Parte 6

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La situación dentro de la casa estaba muy tensa. Jasper hizo su mejor trabajo en hacer más ameno el ambiente.

―Quiero ir a ver a Bella. Es mi amiga ―dijo Alice.

―Era, según tu visión ―comentó la rubia de la familia.

Carlisle reprendió con la mirada a su hija, quien siguió cruzada de brazos como si no le importara el tema que estaban tocando. Darcy no podía disimular su interés en la reacción de Edward. Temía ver una profunda tristeza al perder un amor en su vida y no la reacción de pena por no volver a ver a alguien que le importaba.

―No sé si lo indicado sea ir ―declaró Esme.

―Quizá podemos advertirle a alguien... Estamos muy lejos para intervenir con nuestra presencia ―habló Carlisle.

―No podemos llamar a Charlie y decirle lo que sucederá sin sonar como locos ―aportó Emmett.

―Pues entonces podrían conseguir alguna de esas máquinas para modificar la voz y darle la información ―propuso la rubia.

Darcy decidió alzar la mano para dar su opinión. Ella no conocía a Bella, así que era como si una intrusa se involucrara en asuntos ajenos.

―Creo que la idea de Rose es buena, pero tengo una duda. ¿Por qué no pueden regresar a Forks?

Todos la observaron intrigados.

―Continúa ―pidió Edward al leer su mente.

―Temo que la repentina elección de cambio de residencia permanente pueda llamar la atención de los Vulturis hacia ustedes. Quizá es solo paranoia mía, pero considero que si regresan a Forks, tendrán menos posibilidades de que los asocien con mi huida.

El silencio se apoderó de la sala. Darcy se estremeció levemente cuando el lector de mentes apoyó una mano en su hombro. Tendrían que seguir hablando de su relación luego.

―Darcy tiene razón, podríamos regresar ―dijo Carlisle.

―Ella todavía no está lista para estar cerca de humanos ―discutió Jasper.

―No se preocupen por mí, yo puedo quedarme un tiempo más aquí. Iré con ustedes cuando mejore mi condición ―comentó la pelirroja.

Carlisle y Edward se observaron fijamente. El de pelo cobrizo asintió levemente antes de hablar.

―Darcy y yo nos quedaremos, después nos uniremos a los demás ―informó con seriedad.

Como la pelirroja estaba sentada en el brazo del sofá y Edward estaba detrás suyo, ella giró la cabeza para verlo confundida.

―Tienes que ir. Ella es importante para ti...

―Lo es, pero tu bienestar es mi prioridad.

―Entonces todo está dicho. Empaquemos ―Esme hizo que los demás los dejaran solos.

Darcy se levantó para estar frente a Edward.

―¿No crees que tu presencia pueda hacer que Bella cambie de opinión?

―También puede hacerle pensar que podemos regresar a lo que teníamos antes de que me alejara, cuando eso no sucederá.

―Pues yo imagino que ella está tan mal como te vi el día que nos conocimos en esa cafetería italiana.

―¿En Italia? Creí que se conocieron en España ―Emmett tiró su mochila desde la planta alta.

―No, les conté que Nicole y yo estábamos en Italia cuando ella desapareció ―aclaró Darcy―. ¿Qué sucede? ―preguntó al ver las miradas que el fortachón y un Jasper que iba acercándose le dieron al lector de mentes.

El cabo suelto de los VULTURIS || Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora