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Después de que Cedric me mostrara su rostro tomó mucha confianza y ahora anda sin su capucha. Aún así me sigue sorprendiendo como no se lleva nada por delante estando ciego.
Hace unos días lo descubrí caminando por el bosque en el amanecer y cada ciertos pasos se agachaba y tocaba el suelo. Así hasta llegar a la orilla de un lago que hay más adelante de la ubicación de la casa. Lo que más me sorprendió fue como solo puso su palma de la mano en un tronco seco y lo hizo crecer tan alto como los demás arboles. Y si no me equivoco hace eso todas las mañanas.

Después con Aramis seguimos durmiendo juntos, tememos estar solos de nuevo y con cada día nos hacemos más unidos. Hace unas noches me desperté en la madrugada porque tenía frio y no estaba junto conmigo en el rincón del cuarto. Estaba sentado en la cama y dando pequeños saltos como si estuviera probando la suavidad del colchón. Me dio tanta gracia al principio verlo como un niño probando algo nuevo. Le pregunté si estaba bien y me dijo que me siente con él. Estuvimos un largo tiempo en la misma posición hasta que habló para preguntar si nos podíamos acostarnos juntos y dormir ahí.
A mí también me dio algo de remordimiento volverme acostar en un colchón, pero cuando nos tomamos las manos nos quedamos dormidos. Aún nos cuesta conciliar el sueño por las noches, pero tratamos de acostumbrarnos a la cama.

Doroty nos habló de las reglas del lugar, lo de ver a nuestras familias es obvio que queda prohibido, luego nos dijo que todos los días entrenaríamos nuestras habilidades hasta tener control total de ellas. Hoy se supone que empiezo con Cedric con tratar de manejar y descubrir lo más que se pueda y Aramis le toca con Doroty, ellos van a ser cosas más psicológicas. El problema es que no me puedo dormir y hace horas que se apagaron las luces de la casa.

El brazo de mi amigo me pesa horrible sobre el vientre y lo saco para pararme. Voy a caminar un rato afuera para despejarme. Tomo una sudadera y salgo de la casa. La madrugada está fría, el rocío está como una fina capa sobre el césped.
Camino y camino, y esa paz llega como siempre. Apoyo la mano en un tronco y cierro los ojos. Es como si sintiera las raíces que están abajo de la tierra. Deslizo la mano hacia la tierra, juego con ella entre mis dedos, hasta que pequeñas raíces comienzan a salir y bailan alrededor de mi mano. Sonrío, ya no 'se si esto es un sueño o si esto enserio está pasando, pero muevo los dedos en el aire y ellas siguen ahí. Se comienzan a enredar en mi mano hasta llenarla de raíces. Me desespera un poco y tiro para sacar la mano, pero esta atrapada.
Trato de romperlas con la mano libre, pero más raíces salen del suelo y la toman con fuerza, dejando mis manos totalmente inmóviles. Estas empiezan a tirar hacía abajo y recuerdo que justo así ellos me tenían atada, ellos me manejaban a su antojo, no quiero volver a pasar por esto, nunca más.

Mis palmas arden debajo de tanta maleza, pero no por dolor. La raíces marrones se prenden fuego en un segundo liberando mis manos. Sacudo mis brazos por miedo a quemarme.
Me separo arrastras hasta poner cierta distancia, pero el fuego solo quema las raíces que me sujetaban y se extingue, dejando dos círculos negros.

Espinas NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora