Unidos por supervivencia || Karmaland4

••2••

Luzu explosivo...

— Muy bien, al menos los sacos de dormir sí los trajeron, esta noche no moriremos de frio— agradeció Willy al de arriba.

— Afirmativo Wilfred, ahora vamos a dormir antes de que nos ataqu-

— ¡UN CREEPER! AAAAAAAHHHHH— Lolito venía saliendo de entre los arbustos y detrás de él había un creeper y un arquero.

— ¡PERO LOLITO! QUE NO LOS TRAIGAS, CABRÓN— Rubius empuñó su espada para tratar de matar al arquero que había comenzado a dispararle, algo difícil pues no traía armadura y no quería tener una flecha clavada en todo el pecho.

— LO SIENTO, SOLO QUERÍA UNAS BAYAS PARA COMER— De repente se escuchó un leve sonido, como si hubieran encendido dinamita —CUBRÍROS QUE VA A EXPLOTAR— Todos se agacharon y se cubrieron entre piedras cercanas excepto uno de ellos.

— CUIDADO WILLY— Luzu corrió y tacleó a willy cayendo encima de este para tratar de protegerlo de la explosión, luego el Creeper explotó, dejando un boquete bastante grande.

— ¿Todos estáis bien?— preguntó Lolito

— Yo estoy bien, ni un solo rasguño macho— le respondió a Lolito.

— CHICOS, AYUDADME, LUZU ESTÁ HERIDO— Rubius y Lolito corrieron hacia donde estaba Willy, ahí pudieron observar que Luzu estaba desmayado, probablemente por el dolor que le causaron las grandes heridas que tenía en la espalda.

— ¿Pero qué cojones le pasó? ¡Yo lo ví escondiéndose detrás de unas rocas!— mencionó un alterado Lolito.

— Fue mi puta culpa tío, yo no reaccioné con rapidez y el me tiró para tratar de protegerme— respondió Willy, vaya lío que causó.

— ¿Pero es que eres tonto, Willy? ¡Lolito dijo que debíamos cubrirnos!

— LO SE PERO NO REACCIONÉ— Willy comenzaba a alterarse, no quería perder a su compañero— ahora debemos curar sus heridas y esperar a que reaccione, ¿trajeron un botiquín o algo así?

— Creo que Luzu trajo uno— Rubius corrió a revisar entre las cosas del castaño— Pues mira, trajo varios— tomó uno de los botiquines y lo llevó con los demás.

— Bueno, mientras mas rápido hagamos esto más tiempo lo dejaremos descansar, ahora quítenle la sudadera— ordenó Lolito.

.
.