Capítulo XVII

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[Narra la escritora]

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[Narra la escritora]

-¿P' estuvo mal lo que pregunté?- cuestionó desconcertado el menor- ¿Porque lloras?

Singto se encontraba en el filo de la cama con malos recuerdos llegando a su memoria, aquellos días que parecían ser su peor pesadilla y que intentaba no recordar llegaron a él como un balde de agua fría.

-Krist...

-¿Hay algo malo?- preguntó Krist angustiado al no saber que anda mal con su pareja.

-Yo...

-Singto por favor dime...- habló Krist acercándose más hacia Singto dándole un abrazo para brindarle confianza y que lo que sea que lo atormente no lo haga llorar más.

-Hay algo que no te he contado- confesó el mayor con un hilo de voz.

-¿Sing...

-El día en el que sufriste el accidente- habló Singto interrumpiendo a su menor- Aquel día...perdimos a alguien más por mí estupidez.

-¿Qué?- preguntó Krist sin entender nada de lo que Singto decía.

-Krist, amor, tú eres uno de eso escasos chicos que puede procrear vida en tú vientre- explicó Singto tratando de que sus rebeldes lágrimas acumuladas en sus ojos no rueden por sus mejillas- Y por eso tú... estabas embarazado de 3 semanas.

-¿Singto que rayos estás diciendo?- pregunto Krist sin querer creer lo que su mayor le explicaba- ¿Acaso la abstinencia de un año te volvió más pendejo?

El menor espero respuesta del azabache, espero que Singto lance una fugaz risa  y dijera que todo esto era una broma de mal gusto, que afirmara que la abstinencia le hizo mal. Por qué el no quería llegar a creer que todo lo que le explicó el mayor sea verdad y que esa cicatriz en su vientre sea lo que el menos quiere pensar.

-¡Singto!- llamó el de tez blanca- ¡Singto di que esto es una mala broma!

El mayor que hasta el momento trató de retener sus lágrimas ya no lo logró por más tiempo y volvió a derrumbarse ante los ojos de su menor, confirmadole lo que tenía escuchar.

-Perdimos...a nuestro bebé- habló Singto al final entre lágrimas.

El grito y los llantos del tes blanca no se hicieron esperar, aquella habitación que antes iba a ser presencia de un acto de amor, ahora se había visto envuelta en medio de las lágrimas y el dolor de ambos chicos que ahora mismos se sentían lastimados.

-¡Me voy!- habló Krist de repente dirigiéndose a la puerta de la habitación- ¡Te quedas tú con tu estúpida casa! ¡Otra vez me voy y espero que esta vez sea para siempre!

Singto estaba desconcertado, lo mismo de hace un año estaba volviendo a pasar, se arrepentía de siempre meter la pata y terminar lastimando a la persona que más ama, pero esta vez no se arrepentiría por haberlo dejado ir, por que esta vez no se quedará sentado sin hacer nada.

꧁𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒆𝒔꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora