the red rose for LOVE 🌹

capitulo 1 💓

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Estaba en mi cuarto con mi mejor amiga, Lita Kaio, disfrutando de nuestra rutina de los sábados: ver fotos de los chicos populares de la escuela. De repente, encontramos una foto de Darien Chiva. Nos quedamos embobadas, admirando su belleza varonil.

—¿Ya viste lo guapo que es Darien Chiva? —suspiró Lita, casi en un susurro—. ¡Es un bombón!

Yo asentí, igual de emocionada.

—Sí… aaaaa, ¡qué guapo! —exclamé, sintiendo mis mejillas enrojecer.

Justo en ese momento escuchamos pasos acercándose. Sin pensarlo, aventé el celular y agarramos un par de libros, como si hubiéramos estado estudiando de verdad.

Mi mamá, Siozay, asomó la cabeza por la puerta con una sonrisa.

—Holis, chicas. Les traje unas galletas para endulzarles el día —dijo, colocando el plato en la mesa—. Bueno, las dejo para que sigan estudiando.

Aproveché para hacerle una pregunta que llevaba rondando mi mente.

—Mamá, espera… Quería preguntarte algo. ¿Crees que estoy… demasiado gorda?

Pero antes de que pudiera contestar, ella se giró hacia la cocina.

—Ay, hija, tengo que dejarles. Las otras galletas se me van a quemar. ¡Sigan estudiando!

Tan pronto como salió, Lita y yo volvimos a coger el celular y seguimos viendo las fotos de Darien.

El domingo en la mañana no hicimos nada productivo, solo dormimos y hablamos de cosas sin sentido. Para cuando llegó el lunes, estaba profundamente dormida cuando escuché el sonido de la alarma… y la voz de mamá.

—¡Serena, levántate! —llamó Siozay desde el pasillo—. Lita ya vino a buscarte, ¡apurate o llegarás tarde!

Sentí un chorro de agua fría sobre mí, y de un brinco, salté de la cama, empapada y temblando.

—¡Mamá! ¿Por qué me despiertas así? —protesté, intentando secarme.

—Lita te está esperando abajo —dijo, sonriendo divertida—. Apúrate, ¡tienes que ir a la escuela!

—¡La escuela! —me quejé, recordando lo que me esperaba—. Pásame la ropa, porfa.

Entré rápido a la ducha, y salí lista en un par de minutos. Me puse un suéter negro y unos jeans, bajé corriendo a la sala y llamé a Lita.

—¡Lita, nos vamos! —dije, poniéndome la mochila.

—Ah, sí, vamos —respondió ella, sonriendo.

Cuando llegamos a la escuela, en la hora del recreo, tomé mi almuerzo y, sin darme cuenta, choqué con alguien. Sentí que toda mi comida le caía encima. Alcé la vista, y mi corazón se detuvo por un segundo. No era un estudiante cualquiera, sino Darien Chiva, el chico más popular de la escuela.

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Continuará…