Dulce despertar.
Abrió sus ojos y lo único que podía ver era un haz de luz roja. Se frotó la cara con sus manos y una vez que su visión se volvió nítida pudo ver que se encontraba en un cuadrado gigante con unas cinco personas tiradas, capaz muertas o dormidas. Los observó mejor y llegó a la conclusión de que eran adolescentes. Después de pasar por la común etapa de confusión al despertar, comenzó a pensar cómo llegó allí. Nada. Nada fue lo que pudo extraer de sus recuerdos, ya que no tenía ninguno, ni su nombre recordaba. Solo sabía que pertenecía al sexo femenino.
Se rindió ante la lucha contra su memoria y comenzó a recorrer el espacio con la vista buscando una salida sin moverse ni un milímetro, una que no existía o al menos no estaba a la vista. No sabía si era seguro salir o hacer ruido. ¿Y si alguien la estaba buscando? ¿Si todos esos chicos que yacían sobre el piso habían sido asesinados y el asesino seguía por allí? Quizás eso le daría una explicación a por que no recordaba nada, sería una secuela de una situación traumática.
Siguió perdida entre pensamientos que solo llegaban a callejones sin salida, hasta que se vio interrumpida por un bostezo. Comenzó a respirar de manera entrecortada. Miró hacia el lugar de donde provenía el sonido y vio a un chico rubio, alto y robusto. Supuso que atacarlo con preguntas no sería lo ideal, lo dejaría acostumbrarse al lugar y salir de la etapa de confusión. Después de unos minutos en los cuales el chico examinó el pequeño lugar sus ojos cayeron en la chica, mirándola con el ceño fruncido. Sacudió un poco la cabeza, suspiro y por fin se dignó a hablar.
-¿Tu tampoco recuerdas nada?- le preguntó.
Lo único que pudo hacer fue asentir con la cabeza, entonces él continuó.
- Yo solo pude recordar mi nombre. ¿Estas bien?
Otra vez solo pudo atinar a asentir. No se sentía lista para hablar, estaba paralizada por el miedo y la confusión.
-Tienes miedo ¿verdad?- comenzó a hablar de nuevo con un tono cálido y reconfortante.
Ante un movimiento de cabeza positivo continuó mientras se levantaba del piso y comenzaba a mirar al techo.
- Ven, vamos a descubrir como salir. Esto parece ser una especie de elevador, y todos tienen una salida de emergencia arriba, o deberían... Está muy alto así que yo te levanto y vas viendo si hay alguna palanca o algo.
Luego de hablar sin dar respiro alguno, se dio cuenta de que la niña no se había movido. Pensó que tal vez estaba asustada por él, así que decidió compartir lo único que recordaba con ella esperando que le inspirara un poco de confianza.
- Lo siento, soy Nick. No tengas miedo, no te haré daño. Solo quiero salir de aquí igual que tu, hagamos esto juntos. Confía en mí.
La chica comenzó a incorporarse de a poco, aún con miedo, no hacia el, pero si hacia la situación. Es totalmente descabellado que dos personas se despertaran en un elevador sin ningún recuerdo más que un nombre. Alejó sus pensamientos a un lado y dejo que la alzara para buscar alguna compuerta o lo que sea que los saque de allí. No había nada. La bajó para buscar en las paredes, pasando por encima de todos los cuerpos amontonados en el elevador. Unos minutos después apareció una luz enceguecedora, que les obligó taparse los ojos con la mano, en el caso del chico, y la chica con el codo. Cuando pudieron ver con claridad se dieron cuenta que el elevador tenía unas rejas corredizas. Nick la volvió a levantar para que las corriera hacia sus lados correspondientes. Luego la empujo un poco más para que pudiera salir, y en seguida, con mucho esfuerzo y ayuda de una caja logró subir.
Lo que vieron fue una locura total. Habían muros gigantes de más de 10 metros recorriendo toda un Área cuadrada de césped y piedra con grandes aberturas en cada muro. Además de eso, mas chicos estaban tirados sobre el suelo. La niña se quedó en shock al igual que el chico de ojos azules viendo los alrededores del muro y la superficie. Había una pequeña casa de unos dos pisos, unos corrales más allá con animales y una choza, por otro lado había una zona de Jardines cercados y por último un Bosque.
Era increíble como estaba todo ideado para que pudieran sobrevivir, tenían de todo. Los dos decidieron recorrer juntos hasta que escucharon a alguien salir de la caja. Era un chico de altura media, castaño que tendría unos 13 años. Empezó a enloquecer y hacer preguntas hasta que se tiró al suelo y se calmó. La niña y Nick le transmitieron todo lo que sabían hasta que varios empezaron a despertar simultáneamente.
Ese primer día fue un caos, después de hablar con los 28 chicos, quienes ahora se llamaban así mismos Habitantes, muchos se alejaron a pensar, otros continuaban haciendo preguntas o sospechaban de todos. Nick junto con el tercero que despertó sacaron las cajas más grandes del elevador y las trasladaron a la casita. La niña ayudó con cajas más pequeñas y a organizar todos los suministros de comida y higiene. Una vez terminado todo, el chico que la ayudó a salir envió a todos a dormir. No habían camas ni nada cómodo en donde descansar así que todos se colocaron sobre árboles, en el piso y, quienes elegía Nick, en la casa.
❂
Así pasó el primer mes, fue muy difícil ya que cada chico se iba recomponiendo a su tiempo, varios pasaron como tres semanas alejados hasta que pudieron aceptar la realidad. Al principio varios no recordaban su nombre, como la niña, pero lentamente los fueron recuperando, o al menos la mayoría. La chica recordó el suyo, Sophie. Realmente había tenido miedo de no recuperarlo, como su amigo Sartén, un chico alto y moreno. Nick para ese entonces era uno de los más grandes y tomó la posición de líder. Creó y repartió trabajos según las aptitudes de cada uno y los lugares que previamente estaban en el "Área".
Habían cuatro zonas, los Jardines, el Matadero, la Finca, es decir la casa, y el Bosque. En los Jardines los Aradores trabajaban con la tierra y cultivos, tienen el agua suficiente ya que hay tuberías que vienen desde el suelo. En la Finca trabajaban los Cocineros. El Matadero es donde el único chico que se animó a ser Carnicero, trabaja cuidando a los animales para luego poder alimentarnos. Luego, están los trabajos que no poseen lugares fijos, como los Constructores y los Docs, es decir los doctores, que pronto les construirían una pieza en la Finca.
Sophie tenía varios compañeros ya que tenía varios trabajos, básicamente solía recorrer toda el Área hasta que se decidió y pasó a formar parte de la cocina, junto a Sartén, y de los Docs, junto con Clint, un chico bajo y pálido y Jeff, un chico alto y delgado con una nariz un poco más grande que el resto. También, se unió como nunca a Nick, lo sentía como su hermano mayor, y estaba segura que él sentía lo mismo. Siempre estaba atento de si había comido, si estaba cansada y todos los días almorzaban juntos. Algunas veces solos, aunque la mayoría de las veces los acompañaba un chico moreno y fuerte, llamado Alby. Se hizo varios amigos, incluido aquel y un niño que parecía ser de su edad Newt. Era tierno y sumamente amable. Su color de pelo era castaño claro y tenía unos ojos café oscuros. Era bastante alto y flaco.
Por la curiosidad de los Habitantes el líder debió establecer reglas. Regla Número Tres era que todos debían hacer su trabajo. La Regla Número Dos mantenía el orden entre los Habitantes, no debían lastimarse entre sí. La Regla Número Uno y más importante era que estaba prohibido salir del Área. Todavía no se habían organizado para explorar lo que estaba detrás de las grandes aberturas, Nick decía que era porque muchos tardaron en establecerse y que estaban bastante asustados así que decidió darles un tiempo para que se acostumbrasen.
Solo había un niño cerca de la misma edad de Shopie que estaba ansioso por salir. Realmente ansioso, hablaba todo el día de ello y era muy curioso. A ella le parecía tierno, aunque de vez en cuando podía ser un malhumorado sarcástico. Tuvo poco diálogo con él, pero estaba segura de que se iban a llevar bien. Era un niño asiático con una sonrisa deslumbrante, aunque sonriera muy de vez en cuando, dada la situación. Se llamaba Minho.
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1| If walls could talk | Gally | The Maze Runner
Fanfiction- Bienvenido nuevito, soy Sophie.- dijo la niña mientras le ofrecía su mano, gesto que no fue correspondido.- Oye, nadie pretende hacerte daño, todos llegamos igual que tu, sin memoria y asustados, solo cálmate, dame ese cuchillo, dime tu nombre si...