Recuerdos perdidos

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Se encontraban reunidos en la sala de Hanji, Armin, Mikasa, Levi, Erwin y claro la anfitriona.

- Nee~ Levi, y a todo esto, yo se que como estaba bajo responsabilidad del hospital es parte nuestra culpa -dice Hanji con su mano en la barbilla y mirada en el cuadro de la pared-

Levi voltea despegando su vista de la ventaja de la sala con sus notorias ojeras y una mirada fulminante, razón por la que todos (menos la mujer castaña) se sorprendieron de verle en este estado.

- Pero -suspira- el resto ya no está en nuestras manos -baja sus brazos poniéndolos detrás dirigiendo su mirada al suelo-, solo nos queda esperar...
- No puedo solo esperar, tengo que encontrarlo
- ¿Por qué tanto empeño Levi?- pregunta el cejas
- Por que es el...-dice alzando la voz- Hanji, es el

Hanji solo se queda observando, lo sabía, creo que eso inconscientemente la impulsó a salvarlo a cómo diera lugar

- Sigo sin entender nada- dice Mikasa cruzando sus piernas y recostándose en el respaldo de la silla mientras que Armin pensaba en la misma posición de su amiga

Levi solo le dió una mirada rápida a la mujer y devolvió su vista a la ventana del departamento.

———
Narrador omnisciente

Hace algunos años, aproximadamente 10, un joven Levi a sus 25 años estudiaba el final de su especialidad, si, era muy joven, pero a la vez tenía una retención y capacidad espeluznante, al igual que sus únicos amigos la loca y el cejas (como el los llamaba).
Un día volvía de la facultad, mientras que observó a un joven corriendo como si de eso dependiese su vida, al principio no le prestó mucha atención, el reflejo del sol no le permitía ver mucho, hasta que vio la ropa de aquel muchacho cubierta de sangre. Levi le gritaba a lo lejos pero éste parecía no inmutarse de su presencia, hasta que lo pudo alcanzar y se colocó frente de él, haciendo que éste parara en seco.

- Oi, tú mocoso, ¿que te pasó?
- ¿Quién eres? - dice alejándose un poco, una respuesta corporal inmediata, como si tuviera miedo
- Me llamó Levi, soy doctor, ¿que te sucedió? - dice a secas, mientras se acerca importándole poco el espacio personal del chico tomando su rostro- parece algo grave, ven, vamos al hospital - toma su brazo jalándolo un poco
- ¡NO! - se sueltes bruscamente y comienza a temblar- No puedo ir ahí... el me encontrará...
- ¿De que hablas?...

Eren lo miró unos momentos mientras decidía entre decirle o no, pero optó por contárselo, de todos modos podría morir en cualquier momento.

- Mi tío... - dijo con un semblante entristecido
- ¿El te hizo esto?
- S-Si, bastante seguido
- ¿Pasó algo... más? - Levi tenía lo peor, esos eran los peores casos
- No - sonríe- me odia, no es capaz de tocarme así, o eso espero - suelta una pequeña risa nerviosa mientras cae de rodillas
- Bien, si no quieres ir al hospital te llevare a mi apartamento o ¿tienes amigos?
- A donde el no pueda saber dónde estoy -dijo sin pensarlo dos veces
- Vamos a mi casa -sentenció el mayor

Van directo a la casa de levi, unos apartamentos, al entrar al lugar, le pide que se quite los zapatos en la entrada, para luego pedirle al joven que se recueste en su sofá, le da una muda de ropa (la más grande y flexible que tenía, el tipo es demasiado alto).
Mientras el niño se cambiaba de ropa Levi fue en busca de su botiquín, al regresar nota que está dormido (o intenta dormir, mal acomodado en el sofá), y comienza a curarlo intentando no despertarlo lo que es casi imposible por el obvio dolor y ardor en sus heridas, tenía un labio partido, un ojo morado, una abertura ligera en la frente, no encontró algo grave en la cabeza, su cuerpo estaba lleno de hematomas y cicatrices de quizá sucesos anteriores, Levi observaba cada rasgo de su píel con una rostro serio pero por dentro maldecía a quien le hubiera hecho esto a un pobre niño, Eren solo intentaba desviar la mirada, le daba vergüenza que lo vieran de esa manera, que creyeran que no se podía defender por qué era débil, pero a comparación de su tío si que lo era, y necesitaba recuperarse.

Una vez que Levi terminó, le ofreció una botella de agua y algo de comer, Eren estaba pálido así que supuso que no tenía nada en el estómago.

- ¿Como te llamas mocoso?
- Eren... Eren Jaeger, ¿puedes repetirme tu nombre?
- Levi Ackerman
- Levi... gracias, gracias por ayudarme y todo, pero creo que es momento de que vuelva a casa

Levi iba a decir algo pero al ver que el castaño falló en su intento por pararse y casi caer al suelo le ofreció pasar la noche ahí, para que no tuviera que volver tan pronto, al menos no en ese estado, podría ser peor para su cuerpo. Eren sabía que no podía quedarse, le iría mal si no llegaba a su casa, pero Levi tenía razón así que accedió, el azabache le preparo la habitación contigua y Eren al tocar la almohada cayó rendido.
El chico a pesar de estar severamente lastimado sus rasgos seguían siendo finos y muy atractivos, pero seguía siendo un niño, así que solo salió de la habitación para ir a la suya, no pudo dormir en toda la noche pensando en que le pasaría al muchacho, supongo lo acompañaría a casa para que no le hagan algo tan malo, y solo así pudo cesar un poco el trabajo de su cabeza y descansar un poco, igual no es como que regularmente durmiera mucho, su trabajo no era nada sencillo.

Eren se levantó con los rayos del sol que pegaban en su cara, lo cual era extraño por que su habitación tenía una sola ventana pero nunca entraba el sol por ella, así que de levantó lo más rápido que su cuerpo adolorido pudo y observó los rasgos de las paredes, era diferente a su cuarto, pero pronto pudo recordar lo que había pasado, una sensación de paz de alojó en el, seguido del rugir de su estómago al oler un desayuno cacero (algo que nunca pasaba donde vivía) y una voz conocida pero que seguía siendo nueva para el.

Salió de la habitación, y bajando de las escaleras vió un cuerpo pequeño, colocando comida sobre una mesa

- Que bueno que haz despertado, he preparado el desayuno, por si aún quieres comer algo...

Lost on youWhere stories live. Discover now