LOS MERODEADORES & EVANS

CAPITULO 40: Jean

Octubre 10, 1981

- ¿Qué sucede, Lily? -

- Es una carta de Sirius, Dumbledore quiere que le llevemos a Jean -

- ¿Por qué? -

- Parece ser que se la llevará a ella, mañana a Harry y que nosotros los seguiremos hasta el final -

James miraba a Lily que empezaba a sollozar, no podía creer lo que escuchaba, se tendría que alejar de sus hijos con tal de protegerlos, suspirando, el chico tomo a su esposa entre sus brazos, debía ser fuerte por ella

- ¿Cuando? -

- A finales de mes - 

- Estaremos bien, será lo mejor - Los ojos avellana del chico miraban a su esposa - Ya lo verás, pronto la guerra terminará y estaremos juntos, tú, Harry, Jean, yo y el nuevo bebé -

La pelirroja abrazó a su esposo, hacía pocos días se acababa de enterar que estaba embarazada por lo que más que nunca sentían la necesidad de protegerse, así que sí lo que necesitaban era hacer lo que su antiguo directo indicaba, lo harían sin rechistar

Octubre 28, 1981

La pareja camino por los pasillos de Hogwarts, habían llegado a través de la red flu de Minnie quien venía caminando detrás de ellos, Harry se había quedado con Bathilda por lo que debían apurarse

- Profesor, están aquí -

- Me alegró, pasen - 

- Lo siento, profesor - Hablo Lily con una mirada apenada - No pudimos quitarle a Jean su gatito, lloraba cada vez que se alejaba -

- No se preocupe, Lily, es preferible que la pequeña se sienta cómoda -

- ¿A dónde la llevará? -

- Con una pareja de muggles, les pediremos ayuda y explicaremos la situación -

- ¿Estará bien? -

- Sí, Lily, yo me encargaré de eso -

- Gracias, Minnie - La pelirroja miraba con lágrimas en los ojos a sus antiguos profesores - Prometan que la cuidaran en todo momento -

- Tienes nuestra palabra, estará bien -

Dumbledore tomo a la pequeña con la manta de invisibilidad, James abrió sus ojos sorprendido, ahora entendía porque el director la había pedido prestada, el chico abrazó a una llorosa Lily mientras veían a su hija desaparecer por las llamas de la red flu

Dumbledore toco la puerta de una hermosa casa en un barrio acomodado de Londres, una mujer de cabellos oscuros abrió la puerta sorprendiéndose de ver al hombre

- Buenas tardes, hace unos días la profesora Minerva McGonagall se presentó ante usted y su esposo por mi, soy el profesor Albus Dumbledore -

- Oh... claro, sí, lo hizo pero advirtió que traería una niña consigo -

- Claro - El hombre destapo la cara de la pequeña, la mujer abrió sus ojos y lo invitó a pasar

- ¡Robert, baja por favor! - La mujer llamó a su esposo, que entró a la sala de estar, un hombre alto, delgado y de cabellos castaños

- ¿Sucede algo? -

- Es la niña, todo era real -

- Si me permiten explicar, les doy mi palabra de que todo esto es real y que el mundo mágico y el suyo propio se salvará si nos ayudan -

- Adelante, profesor -

El profesor Dumbledore comenzó a explicar de forma breve pero concisa lo que ocurría en el mundo mágico, la pareja frente a él no hacía más que asentir y escuchar a todo lo que salia de su boca  

- Señores Granger, ¿Nos ayudarán? -

- Claro que sí - Respondió el señor Granger después de que su esposa le asintiera con la cabeza - No podemos permitir que una pequeña corra peligro -

- El mundo mágico tendrá siempre presente esto, pero ahora, espero no sean alérgicos a los gatos, la pequeña se negaba a soltar a su peludo amigo -

Dumbledore permitió que los señores Granger tomarán a Jean entre sus brazos, eran un matrimonio de 30 años que no podía tener hijos, sabían que no sería para siempre, pero tal vez si hacían un buen trabajo los verdaderos padres de la niña les permitirían ser como unos segundos padres para ella

Jane Granger miraba a la pequeña dormida, mientras su esposo tomaba al gato, ambos estaban embelesados con la ternura que desprendía la pequeña, de acuerdo a las palabras del hombre, el nombre de la niña era Hermione, un nombre un tanto extraño pero hermoso

- Es preciosa -

- Lo sé, no me imagino como serán sus padres - Contesto la señora Granger

- Si me disculpan, debo volver al mundo mágico, en unos días regresaré por ella, nuevamente todo lo necesario esta dentro de esa bolsa -

- Cuidaremos de ella el tiempo que sea necesario -

El anciano director sonrió agradecido, apareciéndose en Hogwarts, en unos días haría lo mismo con Harry y después los reuniría con sus padres para darles aquella casa de su familia en Mould-on-the-Wold

El matrimonio Potter abrazaba a Harry mientras veían a la nada, solo esperaban que el plan de Dumbledore funcionará.