Esquivé la pelota tan rápido como pude y la oí golpear la pared que se encontraba a mis espaldas. Aunque era algo obvio que se veía venir, el chico no es precisamente un as en el voley y eso habría sido demasiado cliché como para que me pase a mi.
O eso es lo que me gustaría que hubiese ocurrido.
La pelota me golpeó con bastante potencia en todo el ojo derecho, prácticamente no lo puedo abrir de lo inflamado que está, la enfermera me lo ha cubierto con una simple gasa y me ha dicho que vaya al médico y además de todo eso se me va a reventar el oído también pues Nathan es el encargado de llevarme al médico y no ha parado de disculparse desde el balonazo.
Estamos en dirección esperando a que vuelva el director del sitio que sea al que haya ido, yo con un dolor de ojo y de cabeza inmenso y mi acompañante muy nervioso, no para mover la pierna. A este paso la que se pondrá de los nervios seré yo.
- ¡¿Puedes parar ya con la pierna?!- le digo medio exasperada mientras se la sujeto para que deje de moverla.
- Ah. Lo siento, no quería molestarte. Pero es que en verdad está tardando mucho y tienen que verte ese ojo. De verdad que no era mi intención darte, solo perdí el control de la pelota. Aunque me dijiste una y otra vez que no le diese con la muñeca. Lo siento, debí haberte hecho caso, de haber sido así, esto no habría pasado...
Awww, que mono. Pero la verdad es que es jodidamente cansado escuchar tantas disculpas.
- No es nada, ya te lo he dicho. Estoy bien. Y el director no tardará en venir. Así que mantén la calma y deja de disculparte por favor.
- Vale, pero, lo siento mucho de verdad.
Le doy una mirada asesina con mi único ojo disponible.
Pasa un rato hasta que el director viene y le explicamos lo sucedido. Pedimos el permiso para salir y ahora, ya que no puedo conducir mi propio coche, es Nathan el que está al volante.
- ¿No nos conocemos mucho verdad?- le pregunto porque es cierto, lo único que sé de él es que se llama Nathan Andersen, capitán del equipo de fútbol y un torpe para el voley.
- Tú me preguntas algo y yo a ti, sin presiones, que cada uno responda a lo que quiera.
- En verdad ¿Por qué rompiste tus amistades y tu noviazgo por lo que pasó?- era algo que me daba mucha curiosidad, porque es muy duro separarte de esa gente con la que llevas mucho tiempo, o al menos eso creo.
- Mi hermana pequeña también es negra, mis padres la adoptaron cuando yo tenía seis años, ella tiene cuatro. Solo de pensar que alguna vez alguien pueda atacarla de esa manera...-bufa y tiene la misma expresión de ira que cuando me dijo que había roto sus lazos con sus ahora ex amigos- No era un secreto para ninguno de esos idiotas, es más sabían perfectamente que no estaría de acuerdo y aún así lo hicieron.
Al ser un tema que parecía irritarle decidí cambiar a otro que esperaba que le molestase menos.
- Y a todo esto ¿cómo se llama tu hermana?
- Amy. Oye, me has robado mi turno. Eso han sido dos preguntas. Ahora me toca a mí.
- Vale, vale adelante.
- Creo que es algo que necesito saber ¿Tienes falta de sensibilidad al dolor o qué se supone que pasa? Nunca gritas. Ni en el video cuando te golpearon ni cuando te he dado con el balón.
- En el vídeo no grite porque eso habría sido... no sé... como darles lo que quieren. Querían verme sufrir, pero al final lo han pasado más mal ellos que yo. Y respecto a lo de hoy, bueno, no estoy acostumbrada a gritar. No soy muy fan de exteriorizar todo lo que siento.
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I Am
Teen FictionEn un lugar donde ser diferente es una sentencia de muerte para tu vida social y diaria, debes escoger entre fingir y actuar para agradar o ser tú misma y que te odien todos. ¿Cuál es la mejor opción? ESTA NOVELA Y SU PORTADA SON COMPLETAMENTE MÍAS...