¿Y Si Se Casaran Y Tuvieran Gatitos?

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La forma en la que me pidió que nos casaramos fue la más chistosa y a la vez hermosa.

Esa mañana el castillo estaba demasiado silencioso a pesar de que los guardias hicieran sus rondines por los pasillos de este.
El ruido de los animales en el exterior era lo único que se escuchaba y ha decir verdad yo estaba demasiado cómoda en los brazos de mi novia como para querer salir del hueco de su cuello.
Por que sí, a pesar de haber estado separadas por tres años, aún en la noche anhelaba su compañía. Cosa que entre sueños había confesado y al despertar ella confeso que nunca pudo dormir realmente, no sin que sentiera mi calor.

- Debes despertar Princesa.
Las caricias no se hicieron esperar, algo como besos alrededor de mi rostro y el suave toque de sus manos en mi espalda baja, además de su cola moviéndose en mi pierna generandome cosquillas.

- Cinco minutos más, por favor.
La batalla estaba perdida eso lo sabía ya de ante mano, pero nunca estaba de de más intentar.

- Nada de eso, haz quedado con Bow y Glimmer para hacer cosas del escuadrón de mejores amigos y esas mierdas.
Su tono de fastidio era evidente, esta claro que ella también quería que me quedara entre sus brazos y nos hiciéramos mimos, hasta que ambas admitieramos que éramos demasiado cursis.

- Tú también eres parte del escuadrón.
Definitivamente en estos momentos odiaba el haberles dicho "sí" a mis amigos, gracias a eso no podría disfrutar de las caricias de mi novia.

- Ahora mismo soy una persona muy ocupada y con asuntos importantes que resolver.

- Y que asuntos tienes que resolver tú, gata mentirosa.
Ahí Fue cuando mi lado infantil salio a la luz y sin poder evitarlo, ni tampoco querer hacerlo, me lance al ataque y empecé a hacerle cosquillas.

Y como eramos nosotras y habíamos crecido en la zona del terror y ahí la  mayoría de las cosas eran una especie de competencia, ella comenzó a atacarme, pero más con lamidas y ligeros rasguños y probablemente nos hubiéramos quedado en esa sintonia toda la mañana de no ser por cierta reina que desprendía chispas y todo en ella era colores.

- Adoraaaa, sigues en pijama no puede ser... Cámbiate.
Y de la nada ya no estaba encima de la morena, ni había risas ni miradas coquetas por doquier, solo había un cuarto con demasiado ropa y mucha luz.

...

Cuando el sol estaba por ocultarse y el escuadrón de mejores amigos había terminado su misión, cierta felina estaba vuelta loca en la habitación que compartía con la rubia, buscando aquella caja de terciopelo negro que tanto llevaba ocultando.
El lugar estaba hecho un desastre y lo estaba aún más su mente, pensamientos poco éticos iban y venían rebotando en su cerebro sin parar, buscando posibles culpables y diferentes maneras de asesinar al susodicho.
Pero un maullido detuvo sus pensamientos, Melog estaba sobre el borde de la barandilla de la terraza con su aura anaranjada y la caja negra en su hocico.

Oh, el maldito gato sabía lo que tan de nervios ponía a Catra y definitivamente no iba a dejar que siguiera sufriendo.
Una persecución de felinos se dio por un par de minutos, donde claramente la chica de ojos de color no iba a ganar y en un plano llano y con vistas a las estrellas terminaron llegando.
Melog fue más rápido y con un maullido anuncio su llegada, acercándose a la oji azul, que miraba con extrañeza el objeto que el felino llevaba consigo.
Poniéndose a la altura de este y acariciando su cuello, tomó la caja y la abrió, suspirando y con su ojos apunto de soltar lágrimas miró hacia al frente encontrándose con su chica.

- Hey Adora.
Catra ya no se podía esconder, Su amigo había arruinado cualquier plan que se le hubiese ocurrido en el futuro para pedirle a la chica frente a ella si quería ser su esposa.

- Sí.

- ¿Eh?
La morena no era muy lista, pero de cierta manera sabía que ese "sí" era la respuesta a su pregunta no formulaba, por lo que no pudo evitar que sus mejillas y orejas se coloraran.

- Mi respuesta es sí, sí quiero casarme contigo.
Y el mundo se detuvo.

Todo a su alrededor se apago y lo único que hacía ruido eran sus corazones latiendo al unísono.
Y el sonido de sus labios chocando contra los opuestos.

...

Definitivamente los hijos los tuvo Adora, Catra aún tenía la mente hecha un lío y no estaba lista para tal responsabilidad, sin embargo al ver la cara de su esposa, como sus ojos brillaban cuando hablaban de cómo podrían llegar a ser sus hijos y como las llamarían, no pudo resistirse.

Oh algo sobre ellas gritaba "estamos llevando las cosas demasiado rápido pero no importa, esperamos por 3 años para estar juntas así que, cállate"

Así que no había pasado ni un mes de estar casadas cuando ya estaban intentando tener hijos, y vaya que lo intentaron, la cama donde dormían fue testigo de aquellos hechos, pero ambas sabían que biológicamente no era posible.

Por lo que recurrieron a la magia y a la tecnología, ¿que no se podía resolver con esas dos cosas juntas?
Los límites los ponían los Etherianos, según Entrapta, todos sabían que a la chica se le había safado un tornillo y más aún con Hordak y Hordak copia como sus asistentes. Pero ese no es el punto, un poco de sangre de ambas, líquidos de colores, máquinas super desarrolladas y muchos, muchos intentos después, Adora había quedado embarazada y el lado sobreprotector de Catra había salido a la luz, no dejaba que nadie, absolutamente nadie se acercara a su esposa, no a menos de que fuera a tres metros de distancia y ella estuviera presente, si no, tu cara y absolutamente todo tu cuerpo estaría lleno de rasguños por doquier.

...

Algo como "gracias por dejarnos quedar en el castillo pero queremos nuestra privacidad" fue lo que dijeron antes de tomar sus cosas y dirigirse a los bosques susurrantes donde habían encontrado ruinas de los primeros que funcionaba perfectamente como una pequeña casa, aunque de pequeña no tenía nada.

Pero eso no era impedimento para que las princesas de la rebelión (como se auto-nombraban más por costumbre que otra cosa) fueran a visitar a la pareja y a sus "Gatitos" como Scorpia solía llamar a los hijos de la pareja.

Lindos y enojones gatitos, los 3 pequeños habían sacado ese lado felino de Catra, con orejas y una cola, y mucho pelo por donde miraras, Finn era la adoración de sus madres en realidad todos los eran pero ser el primero tenía sus ventajas, pelo rubio, tez blanca y unos ojos azules iguales a los de la princesa, en cambio Noah tenía sus ojos amarillos y su pelaje era oscuro, era rebelde y no podían dejarlo un segundo solo porque ya estaba tratando de jugar con la espada de protección, Iza por su parte era la copia exacta de personalidad de Adora, sus ojos de igual manera eran azules con destellos grises, su pelo era marrón con mechones rubios y su piel morena, era como si hubieran metido en un frasco a Catra y Adora y las hubieran fusionado, para desfortuna de la última los tres habían sacado las pequeñas pecas alrededor de sus mejillas haciéndole imposible el negarles cualquier capricho.

Todo era risas y diversión, hasta que llegaba la hora del baño, la felina absolutamente no estaba de acuerdo en dicha tortura por lo que solo dos veces por semana ayudaba a su esposa a bañarlos, terminando ambas llenas de jabón y agua por lo inquietos que eran sus hijos recurriendo después al método de acicalarse para que no estuvieran todos mojados e incómodos, claro todos menos la rubia, ella iba más por los métodos clasistas e utilizaba la toalla.

"Y Si..." One Shot's CatradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora