No voy a negar que irme lejos de él... me causaría dolor.
Fue más que eso...
La soledad... acostumbrarme a estar solo sin su reconfortante compañía, sin oír su voz e imaginarme que estaría con otro o otra.
Era importante que durante el tiempo que pasara fuera de mi hogar, tuviera el valor de cambiar mi actitud y esconder o de alguna manera... enterrar estos profundos sentimientos de amor que sentí por mi Teme.
—Naruto... hemos llegado, siéntete como en casa.
Habíamos llegado a un pequeño departamento que Itachi había alquilado con anterioridad. Dos cuartos, un baño, la cocina y un living con unos sillones. A mi parecer era perfectamente cómodo. Subí las escaleras y busque mi cuarto, deposite las valijas en la orilla de la cama y me deje caer un tanto cansado por las horas en el avión.
La primera vez que me alejaba tanto de mi país... de mi abuelo y de la persona que creí que me amaba. Los días que Itachi se la pasaba en su trabajo temporal en una empresa, mi soledad se hacía cada vez más notoria, mi dolor crecía y las lágrimas no paraban de surcar mis mejillas.
—Pensé que podría olvidarlo... estando lejos, muy lejos... pero... snif... ¿A quién engaño...? Todavía lo amo... lo amo con locura. ¡¡¡¡JODER!!!!
Cerré mis ojos tratando de conciliar el sueño. Eran las 23:45 e Itachi no vendría hasta más tarde.
—Aaaahhh... Sasuke... mas... mas... ¡¡¡Dame más duro!!!
—Aaaaahhh ¿Te gusta Gaara?... mas... al fondo... aaaahhh... voy a partirte en dos...
—¡¡¡Oh, sí!!! ¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHH!!!!
—¡¡¡¡¡¡YA BASTAAAA!!!!!!
Me levante de golpe de la cama con la respiración agitada y mis ojos llorosos. Un dolor inimaginable se apodero de mi pecho, oprimiéndolo.
—Snif... snif... ya basta por favor... ya basta...-solloce, ocultando mi rostro entre mis piernas-¿Por qué no se detienen...? ¿Por qué...? Snif...
Estas pesadillas han iniciado desde hace unos días, mi corazón se despedazaba cuando imaginaba lo que Sasuke estaría haciendo ahora que no estaba atado a mí. Con Gaara, con Suigetsu... no podía evitarlo, no podía... me siento tan impotente y estúpido.
—¿Estas durmiendo bien?
Desayunaba en la mañana con Itachi, y temo que las pesadillas iban en aumento durante la noche.
—Claro, perfectamente-sonreí, tomando un sorbo del café.
Sospeche que no se lo había creído, pero no me pregunto más nada. Apenas lo veía durante las mañanas, trabaja casi todo el día. Solo había caminado unas cuantas esquinas del departamento para conocer y encontrar un lugar donde despejarme. Una cafetería donde servían una excelente merienda y se veía a todos sonreír, ese lugar fue agradable a la vista y comencé a ir seguido cuando me aburría. Estar encerrado con la televisión solamente no era muy grato.
Los siguientes días fui cambiando drásticamente mi comportamiento, aquellas pesadillas habían abierto mis ojos de una manera tan extraña. Me mantuve así a espaldas de Itachi.
Si Sasuke estaba pasándolo genial sin mi... ¿Por qué no hacer lo mismo...?
Algo dentro de mi cabeza izo "Clic" mostrando nuevas perspectivas en mi vida.
¿Por qué llorar y lamentarme...? El bastardo no merecía mis lagrimas... no merecía ni una de ellas.
Soy libre.
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Dolor de amor
RomanceLa persona que había amado más que a nadie, le había traicionado de la peor manera. Lo había roto. ¿Perdonarías una infidelidad?