Capítulo 3: Entre "en lineas".

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El sol se atrevía a asomarse tímidamente por la ventana, trayendo consigo los primeros rayos de luz que acariciaban mi rostro mientras estaba en la cama, mi mente aún en un estado de sueño. El reloj marcaba el momento de comenzar con la rutina diaria, pero algo en mí se resistía a abandonar ese estado de semi-despertar.

Sin embargo, la decisión surgió de lo más profundo de mi ser: era hora de levantarme y emprender una carrera, liberar las ataduras de la pereza que me habían mantenido inmovilizado durante tanto tiempo. Me puse de pie, firmemente decidido a enfrentar el día con un nuevo vigor, una determinación que había cobrado vida gracias a su presencia en mi vida.

Desde que la conocí, cada momento transcurría de manera diferente, como si un chispazo de electricidad hubiese recorrido mi cuerpo y encendido una llama ardiente dentro de mí. Su espíritu audaz y su risa contagiosa me habían devuelto la vitalidad que, en algún momento, creí haber perdido.

Y así, mientras mis pies se dirigían hacia la puerta, el suave tamborileo de mi corazón resonaba en mis oídos. La idea de conocerla en persona se había instalado en cada fibra de mi circuito, llenándome de una emoción vertiginosa.

Ansiaba perderme en sus ojos, aquellos luceros brillantes que se habían convertido en el faro de mis pensamientos. Y, oh, esos labios... aún podía saborear la imagen de su sonrisa en mi mente, una sonrisa que prometía experiencias dulces y emocionantes.

Ahora, mientras trotaba por el sendero, sentía la caricia del viento acariciando mi rostro, como si la naturaleza misma estuviera susurrando palabras de aliento y emoción. Mis pies golpeaban el suelo con determinación, como si cada paso fuera un símbolo de mi determinación por alcanzarla, por cruzar el umbral que separaba el mundo virtual del contacto físico.

Con cada zancada, el latido de mi corazón parecía transmitir un mensaje claro y audaz: estoy listo para descubrir lo que el destino tiene reservado para nosotros. La realidad se entrelazaba con metáforas, las palabras danzaban en mi mente mientras mis pensamientos se sumergían en un mar de emociones y deseos incontrolables.

Las metáforas eran la tinta con la que mi pluma interna narraba la historia de este encuentro, una historia en la que el deseo era un protagonista principal, ansioso por desbordarse y encontrar su cauce en el escenario de la realidad.

Después de recorrer innumerables manzanas, mi cuerpo estaba cubierto de sudor, mientras el sol cruzaba los edificios. Mi iPad resonaba con la cautivadora voz de Beret interpretando "Sentir". Finalmente, me encaminé de regreso a mi departamento, siguiendo el sendero de esta larga caminata.

La intensidad de la carrera había despertado mi apetito y anhelaba una ducha de inmediato. Una vez dentro de casa, revisé mi móvil y me desilusioné al ver que no tenía mensajes. Era demasiado temprano para escribirle, consciente de que aún estaría sumida en un dulce sueño.

Pero no lo pensé dos veces y decidí enviarle un mensaje de buen día, deseando que sea lo primero que vea al despertar. Sin embargo, el tiempo pasaba y mi teléfono permanecía en silencio. Ella aún descansaba plácidamente.

Un instante de regocijo bajo la revitalizante ducha fue suficiente para disipar cualquier rastro de somnolencia. Cada gota de agua parecía llevar consigo una promesa de nuevos comienzos y oportunidades frescas. El agua que fluía sobre mí era como un bálsamo que purificaba tanto mi cuerpo como mi mente, preparándome para lo que el día tenía reservado.

Luego solo quedaba prepararse para enfrentar el mundo laboral. Me envolví en un elegante pantalón de traje negro, una elección que no solo reflejaba mi determinación, sino también mi estilo distintivo. La camisa oscura, sin corbata ni saco, se convirtió en un lienzo en negro donde mi personalidad podía expresarse sin restricciones. Una fina cadena plateada, sutil pero significativa, llevaba consigo una pequeña cruz que añadía un toque de espiritualidad a mi apariencia.

Amores Modernos: Un Romance virtual Donde viven las historias. Descúbrelo ahora