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Y ahí iba una vez mas, comenzaba a preguntarse si el era muy fácil de convencer o sus amigos tenían un don de la persuasión, tal vez era un poco de ambos.

Era una semana sin rastro de su novio fantasmagórico por lo cuál creyó que todo lo pasado solo fue asunto de sus nervios y estrés, por eso cuando sus dos amigos le propusieron que saliera para comer con un conocido de LuHan acepto, claro al principio se negó pero termino aceptando luego de que sus amigos le hicieran ver que "es bueno para su vida y que si no se llevo bien con Minho solo es una señal para conocer a muchas mas personas" el punto de todo es que Tao termino aceptando y LuHan y MinSeok mas que emocionados, tanto que la noche anterior fueron a su departamento para ayudarlo a elegir un atuendo, aunque la verdad no necesitaba demasiado la ayuda porque él tenía muy buen gusto pero aún así agradeció a sus amigos y dejo que le dieran algunas -muchas- sugerencias.

Esta vez la cita se concretaba en una cafetería sencilla que quedaba cerca del centro comercial ya estaba listo, a solo unos pasos de la puerta para entrar al establecimiento, aun faltaba para la hora acordada pero Tao decidió que quería llegar puntual más que puntual quería llegar primero para evitar la incomodidad de no saber como acercarse a un desconocido y preguntar si era su cita porque a diferencia de la vez pasada LuHan no quiso mostrarle ni una sola fotografía del chico con el que se encontraría, un empleado lo saludo al entrar y lo llevo hasta una mesa y ahí se dispuso a esperar a su cita.

Tao no estaba tan atento al sonido de la campanilla que anunciaba la entrada de nuevos clientes al lugar estaba mas concentrado en ver el frasco de azúcar que estaba sobre la mesa como si fuera lo mas interesante que había visto en días pero aunque su vista estuviera ahí realmente sus pensamientos estaban mucho mas lejos de ese lugar.

¿Porque era tan difícil empezar de nuevo? ¿porque tenia que pasarle eso a él? si bien sabia que su vida anteriormente no era precisamente un modelo a seguir él era feliz con lo que tenía, sabía que era de cobardes saber que estaba mal y aún así quedarse y fingir que todo estaba bien pero en ese entonces no le molestaba ser un cobarde por quedarse en su zona de confort, porque así no tendría que pasar por todo lo que ahora estaba pasando, y no lo malinterpreten no es que no este agradecido por la nueva oportunidad que le da la vida porque si lo esta, sabe que bien podría haber acompañado a SeHun al otro mundo pero no fue así, él sobrevivió, y por supuesto que no se alegra de que su novio halla marchado -eso jamas- pero es consciente de que esta teniendo algo que muchas personas no tienen; la facilidad de tener cambios en su vida pero para el no es nada fácil.

Tan perdido en sus pensamientos que no sé dio cuanta de cuando un desconocido se acerco a su mesa con una sonrisa en su rostro.

-¿Huang ZiTao?

Tao giro su rostro para ver a la persona parada junto a él, al cual le dedico una ligera sonrisa antes de sonreír y responder.

-Un gusto ¿Han Geng?

-¿Hace mucho que llegaste?- dijo mientras se sentaba en la silla frente a Tao.

-No, de echo casi voy llegando.

Parecía ser que su cita era agradable a primera vista, y ni hablar de lo visual no podría quejarse de eso, tenia una sonrisa fascinante, el encuentro prometía grandes cosas...

Claro eso hubiera sido, sino fuera por que Tao con sus cinco sentidos en perfectas condiciones pudo ver con extremada claridad como alguien entraba al lugar y no precisamente de la forma en que le hubiera gustado ver, entraba por la puerta pero no haciendo sonar la campanilla mas bien atravesando el cristal como si no hubiera nada ahí para que luego los ojos de ese alguien fueran a parar sobre Tao, que esta vez en lugar de gritar solo suspiro pesadamente.

LO APRUEBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora