Enamorando A La Pelirroja

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— ¿Me vas a acompañar si o no? — preguntó Orion entrecerrando los ojos a su gemelo Sirius que estaba aún acostado entre sus finas sabanas verde botella.

Sirius bostezo tapando con su mano izquierda su boca por educación, aunque era considerado un patán como su padre, debía obedecer a su madre quien siempre cuidaba que se comporten debidamente.

El rubio abrió los ojos suspirando y dijo — Haber explicame bien ¿qué es lo que es lo que vas a hacer?

— ¡Vamos! — enfatizó Orion levantando las cejas mientras se señalaba a él y señalaba a su hermano.

— Pero es medianoche y necesito mi descanso completo — dijo Sirius con un puchero no querrás que mis admiradoras me vean ojeroso por la mañana.

— A ti solo debe importarte lo que piense Kassandra que es tu novia — respondió Orion cruzandose de brazos.

Cuando Sirius abrió bien los ojos se dió un golpe en la frente y luego golpeó en la nuca a su hermano.

— Auch — gritó el castaño ¿Por qué me pegas?

— Ahora que se entere Kasi también querrá algo igual sino me quitará no solo el habla hasta navidad — refutó Sirius molestó.

— Pero hazlo y yo te ayudaré — respondió Orion levantando las manos en señal de rendición.

— Mi voz de cantante no es muy buena y lo sabes — refutó Sirius yo no nací con el don del abuelo Granger como tú.

— Toma ponte esto... Y esto... Y esto — dijo Orion a su hermano y no preguntes

Sirius miraba el extraño atuendo, pero igual se lo puso ya que no quería hacer enojar a su hermano mayor... Si porque Orion nació primero. Diez minutos eran diez minutos.

Ya listos los dos se aparecieron cerca de cierta casa del Valle de Godric. Allí los esperaban sus amigos Alexander, Jordán, Fred II, Lorcan y Lisander vestidos igualmente extraños junto a tres músicos  que cargaban sendos guitarrones.

Trataron de comportarse como muggles normales, pero Alexander que estaba tan acostumbrado a la Magia no soportó más y sacando su varita dijo — lumus sin pensar, lo que ocasionó que recibirá un sopapo en la nuca por parte de Fred II al notar los codazos que se daban los guitarristas.

— Auch — susurró el moreno alzando los hombros no se preocupen yo me encargaré de ellos... después.

James refunfuñaba molesto en su cama ya que no podía dormir

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James refunfuñaba molesto en su cama ya que no podía dormir. Se revolvía entre las sábanas y su mente lo traicionaba recordando a cierta rubia malcriada.

— Ya te dije que ¡NO! — gritó Antares en el pasillo de la Universidad de Leyes Y Medicina Mágica, lugar en la que ambos estudiaban.

Antares cursaba el tercer año de Medimagia y James el último de Leyes.

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