☘︎ 𝑯𝒂𝒘𝒌𝒔 𝑻𝒊𝒎𝒆. ☘︎ - Hawks & Tú -

4°

- Realmente... No me importa si no deseas hablar. Debes de tener tus propios motivos, yo... Lo comprendo perfectamente, pero... También sé que te has sentido solo. - Hawks solo seguía abrazando su estómago, no me dejaba ver su rostro. - ¿Creías qué no te veía?. Tú mismo me lo has dicho, el hecho de ser un poco más joven que tú no me hace torpe. - Dije mientras le daba una cálida sonrisa.

Él solo mantenía su silencio. Siquiera me miraba, como en otras ocasiones. 

- No tienes que pelear tu solo. Nadie debería hacerlo... - Agregué mientras seguía dando suaves caricias en su espalda. - Todos necesitamos ése gran apoyo. No importa de quien se traté, a fin de cuentas, sigue siendo humano... No tengas miedo. Sé que prácticamente te amenacé pero, estaba asustada, confundida y... Decepcionada. - Mi voz hasta ese punto había tomado un tono suave. Mi mirada por el contrarío reflejaba la última palabra utilizada. - Sería fatal para mi que la sociedad me reconociera por "desenmascarar te"... ¿Sabes?, empiezo a creer que solo quiero que me digas la verdad para desmentirme a mi misma. Porque en el fondo... Sé que lo hiciste por algo, no solo porque se te vino en gana. - 

Keigo cerro sus ojos y agacho un poco más la cabeza. Al notarlo, coloque mis rodillas en el suelo y con ellas me acerque a su rostro. Lo tomé entre mis manos y levante su mirada con delicadeza. Lo recibí con la misma sonrisa cálida. Él simplemente miraba con atención. No lo comunicaba pero se veía triste y su mirada de seriedad no cambiaba.

Me acerque un poco más, obligan dolo a conectar su mirada con la mía. Al hacerlo, pequeñas lagrimas comenzaron a adornar sus ojos. Mi sonrisa solo se extendió un poco más. Alejé mis manos y lo abracé. Sus alas me comunicaron su estado. Cuando lo abracé, estás se alzaron y mientras lo tuve en mis brazos, bajaron lentamente. Correspondió un poco después. Cuando lo hizo, recargo su nariz en mi hombro. Podía sentir como suspiraba y a mi hombro empaparse lentamente.

Su llanto era silencioso... No sé el porque esto me provoco mucha tristeza. Lo abracé un poco más fuerte.

- No estas solo... - Le susurre. - Tal vez, no soy muy útil pero, me tienes a mi... Y, desde siempre me has tenido... - Agregué como último, junto con un pequeño suspiro. Deje reposar mi barbilla en su hombro. 

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