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Jade creó el enorme mapa a su alrededor de humo y luz, los cuatro reinos con cada tropa hechos de fuego amarillo mostrando el camino que seguían.

—Miles, —lo llamó — tú me dirás lo que no vea en Vuur. —le ordenó —Zeth, tú lo de Upsala y Killian me dirás lo que pasa en Theía. —los tres se acercaron para poder ver mejor.

Su pulsera de cráneos tenía algunos ya en color naranja, casi rojizo indicándole el peligro en el que se encontraban. Catherine, Beth, Vrid y Agatha observaban en silencio junto a Jackson y Jude.

—Listos. —dijeron los tres.

Ella sonrió —Que comience el juego. —cerró los ojos.

Respiró profundo, cada vez más lento, concentrándose en lo que haría y reuniendo toda su energía.

—¿Jade? —Jackson la llamó y ella abrió los ojos; eran completamente de luz, la misma que la de sus soldados. De sus manos salía fuego azul esparciéndose sin quemar o lastimar y sus alas se desplegaron.

Las figuras en el mapa comenzaron a correr dando inicio a un constante golpeteo de espadas hasta que alguno saliera victorioso.

***

El Rey Makonnen y la Reina Tehani lideraban a los guerreros y los soldados de Jade; los de humo y luz junto a los de piedra, ellos atacarían de frente creando distracción, mientras Ayira, Thabo y varias criaturas se infiltraban en el castillo.

En cada reino se haría lo mismo.

En Vuur Jade creó una enorme tormenta de arena para atrapar a tantos Oscuros como fuera posible sin desorientar a su gente, ayudándolos a hacer caminos seguros para sus guerreros y guiando a los enemigos hasta ellos; a una muerte segura, sin lastimar al pueblo.

La visibilidad era prácticamente nula para los Oscuros; la arena golpeaba el rostro y entraba en los ojos, la boca se secaba, pero la batalla continuaría hasta recuperar lo que era suyo.

—Una vez pasando ese pasillo estaremos dentro. —Thabo guiaba por los pasadizos —Ayira a la izquierda y yo a la derecha —ordenó —¿Listos?

Avanzaron con sigilo, matando a todo Oscuro a su paso; eran protegidos por los soldados de la reina y mostrándoles el camino a seguir, diciéndoles donde estaban los enemigos y creando distracciones.

Todos luchaban, elfos, enanos, Faunos y Nefilims cuidándose entre sí.

Las paredes blancas y doradas se manchaban de sangre de ambos bandos, dejando un rastro de su paso.

—Recuerdo estos pasillos, —la voz de Jade salió de los soldados que acompañaban a los príncipes —nos escondíamos detrás de los pilares.

—Y luego nos metíamos en problemas. —Thabo sonrió mientras caminaba con su espada en mano.

Ayira salió de un salón.

—Siempre asumías la culpa.

—No era importante en ese entonces, —Jade atravesó a un Oscuro —solo quería que nos divirtiéramos.

A pesar de la tormenta de arena, la luz se filtraba por las ventanas. Se liberaron a prisioneros inocentes que inmediatamente se unieron a la lucha.

—Gracias Jade. —dijeron los dos en diferentes partes del castillo.

Miles le decía a Jade lo que no veía, aquello que no notaba mientras ayudaba a los demás reinos.

«Detrás del grupo de Thabo», «a la derecha de Ayira», «el Oscuro perdido dentro de la tormenta», «el Rey Makonnen y su esposa en peligro» todo lo que ayudara, que ella no podía ver.

Guardianes: La Espada UlfberthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora