2.2 Sexo en el rancho

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Hyukjae tenía razón, los caballos estaban de pie frente a la puerta del establo. Cuando llegaron los miraron con calma, como preguntándoles porque había tardado tanto en volver. Hyukjae cayó al suelo y Donghae junto a él cerca del fuego.

—Es extraño —dijo Donghae, mirando las vigas del techo.

—¿Qué cosa?

—Tuve un sueño sobre el barranco no hace mucho. Estaba inundado en mi sueño, al igual que hoy.

Donghae sonrió, avivando las llamas del fuego.

Hyukjae se sonrojó profundamente. En su sueño, Donghae lo había salvado. Y también había hecho un montón de otras cosas por él. Cambió de tema rápidamente.

—¿Qué demonios estabas pensando, al final, saltando detrás de mí? Podrías haberte matado.

—Oh, no lo sé —dijo Donghae, poniendo sus manos sobre su corazón—. Pensé que íbamos a nadar, eso es todo. No quiero que tengas toda la diversión sin mí. —Él sonrió a Hyukjae

Hyukjae levantó una ceja.

—Divertido, tal vez, si sabes nadar.

—¿No sabes nadar? —Donghae silbó—. Tuviste suerte entonces.

—Sí —dijo Hyukjae, mirando las llamas del fuego—. Tuve suerte.

Veinte minutos más tarde, el fuego comenzó a rugir. Ambos hombres estaban tirados en el suelo contra el fuego caliente, sus camisas estaban secándose en las sillas frente al calor. Recuperándose de toda la emoción del día, Hyukjae sintió dolor en su cuerpo agotado. Se frotó el cuello, rodando la cabeza para aliviar algo de tensión. Donghae estiró los brazos con la boca abierta en un gran bostezo. Hyukjae lo miró por el rabillo del ojo. Sus músculos bronceados se ondulaban en las sombras vacilantes del fuego. Donghae volvió la cabeza hacia Hyukjae, que rápidamente miró hacia otro lado.

—Gracias —dijo Hyukjae, con ganas de romper el silencio de alguna manera.

—Sabes... —dijo Donghae, rodando a su lado—. Puedo ver cuando me miras de esa manera.

Hyukjae se olvidó de respirar y parpadeó.

—¿De qué manera? —No lo diría. No podía. La adrenalina corría por él, y cada parte suya estaba tensa.

—No soy estúpido, Hyukjae. —dijo Donghae.

Dios, la forma en que dijo su nombre tocó su corazón. Quería volver a escucharlo. Al mismo tiempo, quería matar a Donghae por sacar a la luz ese secreto. Su secreto. Lo había guardado en su interior durante meses, y pensaba guardarlo por un largo tiempo más, tal vez para siempre. La atracción que había reprimido amenazaba con empujar su camino hacia arriba y revelarse.

Hyukjae se obligó a forzarla hacia abajo, había internalizado las nociones de lo correcto e incorrecto desde pequeño y eso lo había llevado a creer que lo que estaba sintiendo en ese momento, estaba totalmente equivocado. También estaba solo y cansado de ocultar sus sentimientos, había vivido con la soledad tanto tiempo que se había convertido en una parte de él, familiar, aunque no cómoda.

Así que cuando este hombre, este hermoso hombre sentado a su lado, este muchacho a quien amaba tan intensamente como nunca había amado antes... Cuando este hombre se asomó a su soledad, y lo señalo, se aterrorizó. La soledad no era tan mala cuando pensaba que era inevitable. Ahora que Donghae estaba aquí, él no estaba más solo, y cuando Donghae se acercó a él, descubrió que era una oportunidad para poner fin a su soledad. Como un conejo que se congela cuando le abren la puerta de la jaula, Hyukjae tenía terror a vivir esa libertad.

Dura Monta [HaeHyuk Adaptación +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora