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Karmaland era un lugar tranquilo, lleno de paz, todos muy creyentes a sus dioses, y estos los cuidaban.

Karmaland era un pequeño pueblo, muy pocas personas vivían allí, por lo tanto todos se conocían, pero habían 9 chicos que eran considerado héroes, arriesgaban su vida con tal de salvar al pueblo y a su gente...

Ruben Doblas, Rubius para los amigos, era un híbrido de oso, tenia unas pequeñas y esponjosas orejas marrones sobre su cabeza y una pequeña colita redondita peludita en su retaguardia, lo conocían por ser el cura del pueblo, todos iban a el cuando se necesitaban confesar.

Samuel de Luque o Vegetta o Triple7, era el "líder" del grupo o al menos eso se considera el, el perfeccionista del grupo, el don perfecto.

Alexby, era el más pequeño en estatura y aunque recibía algunas bromas por eso no le molestaba en absoluto, era el policía o comisario del pueblo y amaba su trabajo, haría todo por aquel pueblo.

Willy, era el enterrador de Karmaland y era el mejor, bueno era el único, le gustaba molestar a todos aunque jamas pasaban de ser bromas inofensivas.

Fargan, híbrido de búho, tenia unas grandes alas marrones en su espalda las cueles siempre se mantenían cerradas pues prefería caminar y sus ojo veían en la oscuridad aunque eso nadie lo sabia, no es la persona más legal, pues ayudaba a Willy en sus bromas, pero aún así era parte del cuerpo policial.

Luzu, alcalde de Karmaland, era bueno en su trabajo, siempre escuchando la opinión de los pueblerinos.

Auron, psicólogo, doctor, juez y mano derecha de Luzu, ese hombre no tenía más trabajos por que no podía si no le quitaría el puesto a todos.

Lolito, ex psicópata y ex candidato a la alcaldía, tal vez no gano las elecciones pero aun a si apoyaba a su amigo.

Y por ultimo, Mangel, la niña de Lolito, nadie sabia que eran esos dos ¿Amantes? ¿Novios? Ni ellos lo sabían, pero así estaban bien.

Pero nadie se esperaba que un día todo eso cambiaría, que toda la paz del pueblo desaparecería y solamente quedaría el miedo y preocupación de la gente.

[•••]

Desde lo alto de su isla podia ver todo el pueblo, no podia negar que cuando se subia en lo más alto de su muralla se sentia el Rey de todo, pero todo su ego se bajaba cuando veia a ese hibrido aparacer en su acensor, junto a el se sentia uno más de la multitud, cuanto daria por que esos ojos esmeraldas lo vieran como el los ve...enamorado.

-Vegetita- hablo alegre el rubio- ¿Vas a bajar a abrirme? O ¿me dejaras fuera?

-Ya bajo tontito- rápidamente bajo de su muralla acercandose a su puerta la cual tenia detector facial y no podia ser abierta por nadie más que el, esta se abrió dejando entrar al de orejas de oso.

-Vege, te venia a pedir una espada mamadisima! -hablo emocionado el más alto.

-¿Y tu espada?

-Los diosea me mandaron un Zombie chetado y se robo mi espada, cuando lo mate no me soltó mi espada y creo que los dioses están durmiendo por que no escuchan mis restos- explico el hibrido caminando hasta la mansión de su amigo.

-Venga esta bien, te dare una...pero no la pierdas- le pidió a la par que subia sus escaleras para ir a su zona de cofres siendo adelantado por una energético Ruben.

-El gran Samuel de Luque me otorgara una de sus preciadas armas, esto me vuelve tu favorito ¿Verdad?- hablo cómico y con un toque de picardía en su voz.

-Ni te creas chaval, tan sólo no quiero dejar desarmado a un tontito como tu- hablo con su típico tono egocéntrico aún sabiendo que en su interior queria dejarle en claro que el era su favorito desde la primera vez que lo vio entrar en el pueblo.

Un simple secreto...[Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora