Habían pasado ya varios días desde la experiencia delictiva de Kido. A veces se encontraba algún mensaje de Fudo contándole cualquier tontería que le hubiese pasado, a lo que él se reía o le decía que si era estúpido. No sabía en qué momento habían empezado a hacerse amigos de verdad, si él entendía mejor que nadie que no le venía bien entablar amistad con un posible criminal.
Aunque tuviese un nuevo amigo eso no significaba que se había olvidado de sus otros dos compañeros: Genda y Sakuma. Justo esa mañana habían quedado para ponerse un poco al corriente, pues desde su última quedada en aquella cafetería no habían visto a Kido. Obviamente ellos dos sí se habían visto más veces, prácticamente todos los días, pero esa era información que nadie necesitaba saber.
Así pues, llegada la hora, el de las gafas comenzó a marchar hacia el lugar del encuentro. Pasaba por la calle que conoció a su preciado marginal, justo ese semáforo. No pudo evitar sonreír, se preguntaba qué habría sido si no le hubiese seguido, y su respuesta fue que todo habría sido más aburrido.
Continuó avanzando mientras divagaba un poco por su mente y manteniendo tal vez esa expresión boba, pero como hacía frío aprovechaba para esconder media cara en su abrigo. Llegó a la puerta del local donde sus amigos lo esperaban, miró por la ventana antes para ver la mesa a la que debía ir, y se encontró con aquellos dos bastante juntos, por lo que Kido no pudo evitar poner una cara en la que sonreía de lado y veía como su sueño de que saliesen juntos se hacía cada vez más real.
Tras ese pensamiento de shippeador profesional, decidió entrar y acercarse a ambos.
—Hola parejita. —Saludó el recién llegado mientras se les sentaba enfrente, obteniendo un Sakuma algo sonrojado y un indiferente Genda porque los comentarios de Kido le importaban más bien poco.
—Buenas. —Le devolvió el saludo el indiferente mientras se separaba un poco del chico del parche para que Kido dejase de ponerles esa cara de mente perversa.
—E-Ejem. —Carraspeó el que acababa de estar sonrojado. —Sólo somos amigos.
—De momento. —Dijo Genda, a lo que los otros dos abrieron un poco los ojos por esa aportación que no esperaban. —Pero bueno, no hemos venido a hablar de eso. ¿Cómo te ha estado yendo, Kido?
—¿A qué te refieres con eso? ¿Tiene segundas intenciones o es una indirecta?
—Llevas desaparecido unos días, ni siquiera nos dijiste de quedar o algo. —Afirmó el delantero.
—Es que no me quería meter en vuestro romance. ¡Ay! —Se quejó porque había recibido una patada por debajo de la mesa de alguno de los otros dos. Pudo deducir que fue Genda que estaba sonriendo porque Jiro volvía a estar avergonzado.
—¿Has conocido acaso a alguien especial? —Se atrevió a decirle el de la sonrisa.
—¿Disculpa?
Pensó en Fudo. Él sí era especial, pero no el tipo de especial al que se refería el portero del equipo. O al menos eso ocurría en la mente del rico, él lo veía como un potencial amigo, alguien con el que lo pasaba genial a pesar de correr el riesgo de que su expediente volviese a quedar manchado.
—Pues eso, ¿te has echado pareja o qué? No te lo permito hasta que Jiro y yo lo seamos, no puedes adelantarte.
El nombrado aprovechó ese momento para huir e ir a pedir algo de comida y bebida, porque posiblemente le ardía la cara más que un horno al máximo de potencia.
—Hoy estás que te sales, vas a matar al pobre Jiro con tus comentarios. —Dijo el de las gafas evitando así la pregunta.
—Has empezado tú, yo sólo estoy siguiendo un poco el juego.
—Ajá, como si no sintieses eso realmente. —Volvió su faceta de casamentero.
—No me cambies el tema que me he dado cuenta. —Ahora era él quien había evadido esa afirmación que era bastante obvia lo real que era.
El de pelo claro volvía con la comida pedida y las bebidas, las dejó sobre la mesa y se sentó al lado de su aún no novio de nuevo. Parecía que este esperaba una respuesta de Kido, así que presionaron los dos con la mirada, haciendo que el de gafas comenzase a hablar.
