Habían pasado casi cuatro meses desde que Adora y Catra lograron reconciliarse, y en el campus ya se sabía formalmente de su relación. Los rumores recorrían la universidad de que por fin "Wildcat" había logrado domar a la gran Shera, algo que a Catra parecía divertirle, mientras que Adora aparentaba no importarle en lo más mínimo, pero en realidad estaba más tranquila de que su reputación como fuckgirl se hubiera opacado por su relación con Catra, y el hecho de que ésta última estuviera disfrutando de su nueva fama como su novia la hacía sentir feliz de alguna forma.
Por ahora lo que a ambas les preocupaba eran sus responsabilidades deportivas, ya que se avecinaban competencias importantes para las dos. Sus respectivos entrenadores estaban haciendo mucha presión ya que cabecillas de la universidad también tenían el dedo en el renglón dada la importancia de la reputación deportiva del campus. Por lo mismo sus horas de entrenamiento habían aumentado y el tiempo en el que podían verse había disminuido en los últimos días.
Por su parte, Adora parecía estar llevando las cosas con calma, extrañaba a su novia, eso era obvio, pero sabía que tenía responsabilidades que atender y las cuales pasarían tras el torneo nacional. Aún así trataba de compensar parte del tiempo perdido acompañando a Catra a casa después de sus entrenamientos, los cuales terminaban antes de que los de ella empezaran.
En el caso de Catra, sus problemas de abandono no le hacían fácil el distanciamiento con Adora. Los esfuerzos de ésta le ayudaban a sobrellevar la situación, pero en esos breves ratos libres cuando no estaba entrenando, o con los estudios, los pensamientos de inseguridad y miedo la asechaban cuales sombras; y aunque se esforzaba por ignorarlos, poco a poco dejaban pequeñas heridas que si no las sanaba pronto, se acumularían en un seguro desastre.
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- Agghhh.... - Se quejó Adora mientras se desplomaba poniendo sus brazos extendidos y acostando su cabeza sobre la mesa del comedor - Estoy muerta... Esta semana la entrenadora se ha puesto aún más intensa, si continúa así no quedara nada del equipo para el partido de apertura.
- Si esto sigue así me quedaré sin novio y sin mejor amiga - Respondió Glimmer mientras tomaba del café que apenas había podido rescatar de ser regado por la muestra de cansancio de Adora - Tan sólo mira a Bow - Dijo señalando a un bulto derramado en el piso junto a sus pies.
- No siento mis brazos - Dijo Bow apenas audible mientras trataba de levantar la cabeza, fallando totalmente.- Todos los entrenadores son unos sádicos. En el equipo de arquearía 2 chicos tuvieron que ir al hospital por lo dañadas que tenían las manos, el entrenador les dijo "debiluchos" y los sacó de esta competencia...
- ¿Y que hay de Catra? - Preguntó Glimmer volteando a ver a Adora de nuevo.
- Ella parece estar bien, debido a lo que le sucedió hace unos meses, su entrenador ha decidido darle un entrenamiento intensivo pero cuidando que no le vuelva a pasar. Aunque creo que mucho es gracias a Micah, después de la "visita" sorpresa a su entrenador comenzó a cuidar más la salud de Catra. - Dijo esta ultima parte soltando una risilla.
- Lo sé, papá puede ser muy convincente cuando se lo propone.- Respondió Glimmer con la misma risilla en complicidad.
- Tan sólo espero que Catra no lo descubra o seguro se molestará - Agregó Adora con un tono preocupado - Aún así, parece que sus tiempos siguen siendo los mejores - Dijo con orgullo.
- Yo tan sólo espero que cuando todo termine, me regresen a Bow en una pieza - Señaló con cierto sarcasmo a Bow que roncaba cómodamente en el suelo, y luego ambas comenzaron a reír.
Al poco tiempo Adora se levantó, tomó sus cosas para ir a la universidad, no sin antes ayudar a Glimmer a poner a Bow en su cama.
Al salir del complejo, justo antes a ponerse los audífonos, una voz rasposa y sexy captó su atención.
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Por favor cree en mi
RomanceAdora es la nueva estrella del baloncesto de su universidad, teniendo una beca deportiva y viviendo en un amplio departamento con sus 2 mejores amigos, parecía que no podría irle mejor en la vida. Hasta que una descontrolada fiesta terminó en el enc...