6.

19 9 0
                                    

Querido hermano.

Hoy vuelvo a tomar la pluma para entregarte mis palabras, tras meses de silencio lleno de nostalgia y pesar. Tu partida dejó un vacío en mi vida, una herida profunda que aún se desgarra en mi corazón. Te amé con intensidad, tal vez demasiada, y verte partir frente a mis ojos fue un golpe que aún me estremece. Lamento sinceramente todo lo que no pude hacer para ayudarte en aquellos momentos oscuros, pero ahora debo buscar mi propia sanación.

Esta carta, hermano mío, será la última que te dedique, pues no puedo continuar así, reviviendo tu recuerdo como una pesadilla interminable. Deseo recordarte como el alma hermosa que fuiste, como ese hermano bondadoso que siempre estuvo a mi lado. Encontré consuelo en Jimin, aquel ser que tú solías tachar de engreído por su falta de saludos. A veces, juzgamos a las personas sin conocer su verdadera esencia. Me hubiera gustado que realmente pudieras conectar con él, pues ahora él significa todo para mí, al igual que tú lo fuiste en algún momento de mi vida.

Jimin ha sido mi salvador, mi antídoto contra la tristeza perpetua que me acechaba. Uno de nosotros ha logrado escapar del abismo del dolor. Madre llamó ayer, en una conversación incómoda que ocurrió mientras Jimin estaba presente. Después de tocar brevemente temas económicos, hubo un incómodo silencio. En esos segundos suspendidos en el aire, supe exactamente lo que quería expresar. A pesar de todo, ella te amaba profundamente, pero el peso de tu ausencia la agotó y decidió refugiarse en otra ciudad, lejos de mí. Aún no puedo superar la sensación de abandono que dejó su partida, de haberse atrevido a dejarme solo con todas estas cargas sobre mis hombros.

Me resulta difícil sobreponerme a lo que fue nuestro pasado, cargado de arrepentimientos por mi irresponsabilidad y falta de atención hacia lo que de verdad importaba. Destruí mi adolescencia de la peor manera y lamento cada una de las decisiones erróneas que tomé. Sin embargo, siempre llevaré tu memoria conmigo, pues el pasado se encuentra grabado en mi piel de forma indeleble. No obstante, estoy aprendiendo a sanar, a superar todo aquello que me ha atormentado durante tanto tiempo.

Ha llegado el momento de visitarte en el cementerio por última vez. Estoy preparado para despedirme, para dejarte atrás y recordarte como el ángel que eres, pero fuiste incapaz de encontrar sanación en vida. Así, te diré adiós después de tantos años compartidos, porque he aprendido que el arte de perder no es tan difícil de dominar. Sí, te perdí físicamente, y en un principio pensé que tu recuerdo me consumiría por completo. Sin embargo, ahora entiendo que no puedo permitirme terminar como tú lo hiciste.

El arte de perder no es una tarea imposible de asimilar, aunque en un principio me pareció un desastre insondable. Pero he aprendido y crecido a través de esta experiencia, querido hermano. Espero que donde quiera que estés, encuentres paz y sonrías, sanando finalmente tu corazón herido.

Con amor infinito, Yoongi.

FALLING DOWN 跌倒 YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora