Misión rescate

54 10 4
                                    

¿Han pasado por el incómodo momento de estar en una cita y querer huir de ahí por X o Y razón?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Han pasado por el incómodo momento de estar en una cita y querer huir de ahí por X o Y razón?

¿No?

Pues yo tampoco, la verdad.

Pero Miguel e Ibrahim sí.

Una vez estaba yo achantada en mis muebles bien relajada, viendo un maratón de mentes criminales y admirando al gran Spencer Reid cuando de repente el celular empezó a sonar, un mensaje... dos, tres, cuatro. Cuando por fin me digné a agarrarlo, leí todos los mensajes que tenían como emisor a Miguel.

Mi gordito, 6:32pm.

Hey

Llámanos, di que estás en una emergencia

Heeeey

Para bolasssss

Cuando leí los mensajes me reí ante el apuro y los llamé, porque súper woman al rescate.

―¿Aló?―contestó Ibrahim.

―¿Tan aburrida está la cita como para que quieran huir de ahí?―pregunté, riéndome.

―¿Qué pasó?, pero cálmate.

―¡Vengan rápido!―dije con todo el drama posible que pude implementar.

―Sí, sí. Ya vamos, cálmate―respondió.

―Quiero explicaciones―dije.

Corté la llamada y reventé en risas, como actores teníamos veinte puntos, sí señor.

Un rato más tarde los recibí en mi puerta, aun riéndome de su ocurrencia. Miguel volteó los ojos mientras Ibrahim negaba, mientras se reía, quién sabe de qué vendrían hablando.

―Entonces... ¿Del uno al diez, qué tan malo estuvo?

―Ni preguntes. Qué falla―respondió Miguel.

―Marico, media familia nos estaba mirando mientras hablábamos con ellas, habían carajitos (dícese de niños pequeños) gritando y las locas esas estaban intensísimas―acotó Ibrahim.

―Bien, y por eso quisieron recurrir al comodín Karla para salir de ahí, ¿No?pregunté, mientras les daba palmaditas por los hombros.

―Técnicamente, sí―asintieron.

―Me usan, par de ineptos―ataqué.

―Así nos queréis, muchacha boba―contraatacó Miguel.

―¿Qué más me queda?dije yo, riéndome.

Les invité a comer ponquesitos si ellos brindaban malta o refresco y fue entonces cuando nos sentamos a hablar de todo y nada a la vez.

¿Han tenido alguna vez ese tipo de amistades con las que tienen conversaciones tan fenomenales que aunque no recuerdan con exactitud, saben que fueron excepcionales?

Deseo con todo mi corazón que sí.

Esa noche hablamos muchísimo hasta poco más de las once, compartimos sobre los miedos del otro y nos reímos de nuestras mismas tonterías, comentamos películas, hablamos de nuestra infancia y sobre el paso que se avecinaba.

Misión rescate, hecha correctamente.

Lección del día:

Si sus amigos quieren salir de una situación vergonzosa o aburrida, ayúdenlos a salir de ahí, se los ruego.

Aprovechen las conversaciones nocturnas, siempre valoren ese tipo de momentos y, sí esa persona con la que conversaban de tal manera ya no está, atesoren y absorban cada cosa buena que puedan de dichas situaciones y personas.


Aprovechen las conversaciones nocturnas, siempre valoren ese tipo de momentos y, sí esa persona con la que conversaban de tal manera ya no está, atesoren y absorban cada cosa buena que puedan de dichas situaciones y personas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

✨

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El arte de reír juntos | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora