Esa noche fue toda una sorpresa para Catra. Antes de que se decidiera a asistir a la fiesta había planeado pasar todo el fin de semana viendo alguna serie de Runeflix, pero su pacífico plan fue saboteado por un simple mensaje, justo después de que se pusiera cómoda en un atuendo más descansado.
- Hey chicas ¿quieren ir a una fiesta cerca de aquí? - Dijo Scorpia mientras veía el mensaje en su teléfono
- ¿Fiesta? Es extraño, no tengo registros de ninguna fiesta agendada en las actividades sociales de los chicos de la BMU - Dijo Entrapta metiéndose a su computadora para revisar los códigos de hackeo que usaba para mantener actualizada una de sus tantas bases de datos, específicamente la de eventos sociales "extraoficiales" de la universidad.
- Amm, no, parece que es una fiesta improvisada de unos chicos de nuevo ingreso. Un amigo de Perfuma la invitó pero ella no podrá asistir y me pasó el dato - Respondió Scorpia encogiéndose de hombros
- Seguramente será una de esas fiestas tontas que hacen los chicos nuevos para volverse populares - Dijo Catra rodando los ojos mientras se dirigía por fin a su habitación a continuar con su tranquilo plan de fin de semana. No es que no le gustara salir a divertirse, pero no le gustaba perder su tiempo en ambientes que para ella eran sosos.
- Aquí dice que una de las anfitrionas es del equipo de baloncesto - Dijo la albina scrolleando sus mensajes para repasar la información - Una tal Shera, le dicen.
Catra se detuvo justo en el umbral de su puerta al escuchar ese apodo, lo había oído mucho últimamente en la universidad acompañado de mil elogios, si no era por sus tiros casi infalibles, era por desplazarse por la cancha como si fuera un ejército de una sola persona o por su "belleza amazónica" cuyos músculos hacían temer a quien se interpusiera en su camino, melena dorada que resplandecía como un yelmo y ojos azules que parecían brillar cada que ejecutaba una jugada espectacular en medio del partido, unos ojos que sus contrincantes describían como fieros, incluso aterradores, pero que su equipo aseguraba no tenían más que una convicción indomable e inyectaban confianza y seguridad a sus compañeros. Y ésta vez tenía una excusa para verla y poder saciar la duda que había tenido durante todo éste tiempo
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Once cuadras después las 3 chicas llegaron a un lujoso y amplio departamento lleno de universitarios, la mayoría ya entrados en tragos. No fue difícil dar con el lugar, la música se podía escuchar mucho antes de llegar al edificio y las luces centelleantes eran un notorio guiño de ubicación. Si no supieran que era un departamento, podría pasar como un club nocturno.
Por su parte, Catra parecía estarse arrepintiendo de haber cambiado su cómoda pijama de gatitos por esos jeans negros rasgados con un crop top guinda y una chamarra de piel para saciar esa impulsiva curiosidad que se apoderó de ella. Sobretodo, no sabía qué haría si sus sospechas eran ciertas y esa "Shera" era "su" Shera, había pasado mucho tiempo y los sentimientos negativos cuando pensaba en ella aún se hacían presentes, incluso llegaban a ser muy fuertes si no los controlaba a tiempo o despejaba su mente de alguna forma, pero una voz en su mente seguía diciéndole "tienes que saber, tienes que ir, tienes que verla".
Sus nervios la estaban crispando, así que lo primero que hizo al llegar fue tomar, o más bien, robar un vaso de la mano de un chico que encontró cerca y beber todo el alcohol que tenía para tomar valor. Una vez dentro, las chicas siguieron el ambiente del lugar, o al menos dos de ellas, pues Catra aun mantenía la mitad de su atención en busca de la tal "Shera". Después del tercer vaso de cerveza, un ¡bingo! resonó en la mente de la castaña cuando al fondo del lugar vio a un grupo de chicos jugando Beer-Pong, donde una chica rubia de ojos azules que vestía la chamarra del equipo de baloncesto de la universidad, fanfarroneaba su estado de invicta en aquel tonto juego.
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Por favor cree en mi
RomanceAdora es la nueva estrella del baloncesto de su universidad, teniendo una beca deportiva y viviendo en un amplio departamento con sus 2 mejores amigos, parecía que no podría irle mejor en la vida. Hasta que una descontrolada fiesta terminó en el enc...