La Rebelde

La llegada del amor

Todas las tardes Marizza salía a dar un paseo por el campo acompañada de Rizos.

Todavía se sentía triste por los acontecimientos pasados y las noticias que, aunque trataba de evitar, siempre llegaban a sus oídos por los medios.

Se sentía muy confundida a veces. Extrañaba todavía a Pablo, pero se sorprendía a sí misma pensando en Nacho.

Indonesia le había ayudado a sanar su alma.

Mientras seguía caminando inmersa en el océano de sus pensamientos divisó a lo lejos a alguien que se acercaba...

Se esforzó por distinguir aquella silueta masculina y su corazón se estremeció al reconocerlo.

Quedó paralizada por un momento. Aquello le pareció un espejismo, una ilusión, pero se dio cuenta que era real, que estaba pasando.

Pudo distinguir aquella bella sonrisa dibujado en aquel hermoso rostro y ella correspondió sonriendo.

Entonces, sin pensar ambos corrieron hacia el otro, lo que a Marizza le pareció una eternidad.

Cuando estuvieron frente a frente se dieron un fuerte abrazo y un tierno pero largo beso que los dejó sin aliento.

"Te extrañé", le dijo esa voz masculina que ya extrañaba.

"Te necesitaba tanto", dijo Marizza.

Se volvieron a abrazar y así estuvieron un buen rato. Su solo contacto, el palpitar de su corazón y su respiración a Marizza le llenaban tanto en ese momento.

Se sintió aliviada, se sintió completa.

***