—A ver, no me he echado pareja ni nada de eso. Solamente me he hecho un nuevo amigo, un poco peculiar, como Genda. Pero lo aprecio bastante aunque lo conozca de poco.
—¿Cómo que soy peculiar?
—¿Te hiciste otro amigo? Me alegro mucho, podrías haberle invitado.
Kido asintió, ignorando la primera pregunta y empezó a tomarse lo que había traído su compañero. ¿De verdad era buena idea que un día de esos les presentase al marginal? Era cierto que él mismo se lo dijo, y al otro le pareció buena idea, así que podría salir bien.
—Claro, la próxima vez lo traigo.
Los otros dos aceptaron, y comenzaron a ingerir lo suyo. Siguieron conversando de trivialidades: algún cotilleo de uno de sus compañeros, sobre lo que Jiro y Genda estuvieron haciendo esos días (en la mente de Kido eran citas), recuerdos de hace un tiempo lleno de anécdotas divertidas... Hasta que llegó el tema estrella: Año Nuevo.
—¿Qué haréis este 31? —Preguntó el capitán del equipo mientras le daba un último trago a su bebida.
—Yo iba a cenar con mi padre, como siempre... Vaya tostón. —Suspiró el moreno.
—Mi familia no va a estar, así que me pondré a ver la tele, supongo. Y luego iré a por Jiro.
—¿Eso cuándo lo habíamos hablado? —Se quedó mirando al portero un confuso Sakuma.
—Ahora mismo.
Kido se puso a pensar ante los planes de sus otros dos amigos, y se puso a darle vueltas en la mente mientras ellos hablaban sobre eso.
—Oye, pues cuando vayas a por Jiro, me dices y voy a por mi amigo. Nos vamos a dar una vuelta los cuatro y ya estaría.
—Pero que le tengo que pedir permiso a mi padre, no hagáis planes tan pronto.
—Lo veo bien, Kido.
Por mucho que le doliese, Koujirou había ignorado a su querido amigo, pero le puso una mano en el hombro y lo miró como diciéndole que todo iría bien y si no ya se encargaría él de arreglarlo. El moreno sólo suspiró pero acabó aceptando también con sólo devolverle la mirada.
—Que miedo vuestra telepatía.
—Avisa a tu amigo Kido, a ver si no va a querer venir. —Le recordó el del parche tranquilamente.
Cuando acabaron el encuentro, cada uno se fue a su casa, pero el delantero fue acompañado a la suya como de costumbre por el otro. El que siempre se quedaba solito en los caminos de vuelta, llegó a su mansión. Se quitó el abrigo y fue a su cuarto para tirarse en la cama.
"LOL Kido, casi me como una farola hoy."
Ese fue el mensaje que tenía de Akio Fudo esta vez, a lo que arqueó una ceja porque vaya desastre de amigo tenía.
"No pienses que soy torpe, es que estaba escapando por pegarme con un payaso."
Kido suspiró y más porque le había leído el pensamiento, pero procedió a responderle.
"Mira, prefiero no saber. Te voy a ofrecer un plan."
"¿De escape?"
"No, hombre. Me refiero para el día 31. Mis otros dos amigos y yo vamos a ir a dar una vuelta después de la típica cena, por si quieres venir."
Se quedó unos segundos esperando respuesta. Estaba nervioso porque veía claramente que estaba en línea y ya le había leído el mensaje. Temía que o bien le hubiesen pillado o que le fuese rechazar. Su mente no aclaraba cuál era el verdadero motivo de su preocupación.
"Vale. Pero yo elijo sitio."
"Tengo miedo."
"JAJAJAJAJAJA."
Sí, Kido tenía miedo porque seguro que volvían a ese barrio tan poco de su estilo. Pero mejor no se lo comentaba a los otros dos y que se llevasen la sorpresa como él.
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『️Urban Love.』️ || Kido x Fudo || Inazuma Eleven.
FanfictionJusto comenzaban las vacaciones de invierno para todos los estudiantes, incluso para aquellos de la escuela más prestigiosa de la ciudad como a la que asistía Kido Yuuto. Lo que él no se esperaba es que fuese a conocer a un marginal, pero en los pl...