Victoria iba saliendo de televisa cuando sin querer chocó con Arturo Peniche.
-Ay, Arturo, como lo siento, hoy ando chocando con todo el mundo- decía riendo.
-No te fijes Vicky, pero dime, ¿A dónde vas tan apurada?-.
- Iba de camino a mi casa, José Eduardo está preguntando por mi-.
- Ahh, y dime, ¿No quieres que te llevé?-.
- Ay, no, cómo crees, ahorita pido un taxi-.
- Vamos Victoria, yo te llevo, no hay problema-Victoria estaba dudosa, pero como ya había perdido mucho tiempo, decidió subirse.
Al subirse Victoria le indico a Arturo, por dónde debía ir. Al llegar a la casa, Arturo se bajó primero, y cómo todo un caballero le abrió la puerta del carro, para que ella pudiera bajar.-Muchas gracias, Arturo- decía con una sonrisa Victoria.
-No hay de qué, mi querida Vicky- plantandole un beso en la mejillaVictoria no lo sabía, pero Arturo estaba enamorado de ella, siempre intentaba salir con ella, o estar cerca, pero Victoria solo lo veía como un amigo y nada más; para ella la ruptura con Eugenio había sido muy dura, y no podría soportar otra desilusión, o al menos eso creía.
En un momento Victoria salió de trance y volvió a su realidad, el foro de las amazonas, en eso César se le quedó mirando con dulzura...
-Pensaste en el día en que nos conocimos, cierto?- decía César con cierto toque de dulzura y nostalgia a la vez, en su voz.
- Así es, recordé...-se reía- recordé el momento cuando chocamos-se reía más fuerte- también, en el momento en el que, tocamos nuestras manos por primera vez y...-
-Y... en ese momento todo cambió ...-
-Vaya,pues creo...creo que sí -
-Victoria, ¿Por qué nos ocultamos?, Por qué tengo que ocultar lo mucho que te amo?-
- César, por el amor de Dios, somos casados, y ambos tenemos familia- decía suspirando-En ese momento todo se quedó callado, era como si nada más estuvieran ellos dos . En eso César sintió el ambiente tenso, y decidió preguntar algo...
-Victoria, tú te acuerdas la primera vez que hicimos el amor?-.
-Claro que lo recuerdo-.
-No lo hacías tan mal ehh, aún que yo tampoco me quedo atras-.
-Ay, Sr Évora!- decía riendo.
-Qué?, No quieres recordar conmigo, o mejor...no lo quieres hacer?...-.
-Por supuesto que quiero, pero aquí no...-.
-Por que no?, No es como que haya muchas personas, o prefieres ir a un hotel? -decía mientras se iba acercando a ella.
-Que oferta más tentadora...-decía mientras miraba esos labios tan varoniles.
-Entonces que dices?, Vamos?...-
-Umm, está bien vamos, pero con una condición-.
- Cuál?-
- Yo decido cual, tú escoges pesimos- decía riendo.
-Ah, o sea me estás diciendo que soy pésimos escogiendo hoteles para hacerle el amor a la mujer más sexy de la tierra?-
-Si, eso, eres pésimo mi vida- decía cada ves más cerca de él.
-Esta bien, tú escoges-.
- Gracias mi amor- le dió un pequeño pico.Mientras Victoria iba decidiendo en cuál, no contaba con que César tenía una sorpresa para ella. Llegaron al hotel, pidieron una recámara y se fueron en dirección hacia ella.
-Esto me recuerda cuando buscábamos una escapada a cada rato, alejarnos del mundo, y disfrutarnos por completo- decía Vicky
- Todavía lo podemos hacer Vicky, disfrutar nuestras vidas, disfrutarnos nosotros-
-Ay, César, yo...-
-No digas nada, dejate llevar...-Ya en la habitación, Victoria se dirigió hacia el baño, se sacó la ropa, y se puso una lencería negra muy sexy, pero se puso un bata para cubrirse, y que todavía no la viera César.
El por su parte, estaba sentado en la cama esperando a esa mujer de largos cabellos negros, y ojos verdes, esté le tenía una sorpresa que podría hacerlos feliz, y podría ayudarlos a empezar una vida de nuevo.
Victoria salió, César se perdió y no supo reaccionar hasta que Victoria se quitó la bata, la lencería mostraba gran parte de su cuerpo, lo que hacía que César la deseara más, Victoria se iba acercando lentamente, hasta que llegó en frente de él, y en ese momento César la choco contra su pecho y empezó a besarla, al principio era muy lento y dulce el beso, pero como transcurrían los segundos fueron aumentando la pasión y...
ESTÁS LEYENDO
Jaque Mate.
RandomQue pasaría si descubres que toda tu vida es una mentira, y que llevas años con el hombre equivocado, tal parece como si el destino estuviera por hacer un jaque mate.