𝘀𝗵𝗶𝗽𝗽𝗲𝗿𝘀 𝗯𝗲𝘁 ━ minsung

06

Changbin y Felix estaban agarrándose de las manos mientras se sonreían, pero Minho estaba demasiado concentrado en Jisung como para darse cuenta de eso. Es solo que le menor se veía precioso con esos toques de brillantina en sus pómulos, sí, solo eso.

A Minho le costaba cada vez más esconder lo mucho que le gustaba ver a su dongsaeng frente a las cámaras, y eso se estaba convirtiendo en un problema pues sabía que las fans notaban como su actitud hacia Jisung no era amistosa, si no más bien parecía que estaba ligando con el todo el rato. Las notificaciones de momentos Minsung llegaban a su teléfono semanalmente y de alguna manera le inquietaba que su menor podría darse cuenta de sus sentimientos.

Por otro lado Jisung ya no sabía que hacer para que su mayor se diese cuenta de que le gustaba, es decir, el sabía que Minho se sonrojaba demasiado para ser alguien desvergonzado. También era consciente de la mirada de su mayor y de como Changbin y Felix estaban juntos, mas Minho parecía no darse cuenta. 

Aprovechó que nadie parecía estar prestando mucho atención a algo que no fuese la película que tenían en frente los ocho chicos para posar su mano en el muslo de Minho, haciendo que este se tensase y tuviese problemas para actuar naturalmente. Jisung soltó una risita ante esto y pensó en molestar un poco más.

—Hyung, ¿estás bien? Te veo muy colorado— susurró con falsa preocupación.

—Oh, sí, no te preocupes Sunggie, solo tengo calor— susurró de vuelta, intentando sonreír, pero fallando en el intento debido a los nervios.

—Déjame que te baje la temperatura, tengo las manos frías— colocó ambas manos en las mejillas del contrario, haciendo que estas se pusiesen aún más rojas. Minho notó las intenciones del menor y no quiso quedarse atrás, así que lentamente se fue acercando a la cara del otro haciéndole morritos, quedándose a centímetros de los labios contrarios. Ahora el que necesitaba un cambio de temperatura era Jisung.

—¿Minho hyung?— prosiguió al escuchar un pequeño sonido proveniente del nombrado que le alentaba a seguir hablando- me gustan sus labios— dijo para después dejarle un pequeño pico en estos e irse al baño apresuradamente.

Jisung había ganado la guerra pues la cara de Minho parecía más roja que la funda del sofá de su salón.