𝒞𝒶𝓁𝓁 ℳℯ 💋 kooktae

『10』

La pena que Taehyung sentía en ese momento solo era levemente comparada a la que había sentido cuando apenas tenía siete años y resbaló en su presentación de la obra de El Mago de Oz delante de docenas de padres de familia. En aquel entonces su joven y dramático corazón había imaginado que esa caída era la peor desgracia que podría pasarle. Bueno pues se había equivocado y ahora lo confirmaba. Los amigos y el hermano de su Jungkook lo habían visto sin pantalones ¿acaso había algo más vergonzoso que eso?

—Ve el lado positivo al menos ahora habrá confianza desde el principio– Jimin trató inútilmente de animarlo.

Taehyung se cubrió el rostro con ambas manos sintiendo sus orejas calientes de solo recordar. Luego de aquella extraña manera en la que se desarrollaron las cosas Taehyung había confesado finalmente sus sentimientos por Jungkook antes de salir huyendo. Así es, prácticamente corrió fuera del lugar apenas alcanzando a ponerse los pantalones como era debido. Habían pasado doce horas desde ese momento y aún seguía creyendo que todo había sido un sueño.

—Seokjin es... Todo un caballero– escuchó la voz de Jimin y fue hasta ese momento que reparo en que le había estado hablando.

—¿Estás interesado en él?– se sorprendió Taehyung —es decir, interesado "de verdad".

El pequeño departamento se sentía incluso más asfixiante con las cajas de mudanza que habían llegado esa mañana. Jimin se mudaba oficialmente y ahora ambos trabajarían para pagar los meses de renta atrasados. Era obvio que les quedaba mucho camino por recorrer, sobre todo porque tenían más deudas que dinero pero al menos estaban intentando.

—¿Has hablado con él? ¡Seokjin es prácticamente un caballero en brillante armadura dorada! Es el hombre más amable que he conocido en mi vida– Jimin resopló, sus ojos parecían más resplandecientes de lo normal.

—Entonces SÍ estás interesado– se burló Taehyung.

Jimin dibujó una mueca que pretendía ser de molestia pero en realidad parecía más bien un puchero adorable porque claro, había sido atrapado. Sin duda era extraño que Jimin tuviera interés romántico en alguien pues usualmente no se daba la oportunidad de conocer hombres debido a su "tipo" de trabajo. Que Seokjin le hubiese llamado la atención desde el primer momento ya era de por si una sorpresa.

—No creo que ese niño caballeroso esté interesado en una persona como yo, ya sabes, ese tipo de chicos merecen...– Jimin no pudo terminar de hablar cuando Taehyung ya le había arrojado una caja vacía a la cabeza.

—¡No digas más! Dios... Me recuerdas a mí mismo– Taehyung suspiró, recordando que hace apenas unas horas él le había dicho algo parecido a Jungkook.

El pequeño departamento se llenó de un silencio incómodo. Tanto Taehyung como Jimin sin duda se arrepentían de alguna manera del tipo de vida que habían llevado hasta ese momento. Cuando empezaron a dormir con hombres desconocidos por dinero había sido más por necesidad que por gusto, ambos eran demasiado jóvenes y estúpidos como para pensar en una mejor manera de sobrevivir en un mundo que parecía no comprenderlos. Luego de años sintiendo caricias de hombres que solo los veían como un objeto de deseo tener interés real en hombres que no los trataban como algo inferior se sentía agradable pero al mismo tiempo daba miedo.

Taehyung estaba a punto de hablar de nuevo cuando el sonido de alguien llamando a la puerta lo hizo detenerse. Ambos se observaron un instante antes de que Jimin se acercara para ver a través de la mirilla.

—¡JA!– Jimin rió en alto con un notable tono de sarcasmo antes de abrir.

Taehyung alzó el cuello para tratar de ver algo por encima de las pilas y pilas de cajas de mudanza. Jungkook pasó al interior con lentitud, su cabellera oscura iba suelta, los mechones empezaban a llegarle a los hombros. Taehyung trató de hacerse pequeño pero fue fácilmente notado y no pudo más que lamentarse por la vestimenta que llevaba. Llevaba una playera larga y floja con pequeños agujeros y manchas de pintura pues era la que usaba cuando no tenía ganas de salir de casa. Su cabello era un desastre y llevaba solo boxers.

—No has respondido mis mensajes– fue lo primero que dijo el pelinegro a manera de reproche, parecía un niño enfadado.

