Capítulo 7

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Narra Melody

Le cogí la mano que tapaba mi boca e intenté quitármela. Me apretó más fuerte y le mordí. Joder, tenía mucho miedo. ¿Qué quiere hacerme?

De repente escuché un susurro en mi oído.

- Mel... me has hecho daño en la mano.

Esa voz... ¿de qué me sonaba? ¿Liam?

- Mel, no grites, soy yo – me dijo mientras me soltaba.

- Liam, ¿por qué estas en mi Universidad? – le pregunté muy sorprendida – me has dado un susto de muerte, tenía mucho miedo.

- Perdón, te he visto pasar por la puerta y mi reacción ha sido cogerte.

- ¿Cogerme? Me has metido en una clase en la que no se ve una mierda, y me tapas la boca y me coges del cuerpo para que no me pueda escapar. ¿Eres idiota? ¿Tú sabes lo mal que lo he pasado? – le dije muy enfadada con los ojos llorosos.

Me aparté de él y me fui hacia la puerta para irme. Una mano me cogió de la muñeca, y me estiró de ella. Liam puso sus manos en mi cara y me besó. Podía sentir su cálido aliento. Un beso húmedo. Su lengua ligeramente en mi boca. Me besaba como si me fuera a comer. Sus manos se deslizaron hasta mis muslos y me elevaron. Me sentó en una mesa y apretó su cuerpo contra el mío mientras continuábamos besándonos. Podía sentir como se le iba poniendo dura, y como yo me iba mojando. Cogió mi camiseta y me la subió para arriba dejándome los senos al aire. A penas se veía nada, pero se distinguía su cara en dirección a ellos.

- Con que no llevas nada eh...

- Los sujetadores estaban para lavar esta mañana – le dije mordiéndome el labio inferior.

Posó sus manos sobre mis pechos y sus labios sobre mi cuello, le dio un beso suave y cuando abrió su boca para morderlo, se escucharon unas voces al otro lado de la puerta. Unas llaves se metieron dentro de la cerradura. Me quedé paralizada, no sabía que hacer, mi mente se quedó en blanco. Abrí la boca para expresarle mi inquietud a Liam, pero me la tapó antes de que pudiera salir alguna palabra por ella. Bajó mi camiseta rápidamente, me cogió de la mano y me llevó con él al interior de uno de los armarios que había en la clase. Cerró la puerta justo antes de que la puerta de la clase se abriera y entrara gente mientras se encendían las luces. Se podían distinguir las voces de tres hombres, uno más mayor que los otros dos, y de dos mujeres, más o menos de mi edad, creo.

- Tomad asiento. Esta vez la clase de repaso sólo durará media hora porque tengo un compromiso que atender – sonó la voz del hombre que parece más mayor.

¿Cómo que media hora? Joder, en veinte minutos tengo que estar en mi clase por cojones, tenemos una reunión con un profesor para que nos explique cómo acceder al Wifi de la universidad y a la clave y usuario que cada uno tenemos asignado.

A través de los bordes de las puertas entraba un poco de luz, no mucha, pero suficiente para distinguir a Liam, el cual se encontraba frente a mí.

- Liam... necesito salir de aquí. ¿Qué cojones hacemos? Nos van a pillar.

- Si no hacemos ruido, no nos van a pillar. Media hora es mucho tiempo aquí encerrados, pero no nos queda más remedio que esperar a que se vayan.

Me senté en el suelo intentando no hacer absolutamente nada de ruido, el armario era amplio y estaba completamente vacío, así que no veía tan complicado aguantar. Liam se sentó frente a mi sobre sus rodillas. Se quedó mirándome a la cara como aproximadamente un minuto, aun que me parecieron cinco. Esto se iba va a hacer eterno.

- ¿Pasa algo? – le pregunté un poco incomoda por su mirada.

- Sí – lentamente se inclinó hacia mí, apoyando sus dos brazos en la pared (era uno de esos armarios empotrados) poniéndose entre mis piernas y su cara a centímetros de la mía. – El problema es que tendrás que evitar que nos escuchen.

- ¿Qué di – estampó sus labios contra los míos sin dejarme terminar la pregunta.

Puso su mano alrededor de mis mejillas mientras continuaba su beso y apretó mis cachetes obligándome así a abrir un poco la boca. Me introdujo la punta de su lengua, y no puede evitar soltar un pequeño gemido, que fue ahogado por su siguiente beso. Lo aparté con mis manos empujándolo de su pecho.

- ¿Estás loco? Nos van a pillar, están tan solo a unos metros nuestros.

- Eso depende de ti – dijo mientras se preparaba para su siguiente jugada.

Agarró mis muslos con sus manos y me bajó un poco más, haciendo que me tumbara un poco en el suelo. Se quitó su camiseta y la puso debajo de mi culo, subiéndome también la falda hasta mis caderas. Me miraba fijamente mientras se inclinaba poco a poco hasta mi entrepierna. Con sus labios iba dejando besos por mis muslos cada vez acercándose más. Me dio un beso en la entrepierna por encima de la tela y acto seguido, con sus dedos, apartó lo único que se interponía en su camino, mi tanga. Me sentía muy expuesta en un lugar así, con personas a mi lado mientras que él podía verme y me estaba haciendo arder de deseo. Quería que me hiciera de todo, pero a la vez quería que esto se acabara, muerta de vergüenza. Puso su caliente lengua en mi entrepierna y empezó a moverla de arriba abajo y en círculos. Me mordí el labio inferior intentando aguantarme el gemido. Era el típico día de septiembre que no hacía ni frío ni calor, pero a mi ese placer me estaba haciendo sentirme como si una ola de calor recorriera mi cuerpo.

- Liam, por favor, para, ya no me puedo contener más – le dije mientras los músculos de mis piernas y de mi abdomen se tensaban inconscientemente porque estaba a punto de llegar al orgasmo.

- Levántate la camiseta y muérdela con tu boca.

Hice lo que me dijo, dejando mis pechos al aire al subirla y acto seguido, apretó más su lengua contra mí haciéndome llegar. Mordí fuertemente mi camiseta arqueando la espalda por semejante ola de placer. Pero por mucho que intentara no hacer ruido, se me escapó un gemido, el cual se escuchó claramente por toda la clase.

- ¿Qué ha sido ese ruido? Venía del armario – dijo la voz del hombre más mayor.

- Espera profe, que voy a mirar – dijo una voz masculina más joven.

Miré a Liam, que también me estaba mirando, pero mordiéndose el labio. Unos pasos se acercaban rápidamente y ya estaban en la puerta del armario a un segundo de abrirla. Mierda, nos van a pillar. Liam...

SumisaWhere stories live. Discover now