prologo

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¿Quién diría que mi vida cambiaría drásticamente por el simple hecho de mudarme?

No sabría como describir mi pasado, no sabía si era bueno o malo.

Hasta hace 5 años vivíamos en Argentina; allí fue donde nací y crecí. La vida era un poco dura cuando tenía entre 5 y 7 años, mi madre trabajaba todo el día y solo la veía unas pocas horas durante la noche, mi hermano mayor cuidaba de mi casi tiempo completo mientras se encargaba de el cuidado de la casa y sus propios estudios.

A todo esto y ¿mi padre?.
Ese bastardo asqueroso después de mi nacimiento cambió completamente; entro en el mundo de las drogas y le fue infiel a mi madre con más de una mujer.

 Cuando yo tenía 4 años mi madre lo echó de la casa, pero cada tanto se reconciliaron hasta que volvía a ponerle los cuernos.

Tiempo después mi madre conoció a un hombre, él era amable y cariñoso todo lo que le hacía falta a mi madre en esos momentos.

Mi progenitor no lo soporto y un día entró a la casa a la fuerza buscándome a mi, alegaba que él me llevaría lejos y que prendería fuego la casa  con mi madre y hermano dentro.
Cuando quiso agarrarme mi madre salió de su pieza por el grito de miedo que yo había dado, aquel hombre ya no era mi padre a quien yo tanto había querido, él era un monstruo después de lo que me hizo

Mi madre se interpuso y cuando él iba a golpearla mi hermano le detiene.

Fue el peor error de su vida puesto que eso le costó la suya.

Lo había estrangulado, él lo había asesinado, asesino a quien había ocupado su lugar en mi vida, asesinó a su propio hijo. Mi hermano había hecho de padre en la ausencia del mismo.

Él era asmático por eso no le costó mucho a ese hijo de puta.
No sabía cuándo ni cómo pero a la corta edad de 7 años había tomado el teléfono y llame a la policía. Estos no tardaron en llegar y se lo llevaron mientras que un camillero de la ambulancia, que habían llamado de urgencia, se llevaba el cuerpo de mi amado hermano.

Aquella noche lloré como nunca, nos dijeron que le había quebrado la tráquea y no pudieron hacer nada al respecto.

Esa misma semana vendimos la casa y mi padrastro hizo lo mismo con la suya. Nos llevó lejos de ahí, nos fuimos a vivir al otro extremo del país.

Todo iba bien mi madre se estaba recuperando de a poco, pero yo no podía, había entrado en una depresión nada favorable para mi corta edad.

2 años después de eso ya casi me recuperaba por completo. Ya no me cortaba los brazos y abdomen ya no buscaba la muerte para irme con mi hermano.
Estaba empezando a aceptar mi nueva vida, mi padrastro trabajaba de camionero y nos dio una mejor economía, yo era una princesa mimada, él me adoraba y cuidaba como si fuera suya puesto que jamás pudo tener una hija propia.

Todo iba perfecto, pero lo bueno en algún momento se termina.

Una simple llamada arruino todo. Nos informaron que mi padre, así lo llamaba yo, había sufrido un horrible accidente y había fallecido.

Todo nuestro mundo había colapsado de nuevo pero mi madre era fuerte y salimos adelante.

Volvimos a vender nuestra casa, más el salario y el seguro de vida nos fuimos del país al fin y al cabo no teníamos a nadie más que nos retuviera.

Decidimos mudarnos a california estados unidos. Mi madre y yo sin nadie más, ella trabajaba tiempo completo como dueña de una casa de comida que abrimos.

5 años después todo iba perfecto hasta que mi madre quiso tranquilidad y paz. Encontramos una ciudad alejada del mundo por así decirlo, en el estado de washington casi constantemente cubierto por nubes y lluvia hay un pequeño pueblo llamado Forks, población; 3.120 personas. Esa lugar era perfecto para que mi madre se relajara, había mucho bosque y fauna como a ella siempre le gusto. Por mi parte no me agradaba lo frió y mucho menos lo húmedo.

Sufría una rara enfermedad en mi sistema, cada que dormía o estaba inconsciente mi cuerpo se enfriaba demasiado al punto de ser casi crítico. Aunque fuera verano tengo que dormir abrigada y ni hablar de cuando era invierno, esa estación era todo un desafió campal.

No había hecho amigos en los 5 años que viví en california, mi tiempo estaba resumido en estudiar y sacar las mejores notas, para enorgullecer a mi madre y mi hermano que me cuida donde quiera que esté, y claro, ayudar a mi madre en el restaurante.

Entro de unos pocos meses cumpliría mis 16 y estaba emocionada ya que podría sacar una licencia para conducir bajo el cargo de mi madre.

El padre de mi padrastro a quien consideraba un abuelo en su lecho de muerte me heredó su moto favorita una Yamaha Ybr 125 Ed Um. Él era ex camionero, mecánico y en sus últimos años se dedicó a pasear por toda Argentina yendo a motoencuentros.

La pasión por los autos y motos me la habían pegado ellos, e igual me habían enseñado un par de cosas sobre mecánica así que podía defenderme.

Había tomado mucho para convencer a mi madre para traerla desde Argentina y que la enviaran a forks, pero cuando le dije lo lejos que me quedaba la escuela accedió con la condición que 2 veces a la semana me encargue yo de recolectar los suministros para el restauran que ella abriría cerca de la push, la reserva del lugar. Ella dice que ahí hay turismo así que mejor aprovechar.


Sonrisas Que EnamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora