Planes

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Narra Killian

Había tenido un desliz con Marcy, sí, por fin lo admitía, no como hace meses que lo negaba rotundamente. En fin, ésa era la más pequeña de mis preocupaciones.

- ¿Ya vienes? - escuché al otro lado de la línea.

- Estoy afuera del edificio, llegaré en pocos minutos - finalicé la llamada.

Walter y la agencia tomaron más confianza en mí, y gracias a que el chico que me hacía sonreír todo el tiempo decidió perdonar mi idiotez y permitirme acompañarle en el parto me encontraba aquí, en clase pre-parto para que el científico se sintiera capaz de hacer lo indicado cuando la hora llegara.

- Wow, fue rápido - admitió alegre el castaño.

- Te dije que estaba cerca - reí como tonto y entramos a la clase indicada.

Cuando la clase terminó decidí invitar a Walter a comer helado, no estaba de más consentir a mis pequeños - aunque Lance lo niegue, los bebés también son míos - . Tomamos asiento en las sillas dobles que estaban cerca de la acera y nos miramos mutuamente por un segundo.

- ¿Cómo va lo tuyo con Marcy? - cuestionó el más joven al dar la primera bocanada a su helado.

- Eh... B-bien, bien - había olvidado que esto de estar con Marcy era una fachada para poder volver a acercarme a él sin los prejuicios de Sterling.

- ¡Que bien! - sonrió animado - ¡Oh! ¿Qué opinas de una cita doble un día de estos? Antes de que... Sea absorbido por los pequeños - sonrió embobado mientras acariciaba su vientre.

- C-claro, lo confirmaré con ella - rasqué mi nuca nervioso. Después de todo el amor que alguna vez sentí por este chico seguía intacto.

- ¡Genial! Confirma conmigo cuanto antes - siguió comiendo ay helado hasta que sintió mi mirada posada en él - ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara? - rió algo avergonzado.

- No, nada de eso es sólo... Luces muy animado el día de hoy - finalicé.

- Gracias - sonrió reluciente. El embarazo le sentaba bien...

- Oye Walter... ¿Qué tal van las cosas con Lance? - traté de averiguar detalles malos en la relación para separarlos lo antes posible.

- Hm... Todo tranquilo, a nuestro ritmo y... Está muy emocionado por lo de nuestros bebés - volvió a hacer ése gesto amable al ver su vientre. Me mataba de ternura.

- ¿A veces no piensas que te quiere sólo por los bebés? - quise saber.

- No... Bueno, al principio lo creí, pero antes de que supiéramos de ellos él... Siempre fue dulce conmigo - rodé los ojos molesto.

- Ya... Pero, ¿no hay algo que odies de él? - sólo quería detalles de él para meterle cizaña.

- Hm... Creo que, me obligaba a comer aún si tenía náuseas. Pero está bien, el doctor dijo que después de todo tenía que engordar para soportar el embarazo - rió al decir lo último. Yo me le quedé viendo con cara de "¿en serio?".

- ¿Y cuánto te falta para llegar a término? - quise saber.

- Estoy a principios del séptimo mes, así que supongo que dos más y tendré a los bebés conmigo - sincero mientras acariciaba su vientre.

- Bien, me alegra saber eso y... quiero confesarte algo - el castaño asintió para que continuara -. Yo... sigo enamorado de ti Walter - el chico dejó de comer lo poco que le quedaba de helado.

- Pero... creí que tú y Marcy... - quiso refutar.

- Lo sé, sé lo que hice y dije, pero... no me siento con Marcy como lo hago contigo. No es lo mismo Walter - empecé a jugar un poco con mi mano robótica.

Besos a escondidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora