𝗦𝗢𝗙𝗧𝗕𝗢𝗬 | J. YOONOH [EDITANDO]

38.

-Suh.

Me detuve cuando oí una voz llamarme. El camión ya se había ido y yo aún tenia tiempo para llegar a clases, solo que por la mirada que me dio aquel hombre me di cuenta de que lejos de llegar temprano, llegaría muy tarde.

No me costó ver el mismo auto del otro día, además de la presencia de Ryoko en el mismo mientras me miraba por la ventana con una mueca arrogante como siempre.

-Pero si es la vieja loca de nuevo-suspiré-¿Cómo le ha ido secuestrando niños? Oí que no ha podido encontrar nada aún-comente sonriente.

Una cosa más pasaba y juro que le rompía los dientes.

-No tengo ganas de jugar a amenazas sin sentido, Suh-respondió en un tono bastante monótono, se quito las gafas y me miró directamente a mi-Hablemos-ordenó.

-No tengo ganas de hablar. Tengo clases en media hora, ya es bastante creepy que me haya seguido hasta acá, no pienso subir a su auto-dije con el mismo tono tranquilo de siempre, aunque vaya que le di una mala mirada esta vez.

-Bien, entonces supongo que podemos jugar a esto unos meses más, veamos quién se cansa primero.

La mire subir la ventana de su auto y aquel hombre volver a subir al auto, rodé los ojos y pensé para mi misma. Me iba a arrepentir de esto, estaba completamente segura.

Toque la ventana. Ryoko se giró a verme y bajó la ventana de nuevo, su mirada orgullosa no se iba por nada y sabía a que se debía.

-Dies minutos, tengo examén hoy-espete de mal humor y tome la manija del auto esperando a que abrieran.

Oi el seguro y abrí la puerta para entrar sin mucho cuidado, creo que hasta había golpeado a la japonesa con mi mochila al sentarme, cosa que obviamente me hizo sonreír por dentro mientras ella me fulminaba con la mirada y cerré la puerta dejando que aquellas dos personas me secuestraran con mi permiso.

-¿Siempre eres tan brusca? -preguntó mirándome con mal humor y acomodando su saco.

-¿Siempre es tan criticona? -pregunté alzando una ceja.

-No tiene sentido que discuta con una niña-suspiro y habló como si no estuviera yo presente.

-Lo entiendo, los ancianos suelen desesperarse por la actirud enérgica de los jóvenes pero no se preocupe, tratare de ir a su ritmo.

Le sonreí, Ryoko por otra parte me miró con desagrado pero no dijo nada más respecto al tema mientras yo veía por la ventana como el auto se alejaba de la universidad, mire mi reloj y hablé:

-Le quedan ocho minutos-avise subiendo mi vista hacia ella de nuevo.

-Bien. Sabes que hablaremos de Jung así que no tengo porque explicarte esa parte-comenzó con su mirada puesta en la ventana del otro lado.