❛❛Capítulo 13

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Toda la noche Maddy no dejó de hablar sobre la maravilla que era Brian May. A él no le importaba en absoluto, solo era un desconocido que la conocía ella, no hay más vínculos. Jamás se imaginó hablar con tantas personas, solo con sus "amigos" de trabajo en la estación de servicio y expendedora de droga, también los chicos de la banda que él ayudaba.

Le estaba molestando el hecho de que las personas lo miraran en la calle y se asustaran, murmuraran, le daba pánico mientras se echaban la bendición, como si él fuera el mismísimo demonio.

Era Maddy a quien querían ver, no a él. Si nunca hubiera muerto, nadie lo miraría extraño, si nunca hubiera aceptado venir a esta ciudad, si su padre nunca lo hubiera tratado tan mal. Si nada de esto hubiera pasado él no estaría en la ventana de la sala, en la oscuridad y el silencio, viendo la nieve caer como la lluvia.

Sus lágrimas no bajarían por sus mejillas, el dolor que tiene Roger no se puede comparar. Él no perdió a nadie, perdió algo peor... A él mismo.

Su fuerza, su visión se iban por el vacío del dolor, la soledad lo estaba oscureciendo, la desgracia lo estaba abrazando. Necesitaba que alguien lo ayudara, porque su propia conciencia estaba siendo su peor enemiga.

Mantenía los ojos cerrados, no quería ver su reflejo, no era un buen momento para verla. Necesitaba llorar con tranquilidad, cualquier persona con depresión llora y entristece de la nada. Es comprensible.

- Todo va a mejorar, Roger. —la escuchó. Pero no abrió los ojos.

- Tú querías saludar a tu hermana, ya lo hiciste. ¿Qué más necesitas? —se abrazó más a la manta.

- Que seas feliz, no lo volveré a repetir. —le reprochó lo testarudo.

- Algo imposible... —secó sus lágrimas.

Iba a decirle algo más, pero la luz se encendió, abrió los ojos y miró quien le quitó el momento de paz. Todo se removió en su interior cuando vio a su padre, su rostro estaba taciturno, lo último que quería Roger era empezar una pelea y por lo visto él quería molestarlo.

La tarde, después de que salió del restaurante, la pasó en tranquilidad. Era porque Michael no estaba ahí, no lo tenía bajo su mirada acusadora. Devolvió su mirada afuera y escuchó una risa muy sarcástica.

"No seas alguien que no eres, no debes forzar una sonrisa. Sé tú mismo Roger."

- Siempre la víctima. —dio unos pasos hacia él— Como la damisela a en peligro que eres.

- Y usted el estúpido ogro que me tiene cautivo. —le echó mucho sarcasmo al comentario.

- Sigue soñando, pedazo de escoria. —en segundos Michael lo tomó del cabello y lo hizo levantarse— Que haya ido al hospital por una estupidez suya no lo salva del error que ha hecho en mi vida. —hizo que lo mirara— Si sigue fastidiándome, de verdad lo mandaré al hospital por algo justo.

Se dio cuenta de que queda a la misma altura de Michael, de un movimiento se zafó de él y lo miró tan indignado y amenazante. El ambiente se volvió tan tenso, Michael apretaba los puños, y Maddy le rogaba a Roger que no lo provocara más. Pero él necesitaba sacar ese dolor con alguna emoción hacia su padre; en este caso la ira.

- Inténtelo. —el primer empujón.

- Muy hombrecito, entonces. —sonrió burlón.

- Me cansé de su maltrato. —segundo empujó— De sus malditas palabras. —tercer empujó, Michael se estaba fastidiando— Pero sobre todo... —lo tomó de la camisa y le murmuró con asco— Me cansé de usted.

Lo hizo, Roger le lanzó el primer puño a la cara de su progenitor, Michael por obvia razón, igual se defendió; esta vez los golpes no paraban.

Cecilia y Winifred bajaron rápidamente al escuchar como las cosas se movían, les pedían que pararan, pero Roger empujó tan fuerte a Michael que pegó contra una pared. Eso lo enfureció más, antes de lanzarse a su hijo, Roger reaccionó y botó un porta-retrato con la foto de la familia Taylor, se agachó y tomó un pedazo de cristal, con eso amenazo a Michael, que paró sorprendido.

- ¡Vamos, Michael! —le gritó— ¿Quién es la gallina ahora? Un maldito cobarde es lo que eres, Michael. No pudo criar a dos hijos, no sirve para ser padre.

Caminó a él para intentar golpearlo, al igual que Roger con el cristal. Pero Winifred tomó a su esposo de los brazos y Cecilia se puso frente a Roger deteniéndolo de los hombros. Entre algo de forcejeos, palabras, su tía pudo sacarlo de la casa.

- No te quiero volver a ver, Roger. —escuchó a su padre, desde la sala.

- Como si yo pedí tener una escoria de padre, como usted. —le reprochó desde afuera y su tía lo tomó del rostro.

- Basta, Roger. No lo escuches. —trataba de calmarlo— Por favor, mira arriba, ¿no te duele eso?

Y sí, en el segundo piso, a través de la ventana, su hermana Clare tenía los ojos llenos de lágrimas. La peor imagen que pudo ver, la única que no soportaba. Como le gustaría irse lejos de sus padres y tener un trabajo para llevarse lejos a su hermana de Michael. No quiere dejarlas a manos de ese monstruo. Pero su madre no era valiente para soltar las cadenas y quitarse la venda.

- Te llevaré a la floristería, ahí se queda una empleada, pero tengo otra habitación para que descanses. —ella se fue corriendo por unos abrigos para él y ella.

Por el camino no dijo nada, no quería hablar de lo sucedido, o el sermón que le puede dar su tía al ofender a su hermano.

Cuando llegaron a la floristería su tía buscó las llaves del negocio, divagó su mirada al frente de la calle y vio salir al señor Sallow con un hombre, tal vez el amigo, algo ebrios de un hotel. El señor levantó la mirada y vio muy sorprendido y triste, además de avergonzado a Roger, cosa que le recordó que no tenía sus gafas y sobrero, trató de ocultarse en un descuido.

El hombre se reprimió por esa mirada, pensó que su hija estaba desilusionada por su padre. Pensó que él era ella, Brian pensaba lo mismo, Karla, Sofía, todos. Y no cree que eso cambiará.

"Lo tienes en frente, siempre será tu salvación, Roger."    

❛Surrender━ [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora