the red rose for LOVE 🌹

capitulo 2 💓

No me fijé, solo sentí el impacto al chocar contra alguien. Cuando levanté la vista, vi a Darien Chiva mirándome con una expresión de desagrado. Bajé la mirada rápidamente y me di cuenta de que lo había manchado con mi almuerzo.

—¡Perdón, perdón, perdón! No me di cuenta —balbuceé, sintiéndome cada vez más pequeña.

Darien me miró con desdén, limpiando su ropa con un suspiro de fastidio.

—claro, "no te diste cuenta", ¿verdad? —replicó con sarcasmo

Sin decir nada más, se dio la vuelta y se fue, dejándome ahí, con el corazón encogido.

Lita, que había presenciado todo, se acercó y me dio una palmada en el hombro.

—Oye, amiga, deberías tener más cuidado —me dijo con una sonrisa de apoyo.

Mientras Darien se alejaba, podía sentir su desprecio incluso desde la distancia. En su mente, seguramente seguía molesto.

Darien (pensando): por culpa de esa niña me manché toda la ropa. Ni quién quiera estar cerca de alguien como ella.

Poco después, vi a Rey acercándose a Darien. Él también había presenciado el incidente y se le veía con una sonrisa maliciosa.

—Oye, amigo, vi lo que te hizo esa "ballena" —dijo Rey, entre risas—. Tengo un plan para que te vengues por ensuciarte la ropa... y de paso, para divertirnos un poco.

—Oye, amiga —le dije a Lita mientras caminábamos al salón—, soy un desastre.soy una tonta.

—No digas eso, Serena. No eres ninguna tonta —me consoló—. Los accidentes pasan.

Me ofreció su mejor sonrisa y me abrazó de lado, recordándome que, al menos, no estaba sola.

—Vamos, amiga. Va a empezar la clase y ya sabes cómo es el maestro Haruka. Deberíamos ir buscando un acompañante para que deje de ser tan amargado —dijo, intentando animarme—. ¡Oye, Serena, ahí está tu prima Michiru! Quizá si le pedimos ayuda a ella, podríamos ganarnos algo de preferencia en clase.

—Sí, tienes razón —le respondí, un poco más animada—. Pero hay un problema... mi prima vive lejos.

Entre risas, salimos corriendo al salón, intentando no llegar demasiado tarde. Al abrir la puerta, respiré aliviada al ver que el maestro Haruka aún no empezaba la lección.

—¿Podemos pasar, maestro? —pregunté, con mi mejor tono de arrepentimiento.

El maestro Haruka nos miró con seriedad antes de asentir.

—Pasen. Pero si vuelven a llegar tarde, tendré que hablar con sus padres —dijo con firmeza.

—No volverá a pasar —prometí, haciendo una nota mental de evitar cualquier distracción la próxima vez.

Cuando me giré para sentarme junto a Lita, escuché las risas bajas de Darien y Rey. No tenía que mirarlos para saber que se estaban burlando.

—Como siempre, la ballena llegando tarde —murmuró Rey, lo suficientemente alto como para que lo escuchara.

El comentario me dolió, pero me concentré en mis notas, tratando de ignorarlos y de enfocarme en la clase. Sentía que un peso extraño, como una sombra de humillación, se cernía sobre mí, pero en el fondo de mi pecho también sentí una pequeña chispa. Era como si algo dentro de mí me estuviera susurrando que algún día, las cosas serían diferentes.

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Continuará...