Ho Won asintió a las palabras de Dong Woo, mientras éste se acercaba a Myung Soo poco a poco. Lo miró con una ceja enarcada e, inesperadamente, el joven demonio sintió que podía mover su cuerpo de nuevo.
—¿Y bien?
—Se-... D-Dong Woo, es una simple reprimenda para mi hijo —comentó Ho Won, agachando la mirada.
Dong Woo observó otra vez al azabache y luego suspiró con lentitud.
—¿Y desde cuando se te ha otorgado el derecho de castigar a los demás sin consultarme, incluso si se trata de tu hijo?
—N-no... y-yo no...
—Ho Won, sabes muy bien que los asuntos personales no se deben mezclar con el trabajo, ¿o es que no te quedó claro la primera vez que se te advirtió?
Myung Soo frunció el ceño, pero no le tomó importancia a lo que los demonios discutían entre sí. Lo único que en verdad le interesaba era ir al lado de Sung Yeol. Y cuando vio que él pasó a segundo plano para las dos figuras frente a él, no lo pensó dos veces para gatear hasta Lee y tomarlo con cuidado entre sus brazos. El demonio lo miró, con sus ojos humedecidos, y luego acarició una de sus mejillas mientras observaba con impotencia las cortadas que tenía en la cara y el cuerpo. Sung Yeol estaba inconsciente, y no tenía muy buena pinta a pesar de que las heridas no eran graves.
Sung Kyu lo vio de reojo, pero era más interesante la plática que mantenían sus superiores.
—Dong Woo, ¡este mocoso cometió un error, y estoy en todo mi derecho de castigarlo!
—¡¿Por qué?! Porque es tu hijo. Ho Won, se te permitió traer a Myung Soo después de que su madre murió, pero nunca se te dio el poder de hacer con él lo que quisieras. ¿O pensabas que su lado humano nunca saldría a la luz? ¿Qué esperabas de un demonio que es mitad mortal? ¡Tarde o temprano su naturaleza lo llamaría! Tú no tienes el derecho de ir contra su destino.
Ho Won tragó saliva en silencio y Dong Woo le dio la espalda para clavar sus ojos en Myung Soo. El demonio se estremeció, y se aferró más al cuerpo de Sung Yeol
—No fue culpa de nadie que Soo Jung muriera. Y si en verdad quieres remediar tus errores, haz lo correcto ahora, o yo lo haré por ti.
Dong Woo caminó hasta Myung Soo con pasos lentos y el chico lo miró, asustado. Frunció el ceño y estuvo dispuesto a pelear para defender a su amado sin importar lo que pudiera pasarle, pero abrió los ojos con sorpresa cuando Dong Woo se hincó y puso una mano en la frente de Sung Yeol. Un resplandor surgió de ella, y las heridas de Lee desaparecieron.
Dong Woo se levantó y giró sobre sus talones, miró de nuevo a Ho Won, y un humo negro comenzó a emanar de sus pies.
—Espero que cuando regreses todo esté resuelto. No quiero tener que recordarte cuál es tu lugar —le advirtió, y luego Dong Woo desapareció entre el espeso humo.
—M-Myung...
La débil voz de Sung Yeol sorprendió al demonio. Myung Soo abrió más los ojos y tomó una mano de Lee entre las suyas. El azabache sintió un nudo en la garganta y acercó su rostro hasta la frente del muchacho para besarlo.
—Sung Yeol, ¿cómo te sientes?
—F-feliz al ver que... estás bien —susurró, enterrando su rostro en el pecho de Myung Soo mientras las lágrimas humedecían sus mejillas. El demonio apretó los ojos y dejó otro delicado beso sobre los cabellos de Sung Yeol.
Ho Won apreció toda la escena y luego caminó hasta ellos. Myung Soo escuchó sus pasos, y Sung Kyu se tensó un poco.
—¡No dejaré que lastimes a Sung Yeol, él no tiene nada que ver con esto! —le advirtió a su padre, y Ho Won lo miró, resignado.
—Sí tiene mucho que ver, hijo. Porque, si este muchacho te ama de verdad, entonces sólo hay una cosa que puedo hacer para ponerle fin a todo esto —le hizo saber, al mismo tiempo que levantaba una mano y la ponía frente al rostro de Myung Soo.
—¡Nooo! ¡Haz lo que quieras conmigo! ¡Bórrame de este mundo si quieres! Pero... n-no... No lastimes a Sung Yeol...
La respiración se atoró en su garganta, y un río de lágrimas surcó sus mejillas de Myung Soo. Sung Yeol apretó los ojos mientras se aferraba con desesperación a la ropa del demonio. Myung Soo lo sujetó con más fuerza entre sus brazos y, de un momento a otro, sus sollozos dejaron de escucharse cuando una intensa luz los envolvió a los dos.◇◇
Días después...
—Te lo he dicho cientos de veces, Woo Hyun, necesitamos las almas humanas —le reprochó Sung Kyu.
—¿Y no hay otra manera de obtener energía?
—¡Sabes que no! ¡¿Por qué te estás quejando tanto?!
—¡Porque ahora que Myung Soo no está, es más trabajo para nosotros!
Sung Kyu rodó los ojos, Woo Hyun cada vez se volvía más insoportable, y ni hablar de las incontables veces que no dejaba de insinuar que quería ser más que su compañero.
—Ambos sabíamos que tarde o temprano Myung Soo regresaría a donde pertenece. Mi medio hermano nunca fue como nosotros.
Woo Hyun bufó, se levantó del suelo donde ambos demonios estaban sentados, y se acercó a la orilla de la azotea en la que siempre se reunían para observar la cuidad. Era una hermosa noche, y la luna nueva brillaba a todo su esplendor.
—Sólo espero que, ese idiota, no lo eche a perder.
—Ya verás que no. No es tan tonto como piensas.
Sung Kyu se puso de pie, y Woo Hyun sonrió de lado.
—Vamos, tenemos trabajo que hacer —dijo Kim, y el otro demonio asintió. Un negro y espeso humo los envolvió y en un par de segundos desaparecieron.◇◇
—Buenos días.
—Buenos días, Sung Yeol. ¿Dormiste bien?
—Sí, gracias. Aunque, aún siento el cuerpo un poco adolorido.
Sung Jong enarcó una ceja y se le acercó para poner la mano en su frente.
—Pues, no tienes fiebre. Tal vez vas a pescar un resfriado. La temperatura ha bajado mucho estos últimos días.
—Sí. Tal vez sea eso.
Los muchachos se sonrieron y luego comenzaron con sus labores. Había muchas cosas qué hacer en la librería y ellos estaban de verdad ocupados.
Sung Yeol fue hasta un estante y tomó la escalera para poder organizar algunos libros. Había varios guardados en cajas y él tenía que acomodarlos todos.
Suspiró al terminar, bajó despacio y, cuando estaba por pisar el último escalón, la cinta de su zapato se atoró, y Sung Yeol se resbaló. No pudo sujetarse a tiempo y apretó los ojos, pero, repentinamente, alguien lo tomó entre sus brazos para evitar que se lastimara. Lee parpadeó varias veces y levantó su rostro para mirar a su salvador.
—¿Estás bien? —preguntó el muchacho que lo tenía apretado contra su cuerpo. Sung Yeol asintió varias veces mientras sentía sus mejillas enrojecer, y el otro joven le sonrió, aflojando su agarre poco a poco.
—Gracias. —dijo Sung Yeol, sonriéndole de regreso..
—¿Tú eres el encargado?
—Sí. ¿Qué necesitas?
—Hace un rato hablé para preguntar por un libro.
—¡Ah, sí! ¿Eres Kim Myung Soo? —El muchacho asintió, y Lee le sonrió de nueva cuenta—. Sígueme por favor.
Sung Yeol se dio la vuelta, caminó hasta el mostrador y el moreno fue tras él. Tomó un libro que ya había apartado con anterioridad, y se lo mostró al muchacho.
—¿Es este?
Myung Soo frunció un poco el ceño y lo sujetócon una mano. Lo examinó un momento y movió la cabeza en señal de aprobación.
—Sí. ¿Cuánto te debo?
El azabache lo guardó en su mochila y sacó su billetera para pagarlo.
—Veinte mil wons y... tu número telefónico...
Myung Soo sonrió de lado y Sung Yeol lo miró, sintiendo ruborizarse mientras el color carmín subía hasta sus orejas.
—¿Cómo dices? —preguntó el azabache, divertido, y Lee mordió sus labios con nerviosismo.
—¿No te gustaría salir conmigo a tomar un café? —le propuso Sung Yeol, y Myung Soo asintió mientras volvía a sonreír—. Entonces, espera mi llamada. —Lee sacó su móvil para que el otro joven anotara el número. El azabache le devolvió el aparato y giró sobre sus talones para salir del local, no sin antes dedicarle una pícara sonrisa.
Sung Yeol suspiró profundo y enseguida sintió como una mano se posaba en su hombro.
—¿Qué fue eso? —le preguntó Sung Jong, enarcando una ceja a la vez que curvaba sus labios.
—Ni yo mismo lo sé. Pero, ¿no te parece encantador ese chico?
Sung Jong se echó a reír y le palmeó el hombro varias veces.◇◇
Myung Soo suspiró profundo mientras caminaba. Llegó hasta un parque cercano y se sentó en una banca. Puso su mochila a un costado y sacó el libro que había comprado, lo abrió hasta la primera página y, justo cuando iba a comenzar a leerlo, levantó la vista hacia el cielo y una enorme sonrisa se materializó en su atractivo rostro.
—Sung Yeol, sabía que no te olvidarías de mí tan fácilmente.FIN.
Julio, 2020.
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Soy yo... | MyungYeol
Fanfiction•SINOPSIS• "¿Por qué aquel gatito negro que Sung Yeol adoptó un frío día de invierno, se puede transformar en humano?" Versión MyungYeol de mi propio Fanfic: "Soy yo... (WooGyu)" ☆Temática BL (INFINITE) | Myung Soo - Sung Yeol (MyungYeol). ☆Universo...