quería llorar. Solo le tomó unas pocas palabras a Sei aclarar su mente, hacerle entender su situación y disfrutar del conocimiento de que Sei nunca la había culpado por nada.

Luego levantó la mano y tocó la mano que él usaba para acunar su rostro.

"Pero ... pero fui yo quien rompió mi promesa. Te dejé. Dejé a mi hijo. Me desmoroné por mi cuenta. Dejé que la culpa y el miedo me derrotaran. No era lo suficientemente fuerte". Ella dijo, su voz era como una melodía de tristeza. Era como si estuviera sacando con fuerza las espinas de su corazón y, sin embargo, ni siquiera podía llorar de dolor.

Al escuchar sus palabras y mirar el pozo interminable de dolor en sus ojos, Sei sintió que su corazón era apuñalado por mil dagas. Esta persona a la que juró proteger y evitar volver a sentir este tipo de dolor estaba agonizando ante sus ojos, causando que Sei sintiera la necesidad de destruir el mundo por hacer que su mujer sufriera así.

Sei de repente besó su frente con fuerza antes de que él la mirara a los ojos nuevamente, acariciando suavemente sus mejillas.

"Escucha. Puede ser cierto que rompiste tu promesa y nos dejaste, pero si no te fueras, tal vez en este momento, el mundo todavía estaría en mi contra, persiguiéndome, haciéndome incapaz de permanecer a tu lado, libremente. Fuiste tú quien hizo todo esto posible. Sacrificaste tus alas por mí para que pudiera volar de nuevo y me diste la oportunidad de arreglar todo ... ¿Entiendes? " Él explicó. Ondas de emociones bailaban brillantemente en sus hermosos ojos. La intensidad de las emociones en sus ojos y sus palabras dejaron a Davi sin palabras.

Lo que él le dijo fue en realidad la salvación que estaba buscando. Antes de esto, buscaba desesperadamente una justificación para hacerse creer que no los había dejado fuera de la culpa. Todo este tiempo, ella buscaba una reivindicación que demostrara a sí misma que no era una cobarde y una madre cruel por dejar a su hijo. Esto fue todo lo que deseó durante los cinco años completos y no podía creer que finalmente lo encontró. No podía creer que solo unas pocas palabras de Sei tendrían el poder de liberarla de sus pesadillas.

En ese momento, Davi estaba tan abrumada por la emoción que antes de darse cuenta, ya estaba abrazando a Sei lo más fuerte que pudo.

Sei jadeó por un segundo, pero inmediatamente la abrazó aún más fuerte, como si finalmente encontrara el tesoro perdido que era mucho más importante que su propia vida. La esquina de sus labios se alzó y su corazón se sintió como un volcán a punto de estallar de felicidad.

La espera finalmente había terminado. Sei finalmente podría abrazarla así de nuevo y él no sabía cómo comenzar a describir sus sentimientos. Estaba más que feliz como si estuviera flotando junto con ella sobre las nubes.

En ese momento, sus mundos separados una vez más se entrelazaron. Ni siquiera sabían cuánto tiempo permanecieron allí, abrazándose fuertemente, sin querer soltarse. Eso fue hasta que Sei se encontró tratando de besarla.

Sin embargo, antes de que sus labios tocaran los de ella, las manos de Davi aterrizaron en sus mejillas, deteniendo su avance, haciéndole sentir un fuerte golpe de decepción.

Él la miró, sin ocultar su ansioso deseo de saborear esos labios nuevamente después de lo que parecieron mil años. Tenía muchas ganas de besarla y simplemente no podía esperar más. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, Davi abrió la boca.

"Sei ..." Finalmente gritó su nombre por primera vez en cinco años y Sei sintió que un rayo lo había golpeado. Lo único que era diferente ahora era que ya no se estaba congelando. No se convirtió en una estatua como solía hacerlo hace cinco años.

"Mm. ¿Qué pasa? ¿Tienes algo que decirme?" Preguntó suavemente, dejando a un lado su deseo mientras tanto.

"E-en realidad hay un problema conmigo". Ella admitió y Sei finalmente se relajó. Esta era una de las cosas que esperaba que ella confesara.

"Dilo ... te escucharé". Él respondió y Davi golpeó débilmente su cabeza sobre su pecho.
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"Yo ... ya no puedo sonreír ni llorar. Busqué el consejo de un psiquiatra y me dijeron que me tomaría un tiempo curarme y todavía no estaba segura de cómo podría curarse mi enfermedad. Pero ..." Dijo y dijo miró de nuevo los ojos de Sei. Esta vez, Sei sonrió en secreto por dentro. Fue porque finalmente pudo ver la determinación y el espíritu de lucha en sus ojos nuevamente. Esos eran los ojos de la chica que lo curó hace media década. Los ojos de la chica que nunca se rindió con él y siempre estaba decidida a darle todo, incondicionalmente.

"Pero ... quiero curarme lo antes posible. Quiero sonreír para mi hijo, quiero reír junto con él. Quiero sonreír y llorar de nuevo". Ella continuó mientras su determinación alcanzaba el pico más alto y Sei ya no podía ocultar su felicidad. Él sonrió brillantemente frente a ella y Davi se quedó aturdido al ver su rostro sonriente.

"¿Sabías que un psiquiatra es inútil para este tipo de enfermedad?" Preguntó con una sonrisa significativa que Davi nunca había visto antes.

"En aquel entonces, yo tampoco podía sonreír, pero gracias a ti, pude sonreír de nuevo". Él continuó y la boca de Davi quedó abierta. Ella estaba perpleja.

"¿Por mi culpa?" ella respondió, mirándolo con asombro e incredulidad, como si estuviera tratando de recordar lo que hizo para hacerlo sonreír de nuevo.

"Mm. La cura es realmente simple. Vuelve y vive con nosotros ahora y prometo curarte lo más rápido posible". Dijo y, de repente, Sei le sostuvo la cintura y la apoyó en el auto, sin poner una pulgada de distancia entre ellos.