-Alice, Alice. Despierta.
-Mmmm... ¿Qué?... ¿Qué pasa?- Digo medio atontada.
-Te has quedado dormida en plena clase de Matemáticas, menos mal que el señor Ross no se ha dado cuenta.-Me contesta Bless a carcajadas.
-Pues ojalá me hubiese despertado, he tenido una pesadilla muy extraña.
-Bueno, ya me la contarás más tarde, ahora tienes que recoger tus cosas o llegaremos tarde a Geografía.- Guardo los libros y nos dirigimos hacia la puerta, pero entonces el profesor me llama.
-Alice deberías trabajar más en clase. Hoy ni siquiera me he dado cuenta de que estabas, a este paso no sé si conseguirás aprobar.
-Por supuesto señor Ross. A partir de ahora me esforzaré más.- Mentí.
-Bueno, no se ha dado cuenta de que no estabas porque técnicamente no estabas.- Susurra Bless mientras caminamos por el pasillo hacia nuestra clase correspondiente.
•°•°•°•
Tras dos duras y aburridas clases, finalmente toca el descanso y aprovecho para contarle absolutamente todo a mi amiga.
Le comento la página web, el chico que la ha escrito, nuestros mismos sueños, el nombre que le ha dado a nuestro "síndrome", el sueño de la otra noche, el de la clase de Matemáticas y el chico extraño del autobús.
-¿Y es guapo?- Me pregunta Bless.
-¿Quien?
-El chico misterioso del autobús que te espía.
-¿En serio? ¿Te cuento todo ese rollo y solo te interesas por el tío ese? A veces pienso que no me escuchas.
- Y no lo he hecho, pero no es mi culpa. Por lo visto, mi cerebro ha encontrado una manera de desactivarme y no enterarme de ninguna cosa que me cuentes relacionada con "El síndrome de Alicia en el país de las Maravillas".
-Te pillé, sí que me has escuchado si no, no sabrías cómo se llama.- A manera de respuesta Bless me guiña un ojo y empieza a reírse como una loca.- y termínate de una vez esa manzana, va a sonar el timbre.
•°•°•°•
En el camino de vuelta a casa no hay nadie que se aburra más que yo, sin embargo hoy, es imposible que me aburra.
Los chicos que siempre molestan en el autobús, están gritando y empujándose. «Parecen gorilas» pienso. Entonces veo al chico raro de siempre, está mirando por la ventana distraído.
De repente el "gorila" más grande de todos manda a todos que se callen.
-¡Eh, Erick! ¡Coge esto!- Grita mientras tira una pelota hacia alguien, no puedo ver a quien. El chico raro se gira y el balón le da en la cara con muchísima fuerza.- Apuesto a que eso no lo habías soñado.
«Un momento, no puede ser. Él... Es él...»
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El síndrome de Alicia en el País de las Maravillas
Novela Juvenil¿Qué se esconde detrás de los sueños? La vida de Alice siempre ha sido algo complicado. Llamadas extrañas, ojos entre las sombras, la incansable atención de su ex, el extraño del autobús... ¿Y de las pesadillas? ¿Qué se esconde detrás de las pesadil...