14 Julio: Día de la plata.

14 2 0
                                    


Martes.

.

− Escuché por Heechul que estás saliendo con alguien. ¿Es verdad?

Cuando uno de sus compañeros, el chico tímido que siempre se sentaba al final, a su lado, soltó la pregunta, Jang Hoon se sintió confundido. ¿Estaba él saliendo con alguien, en realidad?

− Heechul se lo dijo a una chica que preguntó por ti, ya que pasas mucho tiempo con él últimamente. Se corre el rumor de que la chica es amiga de él.

− ¿No dijo con quién?

− Entonces sí estás saliendo con alguien −. Llegó rápidamente su amigo a la conclusión, haciendo que el gigante se girara sobre sus talones para seguir a los demás chicos por la playa. Aunque, sinceramente, él también había llegado a la misma conclusión desde hacía un par de semanas.

Kim Heechul y Seo JangHoon eran pareja.

No en términos literales, más bien entre la práctica y lo platónico. Nunca sin profundizar.

Se había dado cuenta de eso cuando sus "de vez en cuando" se convirtieron en "todo el tiempo". Jang Hoon, todo el tiempo, estaba con Heechul. Ya sea almorzando, conversando sobre alguna estupidez que su chico había hecho cuando él no estaba cerca, turnándose esas vacaciones para ir de una casa a otra para ver programas televisivos y perder el tiempo.

Y eso, todo el mundo lo sabía. ¿Cómo pasó? Bueno, eran vacaciones y la ciudad no era grande, habían existido avistamientos por aquí y por allá, de alguna manera todos se enteraron por medio de alguna mención y terminaron con todos sabiendo que de encontrarse por las calles de Seúl con alguno de los chicos, el otro estaría ahí también. Y todos, seguramente, buscarían a los al rededores del par de amigos, buscando a una chica o dos.

− Sí, lo estoy...

Aunque no era oficial y mucho menos verdad.

No había un sentimiento de atracción entre ellos, no había amor ni ganas de besar al otro. No se tomaban de la mano a menudo, porque Heechul era una persona de tacto y siempre que requería su atención, fácil de distraer si no había un balón de por medio, solía tomarle de la mano para sacudirlo y llevarlo de vuelta a él.

No había nada serio entre ellos, más allá de sus intenciones de aprender más acerca de esos detalles que significaban amor. Aunque fueran cada mes, lo que hacía preguntar a veces a Janghoon si no estaban, más bien, perdiendo el tiempo de forma descarada.

Kim Heechul y Seo Jang Hoon no eran pareja.

Aun así, el apodado gigante se encontraba en esa joyería, porque era el millonario, según palabras de Heechul, y era él quien podía permitirse algo como eso. "Mi mamá me golpearía fuerte con la escoba si desaparece uno de sus cubiertos", había agregado.

Claro, que su lindo amigo pensaba que Jang Hoon le daría algún tenedor, no esperaba que sacara de su pantalón una pequeña caja, de esas que parecían destinadas a propuestas de matrimonio.

Ese día lo habían pasado con sus compañeros de clases y amigos, en una playa, por lo que no había oportunidad de dárselo sin levantar alguna sospecha, tener que dar explicaciones o sólo siendo molestados por todos. Por lo que prefirió esperar hasta el final, cuando cada uno partió a su casa y Janghoon, como se volvía costumbre, acompañó a Heechul a la suya, ya que el menudo chico quería contarle sobre lo que había hecho en la playa ese día con los demás, aun cuando él había estado presente también.

− ¿No habría sido más fácil un cubierto? Lo usaría diariamente para comer y pensaría en ti.

Janghoon rió, porque el sólo pensar en eso se le hacía estúpido pero de alguna manera había logrado cosquillear el interior de su estómago con dulzura. Seo no era fanático del dulce.

− Soy rico, puedo permitirme hacer esto.

− El próximo mes es el día verde. ¿Acaso me comprarás un bosque?

− Te regalaré hiedra venenosa.

− Menos mal es mi turno de hacerte el regalo, gracias por la idea.

Finalmente, en la sala de Heechul, donde no estaban sus padres, y mientras veían una estúpida película que el anfitrión había escogido, Janghoon abrió la caja, frente a los curiosos y brillantes ojos de su pareja, o algo parecido a.

Heechul empezó a reír al ver el regalo, pero aun así lucía emocionado y poco después, diciendo lo conmovido que estaba y lo genial que era al pensar en algo así. – Se llama sentido común.

− Calla y pónmelo −. Heechul se giró, teniendo que levantar un poco de su cabello ya que en esas vacaciones había crecido demasiado, cubriendo parte de su cuello.

Janghoon fue cuidadoso cuando lo puso, tratando de no incomodarlo ni tocar accidentalmente su piel. Apretó los labios, notando el bonito cuello que tenía su amigo, era de hecho, muy pálido, especialmente comparado con su propia piel.

− Este es mi beso −. Finalizó el gigantón, alejándose una distancia socialmente aceptable.

− Definitivamente necesitas de ciertos lujos. ¿No es así? – Se burló, poco antes de sentir un cojín contra su cara, dando inicio a una pelea de cojines que obviamente no ganaría. Janghoon nunca iba fácil con él, no desde que estaban juntos, falsamente.

El collar de plata, con el dije de un dedal y una bellota, colgaba del cuello de Heechul, balanceándose de un lado a otro mientras corría por su casa para no ser atrapado. Sería peligroso ser atrapado por Seo Janghoon.









{14 agosto}

El amor es un S.O.L.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora