CAPITULO 28: CORAZONES ROTOS

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Sirius se quedaría la noche con Marlene aprovechando que los padres de esta estarían fuera con su hermano, por lo que Remus se quedaría en el departamento a la espera de Narcissa, su carta decía que necesitaba verlo, tocaron la puerta

- Hola - Saludo la chica

- Pasa, alguien podría verte - 

- Gracias -

- ¿Te ofrezco algo? -

- No, estoy bien - Respondió la chica, estaba nerviosa

- Muy bien, toma asiento - Pidió Remus señalando un sillón individual frente a él, Narcissa se sentó a su lado - ¿Qué necesitas? -

- Te necesito a ti, Remus - 

El chico no tuvo tiempo de reaccionar, Narcissa lo había besado y sus instintos lobunos estaban haciendo efecto, acababa de terminar la luna llena hacía apenas 2 noches, se repetía que no debía, que no podía hacerlo pero era imposible negarse

La rubia chica había comenzado a quitarle la ropa y besar su cuello, Remus recordó a Hestia, no podía hacerle esto, no la amaba, pero había accedido a darle una oportunidad por lo que trato de separarse tomando a la chica por la cintura, pero un gemido lo hizo olvidarse de su sentido común 

Esa noche, Narcissa Malfoy se entrego a Remus Lupin de la única manera en que no lo había hecho durante sus años en Hogwarts

A la mañana siguiente, Remus despertó con la rubia abrazada a él, el chico cuidadosamente se levantó de la cama y se vistió, Narcissa despertó con una sonrisa  y se acerco a besarle por el cuello pero este se puso de pie

- ¿Por qué? -

- ¿De qué hablas? - 

- Narcissa, esto no esta bien, estás casada, me usaste para engañar a tu esposo - Hablo Remus con seriedad

- ¿Y te quejas ahora? Pudiste decir algo ayer por la noche -

- Lo sé, lo siento fue mi error, pero no volverá a pasar, no debí permitir que sucediera, así como tampoco debí responder a tu carta -

- ¿Estás hablando en serio? -

- Sí, me dejaste cuando teníamos planeada una vida juntos, te casaste con otro hombre, apenas estoy empezando a salir con alguien y regresas - 

- Remus, no puedes estar hablando enserio, me amas y te amo -

- Narcissa, basta por favor, solo nos estas lastimando -

- Bien, me iré y jamás volveremos a vernos - La voz de la chica se quebró de igual manera que el corazón de Remus - Solo recuerda que siempre voy a pertenecer a ti -

Remus suspiro sin verla, si la miraba irse probablemente correría detrás de ella, fue entonces que el chico escucho un suspiro de asombro y se giro para encontrarse con Hestia en la puerta, miraba fijamente a Narcissa, por su parte, la rubia muy notoriamente miró con desprecio a la leona antes de irse 

- Hestia, yo... -

- Está bien, supongo que vino a hablar con Sirius - Remus negó con su cabeza sintiéndose aún más culpable

- Perdón - 

- Remus, ¿Qué sucede? -

- Perdón, Hestia -

- Tranquilo, vamos, sé que es la prima de Sirius, no es como que te hayas acostado con ella - 

El chico levanto la mirada con los ojos llorosos, entonces Hestia comprendió lo que había sucedido, sus ojos se abrieron ante la sorpresa pero sobre todo ante el dolor, Remus acercó su mano para tomar la de la chica pero no lo logró pues esta dio un paso hacia atrás

- No puedo creerlo -

- Lo siento -

- No, todo este tiempo ha sido ella, todo este tiempo la seguiste viendo -

- No, eso no es verdad, Hestia -

- No puedo creerlo, aceptaste salir conmigo, ¿Cómo pudiste? - Las palabras de la chica se arrastraban con dolor 

- Puedo explicarlo -

- No quiero que lo hagas, Remus... Si no sentías nada por mi, al menos no de esa manera, hubiera preferido que fueras honesto -

- Lo siento - La chica se limpio la única lágrima que resbalo por su mejilla

- Yo también, seguiremos siendo amigos, somos personas maduras, podremos hacerlo, solo necesito tiempo - 

Antes de que el hombre lobo tuviera siquiera oportunidad de disculparse nuevamente, Hestia se había desaparecido, Remus se quedó parado por minutos sin saber que decir, había lastimado a una de sus mejores amigas por no hablar con la verdad, el chico se sentó en el piso a llorar sin saber que hacer para remediar su error

Narcissa Malfoy caminaba lentamente por el callejón Diagon, iba con la frente en alto, sin embargo su corazón había regresado a aquella noche lluviosa de junio en la que había dejado a Remus, recordó también los días en que extrañaba su voz tan familiar a ella, lo alto y atractivo que era

La rubia sentía su vida ir de mal en peor, Lucius y ella no hablaban más que para saber si estaban bien, la última vez habían discutido por una tontería, culpa de ella, por lo que la chica había salido huyendo y dejando como excusa que se quedaría en casa de alguna ex compañera, la verdadera razón fue que huyo a los brazos de Remus

Oh Remus... el simple hecho de pensar en él le sacaba un suspiro de tristeza a la chica, que empezó a recordar algunos momentos que pasaron juntos, como aquel rompimiento en el que le dijo que huyeran de la ciudad pero ella se negó consciente de que ni siquiera Merlín podría ayudarle en esos momentos, o la primera vez que aceptaron estar juntos y fue la misma Narcissa quien le había dicho que no era necesario que la gente supiera lo que hacían

Una lágrima corrió por la mejilla de la chica que la quito con elegancia mientras recordaba las manos de Remus en su cabello, sin embargo, la princesa de Slytherin debía reconocer que esta vez todo había terminado, su corazón se estrujaba ante tal pensamiento, por lo cual, lo único que pedía a Salazar era que el amor de su vida la recordara como en aquella tarde del 14 de Febrero, con su bello vestido, sus labios rojos y mejillas sonrojadas mientras miraban el atardecer

La chica sonrió melancólica, eso era demasiado pedir, así que envió un último mensaje al lobo, un mensaje de despedida en el que le agradecía y sobre todo le pedía un último favor, que la recordase en sus sueños más salvajes, en aquellos llenos de necesidad y pasión

- Narcissa - Habló la voz de Lucius Malfoy preocupado cuando su esposa entro a la mansión- ¿Estás bien? Pensé que algo te había sucedido -

La susodicha asintió y sin pensarlo dos veces se acercó a besarle apasionadamente, era su esposa y ya era el momento de comportarse como tal

Marlene miraba a Sirius molesta mientras las lágrimas se comenzaban a juntar en sus ojos, habían comenzado a discutir porque la chica no paraba de mandar indirectas al chico sobre casarse y formar una familia, no era que a la rubia le pareciera qu...

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Marlene miraba a Sirius molesta mientras las lágrimas se comenzaban a juntar en sus ojos, habían comenzado a discutir porque la chica no paraba de mandar indirectas al chico sobre casarse y formar una familia, no era que a la rubia le pareciera que ya era el momento, simplemente quería saber lo que su novio opinaba al respecto

- No estoy planeando casarme -

- Bueno, tampoco yo - Contesto Sirius a la chica mirándole con seriedad

- Bien, puedes irte - 

- Marlene... -

- Tengo cosas que hacer - La chica desapareció de su propia casa dejando al azabache solo

LOS MERODEADORES & EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora