The Way You Make Me Feel // Supercorp AU

Uno

Kara

John dio la señal, y otro compañero abrió la botella de un champán muy caro. Una ronda de aplausos estalló, lo que hizo que una sonrisa se arrastrara por mis mejillas. John, uno de los socios principales de la firma de abogados, se acercó y me dio una palmadita en el hombro. Me felicitó por ganar mi primer gran caso con la firma con mi nueva contratación como socia.

No me llevó mucho tiempo mostrarles a todos en este lugar de qué estaba hecha.

—La chica del momento debería tener un discurso listo —dijo Jonh, sonriendo.

Asentí, observando su sonrisa irónica. Luego, levanté mi copa para brindar mientras mi voz retumbaba en la habitación.

—Quiero agradecer a National Defense por arriesgarse. Ustedes me contrataron saliendo de la facultad de derecho, y siempre estaré agradecida por la oportunidad. También quiero agradecer a mi equipo, que, sin ellos, esto habría sido una pérdida, si no hubiera sido por su capacidad de organizar, refutar y mantenerse firmes. Que esto conduzca a muchas cosas grandes y maravillosas para el futuro —dije.

—¡Si! —exclamaron al unísono.

—Ahora, bebamos al menos una copa antes de que el champán se reduzca —dije.

Una ronda de risas educadas se escuchó por la habitación antes de que la multitud de la oficina volviera a hablar en pequeños grupos. Escaneé la habitación mientras tomaba un sorbo de mi bebida, sintiéndome más afortunada que nunca en toda mi jodida vida. National Defense era el bufete de abogados más prestigioso de la zona.

Y aunque había sido un éxito en la facultad de derecho, eso no me garantizaba un trabajo con las mejores firmas de la nación. El dinero viejo y los nombres conocidos iban mucho más lejos en este juego, como había aprendido de mi amigo Barry.

Era mi mejor amigo de la facultad de derecho y tuvo la fortuna de nacer en una familia acomodada. Comenzó a abrir su propio camino individualmente antes de graduarse, asociándose con algunas de las firmas más poderosas de la nación para trabajar como defensor público.

"Trabajando por cacahuates" como siempre decían sus padres.

Admiraba el deseo de Barry de ayudar a quienes eran acusados injustamente.

Admiraba su necesidad de acercarse y ayudar a aquellos que no podían ayudarse a sí mismos o pagar esa ayuda. Pero tenía un fondo fiduciario más grande que el patrimonio neto de todo el Medio Oeste esperándolo. Tenía la capacidad de seguir su propio camino. Para anteponer la moral sobre el dinero. ¿Pero yo?

Diablos, yo estuve dispuesta a codearme con quien se necesitase para conseguir ser socia en este bufete de abogados que me había contratado directamente saliendo de la escuela.

Hasta ahora, la gente era amable y acogedora. Pero realmente me aceptarían después de obtener esta última victoria. Era un caso que todos sabían que perderíamos. Y por un momento, los socios principales de la firma me miraron por encima de su nariz, acusándome mudamente de incompetencia. De ser una idiota. De no estar preparada para un mundo como este.

Tal vez con esta victoria que saqué de mi trasero cambiarían de opinión.

Mis ojos recorrieron la habitación, buscando un grupo para conversar. Esa era la segunda parte de este viaje, hacer las paces con quien necesitaba para poder subir de nivel. Ganar casos no era suficiente; también tenía que caer en el grupo correcto de personas. Las personas que tenían conexiones con los socios principales fuera de esta sede comercial.

Pero cuando mis ojos se posaron en Lena Luthor mi sonrisa se amplió.

Lena era tan rígida como ellos. No hizo exactamente todo lo posible para extenderme la alfombra de bienvenida. Y ahora, me estaba frunciendo el ceño desde más allá del borde de su copa de champán. Sin embargo, no pude evitar sonreír. Nunca antes había visto a una mujer tan hermosa y tensa. Hermoso cabello oscuro brillante. Ojos verde esmeralda. Tenía ese aspecto característico que me debilitaba: una falda lápiz de talle alto con una blusa escondida y un blazer para esconder esas curvas peligrosas.