—Sasuke, todo estará bien, no te preocupes. Te amo.
Aunque él me lo dijera, no estaba seguro. Lo que más temo, es que me alejen de él para siempre.
Sentí sus dulces labios apresar los míos en un suave contacto.
—Yo también.
Me quede observando cómo salía de la habitación y cerraba la puerta con delicadeza. Apenas deje de ver su figura, me entró pánico. Mi cuerpo temblaba demasiado.
¿Significará algo?
Lleve mi mano al pecho. El corazón, mi corazón estaba palpitando como si hubiera acabado de correr varias vueltas, la respiración era irregular.
¿Qué es...?
¿Acaso algo va a pasar? ¿Algo le pasará a Naruto?
Miré la ventana a un lado de mí. Estaba anocheciendo, la noche siempre me pareció peligrosa si no estabas acompañado. Naruto se fue solo. Sería perfecto para aquellos que quisiesen hacerle daño casi nadie circula la calle por estos lados, este hospital está alejado del centro.
Y entonces si confió, si tengo fe en que nada le pasará...
—¿¿Por-porque esta horrible inseguridad??
Me desespere. Algo me está oprimiendo el pecho, no es buena señal.
¡Algo malo le va a pasar!
Salte de la camilla vistiendo únicamente una bata blanca y larga hasta las rodillas que ofrecía el hospital. Abrí la puerta bruscamente y comencé a correr.
Correr como loco.
Las miradas de la gente ajena al personal no dejaron de seguirme con sus ojos.
—¡¿Sasuke?! ¿Sasuke, que ocurre?
Mi hermano me gritó a mis espaldas pero tuve que ignorarlo, no tenía tiempo para explicarle.
Desafortunadamente cuando un paciente corre por los pasillos, siempre es detenido. Ese fue mi caso.
—¡Suéltenme!-grite histérico. El dolor se intensificaba.
Me habían tomado de los brazos y otro sujeto me agarraba de los hombros.
—Tiene que volver a su cuarto. No puede salir hasta que esté completamente recuperado.
Comencé a forcejear y vi como mi hermano venia hacia mí.
—¿Qué es lo que sucede, Sasuke?
—Joven, colabore por favor. Vuelva a su habitación.
Sus voces hacían eco en mis oídos y me lastimaban. Cerré los ojos acumulando mis lágrimas a punto de estallar.
—¡¡Sasuke!!
Los empuje con toda la fuerza de mi cuerpo. Uno de ellos no había podido sostenerse y cayó sentado al piso. Evadí sus comentarios y solo me concentré en la salida próxima a unos cuantos pasos.
Abrí la puerta de golpe, azotándola. Y la imagen que llego a mí, fue desgarradora.
En el suelo mi querido amor.¿Naruto?
Sangraba demasiado, con sus manos extendidas a cada lado, susbellos ojos cerrados, sus labios entreabiertos.
No sabía que hacer exactamente, sentí como mis fuerzasabandonaban mi cuerpo. Y un gran vacío me invadía adentro.
—¡¡NARUTO!!
Me tire al suelo sin tener en consideración el dolor de micuerpo. Lo sostuve entre mis brazos gentilmente, temiendo hacerle más daño delo necesario.
Tanta sangre.
Sangre de mi rubio, esparcirse en el piso. Un caudal inundabamis ojos y sentía como se estrujaba mi corazón sin piedad. Comencé a gritardesesperado y suplicante.
—¡¡Auxilio!!!-ladee mi rostro a la entrada—¡¡M-mi pareja se desangra!!! ¡¡Por favor, ayúdenme!!
Sentí un nudo horrible en mi garganta y comencé a respirarcon dificultad.
En un parpadear, tenía a todos los médicos rodeando el cuerpode mi Dobe. Prácticamente me lo arrebataron de los brazos. Y sé, que no habíaque perder el tiempo y debían actuar rápido. Por eso no me opuse, pero no puedoestar alejado de él por mucho tiempo.
No puedo.
Entre con la mirada destrozada viendo como corrían con Narutoen la camilla a una sala de urgencias. La gente no dejaba de mirarme. Baje lamirada y mi ropa estaba totalmente salpicada de su sangre.
Mi hermano me vio con espanto, apenas lo vi corrí a abrazarlocon fuerza, queriendo su apoyo.
—Sasu-no mencionó nada más.
—¿Por qué? Por-porque, hermano? No hemos hecho nada malo,solo amarnos... solo eso. ¿¿Por qué?? ¿¿Por qué?? ¿¿Por qué?? ¿¿Por qué??-gritehistérico.
—¡Tranquilízate!!-intentó calmarme.
—Por... qué.
Mis fuerzas me abandonaban. Mi cuerpo fue haciéndose pesado ymis parpados se cerraban, y sin poder més, la oscuridad me llamo y yo caí enella, para protegerme de la cruda realidad.
En mi inconciencia solo pensaba en una cosa.
Si Naruto se va.
Me iré con él.
—Dobe, no me dejes, te amo demasiado-susurró.
—¡Sasuke!-sentí unos brazos rodear mi cuerpo.
La voz de mi hermano me trajo de vuelta. Mis ojos seacostumbraban a la luz al momento que observaba mi alrededor. Estábamossentados en una banca.
—Itachi-solloce—¿Co-cómoestá?-cuestione mirándolo fijamente.
Su rostro era serio pero lleno de tristeza.
—Están en cirugía.
—Ci-cirugía-tartamudee exasperado.
—Tienen que sacarle una bala, le han disparado Sasuke.
Era como lo suponía. Mi rubio era un blanco, mi padre se habíasalido con la suya.
—¡¡ES MI CULPA!! ¡¡ES MI MALDITA CULPA!!
Perdí la cordura, perdí la paciencia y perdí-
—¡Cálmate!¡¡Por favor, hermano!! Por favor-lloró,observando mi sufrimiento.
—Itachi...
Mi hermano estaba llorando. Me aferré a él y lloramos.
Escuche la puerta abrirse, una enfermera salió a nuestroencuentro. Su mirada no era muy alentadora,
me separe de mi hermano y la vimos con preocupación.
—¿Cómo está? ¿Cómo está mi novio?-demande con la vozquebrada.
La mujer bajo la mirada con pesar, mis lágrimas salieron sinparar, mi hermano me abrazaba del hombro.
Y entonces lo supe.
Mi amado Usuratonkachi, la luz de mi vida.
—Falleció, lo lamento.
Y el modo de actuar, de saber que mi gran amor estaba muertofue solo levantarme y mirarla con una expresión muerta. Ida.
—¿Puedo verlo?-pedí en voz baja.
Ella asintió y se dirigió a la puerta. Por ella salieron undoctor y cinco asistentes. Me miraron y bajaron la mirada, ladee el rostro ypedí permiso a mi hermano con solo mostrarle mi demacrado estado.
—Ve-susurro.
Rápidamente, entre a la habitación cerrándola de golpe yestar a solas con mi rubio.
Me destroce al verlo, había instrumentos en una bandeja allado con sangre. Mi Dobe estaba tapado con una ligera sabana y no mostrabaindicios de la herida. Le habían limpiado.
—Mi amor-tome su mano y la bese, dejando que mis lágrimascayeran en su bronceada piel—¿Por qué?¿Por qué... me has dejado?-cuestione en un hilo de voz—Te amo,te amo, Naruto.
Ahora estoy solo
Sin ti
Nadie más puede ocupar mi corazón
Fuiste el único
—Se suponía que ahora iniciaríamos una vida juntos, sernovios de vuelta. Amarnos. ¡Casarnos!-gritellorando—Ya notengo nada...
Perdí la cordura, perdí la paciencia y perdí
Las ganas de vivir.
Mire mi alrededor, en otro bandeja se encontrabaninstrumentos sin utilizar. Tome el bisturí, era perfecto, un pequeño cuchillode cirujano con una hoja fina y puntiaguda.
Miré a mi rubio una vez más, acerque mis labios, apenas unroce. Estaban tan fríos y adquiriendo un tono azulado. Acaricié su mejilla, sustiernas marquitas, besé su frente y ambas mejillas.
Tengo mucho miedo, no lo voy a negar.
Pero miro a mi rubio y las ganas por hacerlo, vienen sinvacilar.
—Mi Dobe, espérame en el otro lado-solloce.
Me senté contra la pared. Me arremangue una manga,descubriendo mi muñeca mi piel tan blanca y eran visibles mis venas. Mis lágrimasno dejaban de salir.
—Perdóname hermano, pero no puedo vivir sin él.
Mire el techo y cerré los ojos, moviendo la mano sobre mi muñeca.Un corte rápido y preciso. La sangre comenzó a emanar de a montón. Me dolíademasiado, pero acalle todo grito.
Y en un efímero momento mis ojos se cerraron y me entregue ala eterna oscuridad.
Allá voy, mi Usuratonkachi.
—¡¡Sasuke!!(Continuará)
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Dolor de amor
RomanceLa persona que había amado más que a nadie, le había traicionado de la peor manera. Lo había roto. ¿Perdonarías una infidelidad?