‒Capítulo V

4 0 0
                                    

〚...Flor de Dragón...〛

Gisli Thora ┇15 años

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gisli Thora ┇15 años

▂▃▅▆▇▇▆▅▃▂

Los rayos de sol empezaron a entrar por la ventana del cuarto de Gisli, la vikinga estaba recostada sobre su cama hasta que empezó a despertar, somnolienta miro a al frente notando la ausencia del Terrible Terror. Alarmada se levantó de golpe mareándose sin embargo, buscó desesperada a su alrededor hasta bajar a la primera planta encontrando al dragón siendo alimentado por su madre.

Gisli suspira aliviada bajando con calma las escaleras caminando a la cocina, donde su madre y el dragón la vieron. El terrible terror dejó de beber la leche para dar vueltas a su alrededor alegrando a la morena que le acariciaba su cabeza comprobando su temperatura.

—Que susto me diste...

—Estaba hambriento y no quería despertarte, en cambio fue a levantarme a mí.—comenta con gracia Engla viendo al dragón lamerse el ojo

—No a tenido una baja en horas, eso es bueno.— comenta feliz tomando el frasco de la mesa y una cuchara

Pasa el jarabe a la cucharada haciendo que el dragón la lame con gusto, Engla frunce el ceño para preguntar:—¿Eso que es?—

Gisli se sienta en la silla y el dragón aprovecha para acostarse en sus piernas— Es una infusión de Miel y Limón, evitará que tenga una recaída. En cuatro días podría regresar al bosque.—

—¿Y, tiene que irse?—

Ante su frase su hija voltea a verla asombrada— ¿P-Puede quedarse?— le pregunta Gisli incrédula

Engla sin decir nada le da un sorbo a su café para ahora sí responder— Si el reptil lo quiere y tu también, no tengo problemas, claro que tu lo cuidaras.—

Gisli sonríe con una inmensa felicidad viendo al dragón— ¿Qué dices Duke? ¿Te quieres quedar?—

Duke asiente frenéticamente lamiendo el rostro de Gisli ganándose una de las sonrisas más sinceras y alegres que la morena muy rara vez mostraba, Engla bajo su taza mirando pasmada la sonrisa en el rostro de Gisli, quedando complacida ante la escena frente a ella.

—Bien vamos Duke, el mercader Johan no tardará en llegar. — Gisli toma su bolsa para salir con el dragón.

—¡Con cuidado!—

Engla sonríe de lado cuando Gisli corre a ella besando su mejilla y sale corriendo con el dragón por detrás. Al pasar los años Engla se sentía devastada al no poder hacer feliz a su hija viéndola marchitarse con los años, pero, para su suerte el destino le dio otra oportunidad de redimir sus errores. ¿Qué tan malo sería tener un dragón dentro de la casa? Bueno eso no le importaba ya que al ver esa sonrisa podría pasar uno que otro problema.

BulwarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora