FALLING DOWN 跌倒 YOONMIN

7.

La gente suele vestir de negro al asistir a un funeral, buscando establecer una atmósfera de formalidad y luto. El color negro representa la ausencia de luz y, en el ámbito psicológico, se asocia con la soledad, el misterio, la muerte, la elegancia y lo malévolo. ¿Cómo estarán todas esas almas vagando solitarias en los cementerios, repletos de pérdidas? La muerte puede llegar a ser una de las más grandes desgracias que puede afrontar un ser humano.

Yoongi creció junto a su hermano, quien ahora ya no está con vida. La pérdida de su hermano fue su derrumbe emocional, sintiéndose caer al vacío de la tristeza. Vivir nunca fue tan doloroso para él. Experimentó el duelo en completa soledad, mientras observaba cómo la lluvia caía y traía consigo los recuerdos dolorosos de aquella fatídica noche. Sentía una extraña atracción hacia la muerte cada vez que las gotas de lluvia mojaban las calles, caminaba hacia aquel recuerdo sin poder superarlo. Inconscientemente, se aferraba al dolor emocional, incapaz de dejarlo ir. Hasta que un día, alguien llegó al extremo de la banca donde Yoongi solía sentarse en sus momentos de pesar. Nunca antes había ocurrido algo así y él se sintió extrañado, pues esperaba encontrarse solo, recordando todo lo negativo como siempre lo hacía. Sin embargo, esta vez fue distinto. Mantuvieron una conversación mientras la lluvia caía del cielo, reviviendo la tragedia.

La lluvia es un ciclo interminable, el agua de los mares se evapora ascendiendo a los cielos, formando nubes en la superficie terrestre, y luego cae en forma de lluvia, creando ríos que fluyen hacia los mares para comenzar de nuevo. Todo obedece a este ciclo: las plantas, los animales, la misma naturaleza. ¿No fue hermoso morir en una situación así? Puede parecer mágico, pero también desastroso y triste, algo que permanece en la memoria para siempre. El hermano de Yoongi murió mientras la lluvia caía sobre su cuerpo golpeado. Las lágrimas se confundieron con la lluvia mientras gritaba que había matado a alguien. Cayó al vacío como una gota de lluvia, experimentando una tristeza profunda y amarga. Cayendo.

Todos hemos caído alguna vez; somos seres humanos emocionales que podemos volverse inestables y caer en la decadencia. Sin embargo, también somos dueños de nuestro propio destino y tenemos la capacidad de decidir si deseamos seguir sobreviviendo o abandonar la partida. Porque sí, la vida no se trata solo de vivir, sino de sobrevivir en este mundo. El hermano de Yoongi decidió partir, dejándolo con ese mismo pensamiento cada día. Es tan fácil caer en el abismo, pero tan difícil salir de él cuando te encuentras completamente hundido.

Caminaba entre los pasillos del cementerio, sintiendo la presencia de la muerte y el silencio como compañeros habituales en ese lugar. ¿Qué se puede decir en una situación así? Solo queda pensar en dejar atrás una etapa de la vida y avanzar hacia nuevas experiencias. Inspiró profundamente cuando se encontró frente a la lápida de su amado hermano, Min Geumjae, cuya vida fue arrebatada a los dieciocho años al lanzarse desde un puente y caer trágicamente en las aguas de un río. ¿Qué pudo haber hecho para salvarlo de ese destino tan cruel? Se preguntaba una y otra vez, sabiendo que la muerte tiene sus propios planes y que no siempre podemos controlarlos. Aquel suceso trágico estuvo a punto de llevarlo por el mismo camino, sumergido en la tristeza y deseando convertirse en la siguiente víctima del suicidio. Sin embargo, algo en su interior le impedía dar ese paso, se sentía impotente y perdido.

Suspiró hincándose ante la lápida, dejando a un lado su aversión hacia las rosas. Sacó un sobre de su bolsillo, dentro estaba la última carta que había escrito para él. La miró por unos instantes, hasta que finalmente, con determinación, la colocó en medio del ramo de flores artificiales. A veces, las despedidas no necesitan palabras, basta con una mirada que exprese más que mil frases, pero él no podía ni siquiera hacer eso, temía quebrarse en mil pedazos en medio del silencio del adiós. Las cosas ocurren y debemos enfrentarlas para seguir adelante, aunque nos preguntemos el porqué de todo, deseando que ese terrible suceso nunca hubiera tenido lugar. Pero sucedió, y ahora solo quedaba cerrar los ojos y dejar que las lágrimas brotaran en un doloroso silencio, incluso para aquellos que observaban con empatía y apoyo.