—Estaba ocupado...– Taehyung sintió que temblaba cuando los pasos de Jungkook se dirigieron a él y una vez cerca la mano tatuada del pelinegro se alzó para mostrarle la rosa roja que llevaba en el puño.

—Es para ti, no sabía si te gustan este tipo de cosas... Creo que debí haberte preguntado primero... Bueno puedes deshacerte de ella si no te gusta... Es decir...– Jungkook se rascaba la nuca con fuerza e increíblemente parecía nervioso, tímido e incluso parecía adorable.

Taehyung sintió que su pecho se llenaba de una sensación cálida que le recordaba a una puesta de sol en primavera. Tomó la rosa y sonrió como tonto mientras acariciaba los suaves pétalos. La verdad era que él tampoco tenía idea si las rosas le gustaban o no pues nunca nadie le había obsequiado una hasta ese momento.

—Me encanta– aseguró tras un momento —gracias.

Jungkook sonrió finalmente dejando de lado el nerviosismo de antes. Era raro ver otras expresiones en el rostro siempre serio de Jungkook y poco a poco Taehyung empezaba a descubrir que ese pelinegro de aspecto rudo en realidad era una masita tierna llena de amor para dar y sin duda esperaba que se lo diera todo a él.

—Ugh, yo me voy– la voz de Jimin se alzó desde el otro lado del departamento.

Taehyung se aclaró la garganta y Jungkook borró la sonrisa que había tenido en sus labios antes de desviar su atención hacia Jimin.

—¿A dónde vas?– Taehyung trató de sonar natural pero su voz siempre lo traicionaba, era imposible no tartamudear o quedarse falto de aliento cuando estaba cerca de Jungkook, era un efecto inherente así que no podían culparlo.

—Voy a salir a hacer unas compras.

—Ni siquiera tienes dinero– Taehyung frunció el ceño.

Jimin rodó los ojos.

—A veces eres muy lento– fue lo último que dijo su amigo antes de tomar su chaqueta y salir finalmente.

Taehyung tardó un poco más en procesar la información antes de darse cuenta que ahora se encontraba a solas con Jungkook vistiendo como vagabundo. Ni siquiera sabía lo que debía hacer, es decir, apenas ayer habían hablado abiertamente de lo que sentían, Jungkook le había pedido una oportunidad y Taehyung había estado sin pantalones abrazándolo. Fuera como fuera era obvio que la relación entre ellos ya no sería igual que antes ¿eso significaba que estaban saliendo? ¿Eran pareja? ¿Qué demonios se supone que hacen las parejas?

Los segundos pasaban y el silencio se convertía en la única cosa a la que Taehyung podía aferrarse para evitar abrir la boca y arruinarlo todo. Los ojos de Jungkook lo observaron durante mucho tiempo hasta que resultó incómodo y el castaño se vio obligado a desviar su propia mirada a otra parte.

—¿Quieres algo de tomar?– preguntó nerviosamente, caminando hacia su pequeña cocina mientras sentía la mirada de Jungkook sobre su espalda.

Colocó la rosa en un vaso con agua pues no tenía otra cosa en donde ponerla y abrió la nevera cerrandola casi de inmediato al notar que solo tenía botellas de agua a medias y una lechuga para ofrecer.

—Podemos salir a tomar algo...– señaló a la puerta y fingió que buscaba su billetera la cual de seguro estaba vacía.

Con suerte Jungkook se ofrecería a pagar la mitad de la cuenta y Taehyung podría rogarle al encargado del restaurante al que fueran que le permitiera lavar los platos para pagar la otra parte sin que Jungkook se diera cuenta. Su plan era tan patético que ya ni siquiera le sorprendía.

—Taehyung– la voz de Jungkook sonó baja y burlona.

—¿Si?

Los labios del pelinegro se extendieron en una amplia sonrisa cuando sus miradas se encontraron de nuevo.

—No tienes que esforzarte yo lo haré por ambos– el pelinegro extendió la mano hasta que ambos pudieron entrelazar sus dedos.

—Nunca he tenido una relación estable– confesó el castaño al tiempo que observaba la manera en que su mano se acoplaba a la de Jungkook perfectamente —tengo miedo de arruinarlo.

—Y yo nunca he salido con otro hombre... Creo que habrá que trabajar duro.

Taehyung sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas ¿estaba ocurriendo de verdad? ¿Podría ser feliz y dejar de depender del sexo para sentir que era amado? Cuando alzó la mirada y se encontró el rostro sonriente de Jungkook supo que la respuesta era un SÍ.