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Salió corriendo, con bronca e impotencia. Cuando se chocó con Pedro.

- ¿Ally? - preguntó.

- Hola, Pedro. - dijo secándose las lágrimas. No tenía derecho a llorar por sus padres ni por nada.

- ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás llorando? - preguntó con intriga.

- No, nada... Solo me golpeé. - dijo y rió fingiendo torpeza.

Le estaba mintiendo, ella no era para nada torpe. Pero tampoco quería explicar todo.

- Bueno... Estaba justo llendo a buscarte. - dijo con una sonrisa.

- ¿A buscarme? ¿Para? - preguntó.

- ¿Te acordás, que te dije que quería enseñarte algunos deportes? - preguntó y Ally asintió. - Bueno, hoy te los voy a enseñar.

Ally sonrió. - Bien, vamos. - dijo asintiendo.

Mientras iban a... A dónde sea que esté lo que Pedro le quería enseñar, hablaban de cualquier cosa. Cuando Pedro le volvió a preguntar sobre su llanto.

- Ally, se que dijiste que te habías golpeado pero... Enserio me preocupa, no creo que sea solo por un golpe. - dijo con preocupación.

- Enserio, no tienes que preocuparte. Además, no fue nada grave. - dijo con una sonrisa.

- Bien, pero ¿sabes que confías en mí para lo que sea? - preguntó. - Aún cuando no nos conocemos mucho, siento una gran conexión.

- Si, lo sé... - dijo Ally. - Y tú, también confías en mí para lo que sea y cuando sea. - dijo con una sonrisa.

- También lo sé. - sonrió Pedro.

•••

- Estamos por llegar. - dijo Pedro con una sonrisa. - Te voy a tapar los ojos para que sea una verdadera sorpresa. - dijo y le tapó los ojos.

- ¡No, no! - dijo Ally y empezó a reír. - No veo nada, Pedro. - susurró mientras reía más fuerte. Unos minutos después, estaban caminando y casi se cae. - ¡Deja de tapar mí vista, me voy a morir si seguís tapando mis ojos! - dijo riendo.

- Shh... Tranquila, no te vas a morir. - dijo sumándose a la risa. - ¿Te digo algo? - preguntó y Ally asintió. - Me gusta hacer reír a la gente.

- No soy de reír con gente que no conozco. - dijo y echó una risita.

- Entonces... ¿Me conoces? - preguntó.

- Eso creo... - susurró. - Bueno, supongo.

- Yo creo que te dije demasiadas cosas de mí. - dijo Pedro.

- Yo creo que uno elige que cosas querés que la gente conozca, nadie conoce todo de la otra persona. - dijo Ally.

- En eso tenés razón. - dijo. - Pero yo prefiero que las personas que quiero, conozcan más cosas de mí.

- Pero podrían lastimarte más fácil. - susurró Ally.

- No sé, nunca lo ví así. - dijo Pedro.

Segundos después, le destapó los ojos.

- Por fin. - dijo y empezó a reír.

- ¡Tatán! - dijo Pedro.

- Es... - trataba de adivinar. - ¿Qué es? - preguntó.

No confíes en nadie... Ni en ti misma. [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora