¿Amor? No lo creo.

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Es increíble como las cosas cambian en un año.

Te das cuenta de muchas cosas, entran personas en tu vida, salen otras. Algunas entran de una forma y se van de otra, otras simplemente permanecen contigo sin importar qué pase. Y esas son las personas que realmente valen la pena.

Este último día del año he estado recordando muchas cosas, amor.

Las personas que han estado en mi vida y no se han ido... Son contadas con los dedos. Las que llegaron son bastantes, y las que se fueron... Sólo una. Tristemente esa persona es la que más me importa en este mundo. Pero a pesar de eso tengo a mi mejor amiga, que se cala todos mis llantos, mis risas y mis momentos de idiotez, me conoce más que nadie y aún así sigue junto a mí. Y como ella tengo un amigo, que más que amigo es hermano y confidente. Los amo infinitamente porque siempre me apoyan en todo y están ahí para mí así nos hayamos peleado. Y por eso creo que existen diferentes versiones de ti, amor.

Se puede amar a muchas personas, pero enamorarse... Sólo pasa una vez, las otras veces intentas sentir lo mismo.

Este año aprendí muchas cosas gracias a ti, me enamoré de la persona que menos esperaba, y de esa misma persona recibí decepciones.

Me estoy empezando a dar cuenta de que, tal vez, yo también le hice daño a él, pero ¿cómo saberlo? Cada vez que lo veía él estaba tan feliz...

Tú, amor, eres el sentimiento más egoísta que existe.

Amamos a alguien y queremos que sea nuestro, que no vea las otras cosas de la vida, que solo nos vea a nosotros... Es lo peor del mundo.

Los seres humanos somos muy idiotas, ignoramos otros aspectos importantes de nuestra vida por estar pendiente de uno, en el que a lo mejor no nos va tan bien.

En fin, le doy gracias a todas esas personas que compartieron conmigo este año. Pero sobretodo a él, por darme los mejores recuerdos, las mejores risas, los momentos tristes, todas mis molestias, mis celos, sus celos. Y también por haber formado parte de mi vida.