Nigromante I: Un Mundo Mágico [Completa]

Capítulo 9

Título: Almas gemelas

Hilary: ¿Cómo está Sienna?, tenemos que hablar.

Grace: Se encuentra mejor, aún duerme. Ven a casa y hablamos.

Hilary: En treinta minutos estoy ahí.

—Abuela voy a casa de Anna regreso en un rato —Dorothy solo asiente.

Tomo mi bicicleta y pedaleo hasta casa de Grace.

Justo en el instante que voy a golpear la puerta esta se abre por si sola.

Camino al interior de la habitación, todo se encuentra tal y como lo recordaba.

Sienna se encuentra sobre la cama, mientras Grace prepara una poción.

—¿Qué preparas?

—Una poción para la resaca, tu amiga lo necesitará cuando pueda moverse de nuevo.

—¿Moverse? Que le has hecho —me acerco a la cama, Sienna no está dormida como imaginaba al entrar, sus ojos se encuentran abiertos, una de sus piernas y brazos se encuentra en una poción algo dolorosa, torcido, es la palabra.

—He tenido que inmovilizarla, cuando te deje en tu casa se puso como loca.

—¿Inmovilizarla es dislocarle los brazos y pies?

—La curaré cuando termine la poción, pero ya que estas aquí puedes ayudarme.

—¿Qué debo hacer?

Después de la explicación de Grace me posicionó frente a la chica con las palmas de mis manos apuntando en su dirección, susurro una oración, los huesos de Sienna crujen regresando a su posición, mientras la chica grita de dolor

—Siento que tengas que pasar por esto —me disculpo con Sienna mientras la ayudo a sentarse en la cama.

—Bebe esto. Calmará los dolores musculares y la resaca —la chica obedece—. Problema resuelto, no era para tanto.

Observo a Grace todo es tan fácil para ella, no parece tener preocupaciones.

—De... Debo irme —La voz de Sienna es temblorosa, le teme a Grace como no hacerlo después que rompiera sus huesos—, nos vemos en la escuela—. Habla en mi dirección, recoge sus pertenencias y corre fuera de la casa.

—Te teme.

—Estoy acostumbrada a ese sentimiento.

—No tendrías que estarlo si fueras un poco más amable.

—Soy amable o tengo que recordarte que te salve. Dejémonos de charlas innecesarias, tengo cosas que hacer y ya tu amiga se encuentra bien —habla mientras coloca su cartera en su hombre.

Me dispongo a salir cuando una visión nubla mi vista haciéndome quedar inmóvil.

La habitación se disipa y de un momento a otro me encuentro en otro lugar, es la misma habitación que vi cuando estaba en el cobertizo de casa, incluso frente a mí se encuentra la misma niña albina.