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[Mas adelante en el capítulo nombro una canción, recomiendo escucharla en el momento en que la nombro.] ♡

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Llegaron empapados y con frío a la casa de Jungkook.

Jimin no quería ensuciar el piso blanco y brillante con sus zapatillas llenas de barro, así que, a pesar de que Jungkook le insistio con que no tenía que hacer eso, se quitó las zapatillas y las medias antes de entrar y las dejó afuera, junto a la puerta.

Jungkook subió rapidamente y buscó en su armario algo de ropa seca para prestarle, y le dijo que se duchara en el baño de su habitación porque era más cómodo, que él se ducharia en el baño de abajo.

Jimin asintió y tomó la ropa que el menor de dió. Un conjunto de Nike color gris oscuro con rayas blancas a los costados, un bóxer negro de Calvin Klein, unas medias y zapatillas blancas.

Subió las escaleras y entró a la habitación del menor. La observó de arriba a abajo apoyado en el marco de la puerta. No lucia tan sucia como hace algunos días atrás, eso era bueno.

Se recordó a él mismo, en el banco violeta de la heladería, acercandose a Jungkook para besarlo. ¡"Que mierda estábas pensando Jimin!" Se gritó a si mismo en su mente y sacudió su cabeza, no sabía muy bien por qué había hecho eso, y qué era esa extraña sensación que sentía en su pecho.

Entró al baño y cerró la puerta con traba, abrió el agua caliente y tomó una larga ducha para quitar toda el agua salada y la arena que tenía en su cuerpo, además de todos esos pensamientos extraños que estaba teniendo últimamente.

Cuando terminó se puso la ropa de Jungkook y salió del baño. Desde la habitación pudo escuchar música proveniente de abajo. Escuchó bien, era Michael Jackson. Sonrió emocionado, lo amaba.

Bajó las escaleras al trote mientras la escuchaba sonar más fuere, quería ver de donde provenía. Siguió la música hasta llegar a la cocina, y allí vio al menor de espaldas, se movía al ritmo mientras preparaba café. Se había duchado y vestía lo mismo que él, pero en color negro.

Jimin: —¡Amo a Michael! —Se paró sonriente a su lado.

Jungkook: —Lo sé... —Sonrió. —¿Café? —Parecia una persona nueva, como si hasta el último rastro de su depresión se hubiera esfumado. Caminó con las dos tazas de café hacia la mesa.

¿Y ahora cómo le decía que debía irse a su casa porque seguramente su novio estaría esperándolo?

Jimin se sentó a la mesa frente a él, y para no ser descortés, bebió el café.

Jimin: —¿Cómo está tu tatuaje?

Jungkook: —La venda lo salvó del agua salada. —Miró su tatuaje con cariño y sonrió.

Jimin: —Si, el mío igual. —Observó al menor frente a él, su cabello mojado llegaba a su mandíbula, y observaba su tatuaje con entusiasmo. Se veía tan frágil. —Pasé un lindo día hoy...

Jungkook: —También yo... —Sonrió.

Jimin: —Escucha, ahora d-debo irme.

Jungkook levantó la cabeza y lo miró, borró su sonrisa, como volviendo a la realidad.

Jungkook: —Si, claro... —Asintió con la sonrisa más falsa que Jimin le había visto jamás. —Yo tengo que revisar algunos detalles de mi viaje.

Jimin había pasado un día tan lindo, que casi olvidaba que se iría a vivír a Tailandia.

La canción terminó, y comenzó "Hellevator" de Stray Kids.

PRIMOS 2 © [Secuela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora