32.

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- Joder Reesch, estás jodido! - se mofa con una risita Paul y todos asienten dándole la razón.
- En la cena casi ninguno de los dos tocó el plato - digo y le doy una larga calada a mi cigarro.
- Aún sigue en tu casa? - me pregunta Till.
- No, se fue muy temprano - tomo un trago de mi cerveza.
- Y Silja, que harás con ella? - me pregunta Christoph - piensas dejar a la pobre chica, después de todos estos meses en los que se aguanto tu amargura! - Me regaña.
- Yo pienso que más daño le hace estando con ella - dice Oliver encogiéndose de hombros, antes de que yo pueda replicar.
- Pues como no! ... hablo "don santurron Riedel" - le réplica Christoph con sarcasmo, haciendo un gesto de comillas con sus dedos.
- Vamos Schneider, joder hombre, no vinimos acá para discutir - les regaña Till - además todos en esta puta mesa TENEMOS - enfatiza - rabo de paja - se revuelven incómodos en sus asientos con el comentario de Till.
- Voy a terminar con Silja - digo y la mayoría me mira con desaprobación.
- Joder! ustedes me ponen como el malo de la historia - digo dolido
- Richard, siempre Eres el malo de la historia - me responde Paul riendo - siempre antepones tus necesidades antes que la de los demás! - me dice tocando me los huevos.
- Y acaso todos no hacemos eso? - le digo ya molesto.
- Pues yo nunca le he faltado a mi esposa - dice Oliver con calma
- Ni yo a la mía - dice Christoph
- Y que es esto, una competencia a ver quién es el más fiel de los 6? - dice Till riendose de los dos - aquí en esta sociedad, cada uno hace lo que mejor le parezca con su vida - siento en su tono que tampoco le ha gustado el comentario de aquellos dos
- Silja es una tía que está muy buena, pero-o callada - dice Paul riendo y todos lo miramos - Que?! No me vean así, ustedes han pensado lo mismo - dice.
- Pues yo creo que deberías darte un tiempo solo, y ver si en verdad estás enamorado de esta chica... Minerva - habla Flake por primera vez en toda la noche, yo me arrecuesto pesadamente del espaldar de la silla y ellos dan por terminada la intervención, ahora todo está olvidado y platican animadamente de cosas triviales...

Salgo cabizbajo del bar, estoy algo ebrio, Paul se ofrece para llevarme a casa pero le digo que no, camino unas cuantas calles, hasta que llegó a dónde todo este tiempo siempre he querido ir...
Saco mi móvil y busco su contacto, presionó la tecla y empieza a repicar, pasan unos segundos y contesta;
- Hola? - escuchar su voz tan cerca de mi oído me hace temblar
La deseo tanto...
- Es Richard, estoy abajo...

Eres Prohibido... • Richard Z Kruspe • (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora