Capitulo 11

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Con algo de dificultad, Renkotsu arrastraba el saco que contenía parte del oro de la ciudad de Hamunaptra.

-ven ¡vamos, vamos!-haló de la cuerda del camello pues, el animal se rehusaba y se quejaba por los jalones que este le daba

Duro unos minutos en lograrlo, ya montado tomó un pequeño cofrecito redondo y lo observó sonriente cuando visualizó un diminuto brillo salir de él y donde... Dirigió nuevamente la ciudad, no estaría mal ir a por más y volverse más rico que nunca

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Kagome trataba de liberarse de aquellas esposas, al mismo tiempo que estaba asustada por lo que veía a su alrededor; los sacerdotes estaban acercándose y reuniéndose cada vez más. Dejó de forcejear cuando vió a Naraku aproximarse con el Libro Negro a donde estaba aquella momia dormida a su lado.

El guardián de la muerte bajó el libro y miró a su amada muy vendada de pies a cabeza exceptuando sus ojos y boca, acto seguido paso su mano encima de su rostro sin tocarla mientras este cerraba sus ojos.

-Kikyo...-

La bibliotecaria vió cuando este abrió aquel libro con la llave la cual, seguidamente guardó dentro de su túnica y pensó que ya era hora de hacer el ritual, con tan solo imaginarlo un escalofrío recorrió por todo su cuerpo y trato de liberarse nuevamente mientras que las momias se inclinaban y enderezaban de manera mutua.

-¡Taisho! ¡Miroku!-llamó Kagome desesperada y dudando que tal vez la escucharan

Mientras tanto, Inuyasha con la ayuda de Miroku intentaron abrir la caja mientras Koga vigilaba el área, sin embargo, vió que un pasillo al frente de ellos se reflejaban las sombras de esas cosas.

-maldición, no se dan por vencidos-comentó Inuyasha entre dientes ya furioso por la situación

-sigan buscando-dijo Koga alistando su arma y estos continuaron con su tarea antes que los sacerdotes se acercaran más

Con rapidez y algo de desespero lograron abrir la base de Horus y a continuación, abrieron la caja que habitaba dentro de ella y retiraron la tapa de aquel material encontrándose con un libro completamente de oro.

-el libro de Amon-Ra...-susurro Miroku y ambos hombres se miraron mientras que el Medjay disparaba hacia las momias que poco a poco iban acercándose

Cuando el arma dejo de funcionar por la falta de balas miró a los dos extranjeros.

-salven a la chica...-estos los miraron-¡maten a la criatura! ¡AHG!-dicho esto, se adentró hacia aquel pasillo a luchar contra las momias

Inuyasha visualizó el lugar en busca de una salida y así llegar a donde estaba su azabache, se dirigió hacia un costado y tuvo la idea.

-¿¡que están esperando!? ¡LARGO, LARGO!-les gritó el moreno dando la orden a que se marcharan

El chico de ojos dorados encendió una dinamita y lo arrojó hacia aquel costado, luego tomó a Miroku y se escondieron bajo una pequeña cueva parecida al de una chimenea y enseguida explotó ese espació al mismo tiempo que las momias salieran lastimadas por dicha explosión.

-¿¡estas bien!?-le preguntó a Miroku quien asintió enseguida-¡vamos!-lo tomó nuevamente el chico se adentraron

Al fin rescatarían a Kagome.

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La criatura murmuró unas palabras al mismo tiempo que dirigió su mirada hacia un pozo lleno de agua negra es decir, Pozo del Inframundo, Kagome giró su cabeza haciendo lo mismo y abrió los ojos al ver una especie de humo salir de ese pozo, este mismo se dirigió lentamente a donde estaba la chica quien entraba en pánico sin apartar su mirada en esa cosa hasta que lo vió adentrarse en el cuerpo de la momia que estaba a su lado dando paso... Su brusco despertar y mirar a la azabache, asustandola a más no poder.

the mummyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora