Kim Seokjin se encuentra confinado en un lugar extraño con 10 de sus compañeros de clase. Ellos se ven obligados a jugar el juego de los hombres lobo, donde deben matarse unos a otros para sobrevivir.
Seokjin deberá ganar el juego para poder sobrev...
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SEIS AÑOS DESPUÉS
Lo que se había temido por todos en la comisarías, sucedió. Namjoon había muerto después de haber luchado por su vida en esa cama de hospital, al final, todo esfuerzo había sido en vano.
Nadie supo qué fue lo qué pasó, quién fue el culpable de la muerte del detective y todos se preguntaban por qué el no había dicho nada sobre aquella misión, nadie sabía por qué el había ido a ese lugar, no hasta que lograron inspeccionarlo, encontrando dentro los cadáveres de casi todos los estudiantes desaparecidos.
La investigación había seguido por un par de años más, después de la fuga de Kim Yoongi con Jeon Jungkook todo había sido tan extraño, no había rastro alguno de ellos y ahora eran los principales sospechosos de la desaparición de Kim Seokjin y Kim Taehyung. Después de dos años sin obtener prueba alguna ni otro suceso similar, el caso se dio por cerrado y nadie objetó, a nadie le importaba.
Ahora, habían pasado seis años desde la muerte de Namjoon y Seokjin, como siempre, había ido a visitarlo, solo para dejarle flores. Esa sería la última vez que lo vería, era hora de avanzar, ya no podía volver a Corea, cada vez que viajaba, se arriesgaba a ser encontrado.
—Siempre he creído que es tonto llevar flores a las tumbas de personas muertas, nunca supe por qué las personas hacen eso, nadie recibe las flores, lo único que hay en esa sucia caja es un cuerpo en descomposición, siendo comido por gusanos o peor, solo hay huesos. —Seokjin dejó un ramo de flores sobre el túmulo de Namjoon—. Sin embargo, siempre que vengo traigo un ramo para ti y converso, como si pudieras escucharme, pero en realidad no es así, ya no existes, ni aquí ni en ningún otro lado.
Seokjin miró a un lado y ahí se encontraba la tumba de Miyeon, también con un ramo que Jin había dejado con anterioridad.
—Ninguno de los dos existe ya —agregó con gran nostalgia—. Y eso... me alegra. Por una parte, la persona a quien consideraba superior a mí, ya no está y, aunque eso nunca lo planeé, me alegra que Taehyung haya hecho esto, ahora no me siento inferior a nadie y eso me ha ayudado a controlarme. Ahora, Miyeon... Si puedes escucharme, quiero que sepas que jamás en la vida, odié y amé tanto a alguien como a ti, te odiaba porque nunca entendí por qué tú recibías un mejor trato que yo, no me gustaba que fueras el centro de atención de nuestra madre ni de la otra familia y, aun así, te quería porque eras mi hermana, porque incluso si no lo quería, tú me considerabas como lo único valioso en tu vida.
