¿Cómo debe actuar alguien cuando el amor de su vida está perdiendo tanta sangre?
¿Cómo?
—¡¡Sasuke!! ¡¡Sasuke!!
Mi cuerpo no dejaba de temblar. Lo abracé, largando constantes lágrimas.
—Calma-susurró. Lo escuché tan débil, que me partía el alma-Calma, Dobe.
—Oh, Sasuke, estás... bien...
—Ssshh, por favor, tranquilízate.
—Sasuke.
—No voy a abandonarte, no lo haré.
Me besó la mejilla. Y se dejó caer sobre mí con delicadeza, sentí su lenta respiración en mi cuello y una de sus manos tomar la mía, entrelazándolas.
Comencé a cerrar los ojos por un intenso cansancio, un agotamiento que no había sentido nunca en mi cuerpo.
Mis ojos comenzaron a entrecerrarse.
—Sasuke
Antes de caer dormido, lo último que oí, fueron gritos de varias personas.
—¡Miren allá! ¡¡Esos dos están respirando!!
—¡Traigan a los paramédicos! ¡Rápido!
OOooOO
Un joven rubio llevaba horas dormido, tanto que la noche le estaba acompañando por la ventana. Un brillo resplandeciente de la luna en ese cuarto oscuro y solitario.
Pero el frio que entraba por la ventana abierta despertó todos sus sentidos, y al ser el techo lo primero en ver en la noche nocturna, se desesperó como un total lunático.
No ver a su novio. Haber estado dormido por tanto tiempo, haberse desconectado de la realidad, le había hecho un agujero profundo en el pecho.
—¡¡SASUKEEEEEE!!
Saltó de la cama enredándose con las sabanas, la cuales quito con fuerza de sus pies, abrió la puerta estruendosamente. Todos los que pasaban por el pasillo miraron la escena con temor. Un muchacho que lloraba a cantaros y respiraba con dificultad. Un simple joven que se agarraba de la orilla de la puerta, rasgándola, apretando sus nudillos como conteniendo todo el odio y el dolor de su corazón.
Ese rubio no estaba en sus facultades mentales. Había perdido la consciencia totalmente.
—¿¿Dónde está, Sasuke?? ¡¡SASUKEEEE!!
Corría por el pasillo. Los visitantes y pacientes se hacían a un lado temiéndole. Fue abriendo puerta por puerta encontrándose con pacientes junto a sus familiares que lo miraban confundidos.
Llegó al final del pasillo, trato de normalizar su respiración. Estaba demasiado alterado y nadie se tomaba la molestia de hablarle, lo ignoraban.
¿A dónde estaban los jodidos doctores?
No estaba en el hospital central, era otro mucho más grande. Contaba con más habitaciones, notó unas escaleras a un lado y entonces entendió, que ese lugar era de pisos.
Un hospital privado.
Bajó las escaleras con rapidez, llegó al piso de abajo y recorrió el lugar controlando su humor. Ancianos y mujeres embarazadas lo miraban un tanto curiosos.
—Alguien-susurró con la voz cortada-Alguien que me diga... snif... Sasuke
—¿Qué está diciendo?
—Ni idea.
—No se ve bien.
La gente chismoseaba entre ella viendo el deplorable estado de ese joven rubio. Parecía que iba a desfallecer ahí mismo en el piso, con sus ojos azules llenos de lágrimas.
Se apoyó en la pared conteniendo el llanto. Respiró profundamente, calmándose, pero no lo necesario.
Observó su vestimenta. Una remera azul con un pantalón corto haciéndole juego, ropa de hospital.
Tomó su rostro entre sus manos, lamentándose en silencio, sintiendo las lágrimas deslizarse por la palma de su mano.
—Mi amor... ¿Dónde estás?
Encerrado en sus pensamientos y aislado de los demás, su burbuja se rompió rotundamente al escuchar un grito de preocupación de una voz melodiosa para sus oídos.
—¡¡NARUTOOOOO!!
Sus ojos se movieron a un costado, a ese sitio de donde había escuchado su nombre.
Del otro extremo del pasillo, un joven con la misma vestimenta de hospital le miraba con una sonrisa llena de ternura y amor.
La gente observó a ambos jóvenes, mirarse con cariño y al rubio llorar, pero no de sufrimiento, sino más bien de felicidad. Una gran felicidad que se albergaba en su interior.
Se alejaron del centro del pasillo, y curiosos se quedaron en silencio mirando la escena.
—¡Sas-SASUKE!
—¡NARUTO!
Sus cuerpos corrieron hacia el otro automáticamente, y en medio de ese pasillo y ante los ojos del resto, se abrazaron y se besaron con pasión desmedida.
—¡¡TEME!!
Repartió besos por todo su rostro conmocionado, tomó su rostro y lo miró a los ojos.
—No llores, Usuratonkachi-quitó aquella lagrimilla que se deslizaba de uno de sus zafiros—Te dije que no te abandonaría.
—Sasuke-sollozó—¡¿Dónde estabas, maldito?!-lo abrazó con fuerza—¿Dónde?
—Aaagghh, Dobe, me lastimas-susurró.
—Lo siento-se separó de golpe.
—Ven aquí, mi rubio.
Lo tomó de la nuca y fundieron sus labios con extrema dulzura, Naruto lo agarró de la cintura y compartieron ese mágico momento por bastante tiempo.
Y no solo eran observados por visitantes y pacientes del lugar, dos pelinegros sonreían con felicidad ante ese tierno momento.
—Son el uno para el otro-respondió con nostalgia-Sasuke hará feliz a Naruto.
—Sai.
—Estoy feliz-sonrió—Puedo dejar todo en sus manos, Naru no es para mí.
—Estoy seguro que hay alguien para ti, pero debes saber buscarlo. ¿Cómo te sientes?-miró su brazo derecho, enyesado y la frente con vendas—Todavía no puedo creer lo que has hecho, idiota, podrías haber muerto.
—¿Qué puedo decirte? Estoy loco, je, je lo importante es que atraparon a los desgraciados y conocí a alguien.
—¿¿Tuviste tiempo de conocer a alguien mientras perseguías el auto??-cuestionó perplejo.
—Su nombre es Gaara.
—¿Ah?
—Fue amor a primera vista, Itachi, amor a primera vista.
(Continuara)
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Dolor de amor
RomanceLa persona que había amado más que a nadie, le había traicionado de la peor manera. Lo había roto. ¿Perdonarías una infidelidad?